lunes, 30 de septiembre de 2019

¿Adónde va el “Chubutazo”?


La dinámica de los acontecimientos se desarrolla, por un lado, entre el “pacto social” alentado por Alberto Fernández, Mariano Arcioni y las burocracias sindicales y, por el otro, en las embrionarias manifestaciones de coordinación de las bases entre salud y educación. Septiembre finaliza al rojo vivo.




Ilustración: Gastón Spur


Por Iván Marín

“La MUS y la ATECh quieren planchar el conflicto”, se escucha en las bases de todos los rincones de la provincia. La previsión no carece de fundamentos. Los movimientos de trabajadores autoconvocados, que no se los debe catalogar como antisindicales, no solo se han fortalecido, sino que comenzaron a atar lazos entre ellos en las últimas semanas. De esa embrionaria coordinación surge un denominador común en la lucha contra las políticas de ajuste: la desconfianza hacia la mayoría de las conducciones sindicales.


A diferencia de lo que ocurrió a comienzos de 2018, los cuestionamientos a la Mesa de Unidad Sindical (MUS), y a la conducción de la Asociación de Trabajadores de la Educación del Chubut (ATECH), están en el centro de la escena. Las figuras de Santiago Goodman, secretario General del sindicato docente, y de Tomás Montenegro, titular de la CTA de los Trabajadores, cada vez se ven más horadadas ante amplios sectores de sus bases. Lo propio pasa con César Milani, al frente del Sindicato de Trabajadores Viales del Chubut (Sitravich), la otra fuerza de importancia en la MUS, quien es duramente criticado desde el sur de la provincia por su tibieza. Todos estos sectores comparten una pertenencia política en común: el Frente de Todos, comandado por Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.


“¿Saben algo de un supuesto arreglo entre la MUS y el Gobierno?”; “¿Es verdad que le bajaron línea a los sindicatos en la reunión de Buenos Aires para que firmen la ´paz social`?”; “¿Tienen idea si es cierto que la MUS se reunió en secreto con el Gobierno, como dicen los medios de comunicación?”; “Muchxs desconfiamos de la conducción de ATECh. No queremos que nos entreguen como el año pasado”; “¡Van a transar, van a transar! ¡Fíjense que no respetaron casi nada de lo votado en el Plenario Provincial de Delegados/as Docentes. No hubo cortes coordinados de rutas ni tampoco llamaron con la MUS a un plenario intersectorial”; “Le van a hacer caso a Alberto Fernández y se van a ir de las calles”; “Están pensando en las elecciones de octubre, no quieren quilombo”, son algunos de los mensajes y consultas que nos llegan por diversos medios casi todos los días a Prosa Urgente. Como se observa, la disposición a la lucha de las bases tiene que sortear ese gran obstáculo que son las burocracias sindicales. Cada vez hay más consciencia de ello.


De lo que también se tiene consciencia en todos los bandos es de lo clave que será esta semana para el desarrollo del conflicto. A dicha claridad se llegó luego de la reunión del pasado lunes en Buenos Aires entre Sergio Massa, Eduardo “Wado” de Pedro, Mariano Arcioni, Diego Bossio; el presidente del bloque de diputados provinciales de Chubut Somos Todos, Jerónimo García; los intendentes de Puerto Madryn, Ricardo Sastre, y de Trelew, Adrián Maderna, el viceintendente de Comodoro Rivadavia, Juan Pablo Luque; los diputados provinciales Carlos Gómez, Gustavo Fita, Gabriela Dufour, Blas Meza Evans, y José Grazzini; el senador nacional Juan Horacio Pais y el dirigente Gustavo Mac Karthy y secretario General del Sindicato de Petroleros y Gas Privado del Chubut, Jorge “Loma”  Ávila. Además, según informaron diversos medios de comunicación, el gobernador y el ministro de Economía, Oscar Antonena, mantuvieron una reunión por teleconferencia con el ministro del Interior Rogelio Frigerio, donde el funcionario nacional se habría comprometido con el aporte de 2 mil millones de pesos (1300 a través de fondos del Anses con la compra de letras y 700 como anticipo de coparticipación) con la idea de adelantar el pago a los estatales para que todos cobren en la primera quincena de octubre. En estas negociaciones, en busca de un pacto social, deberían cumplir un rol fundamental las conducciones sindicales, tan cuestionadas por sus bases, como mencionamos más arriba.


A pocas horas de su despedida, septiembre sigue siendo un mes al rojo vivo a pesar del desempeño de las burocracias sindicales. Desde su primer día lo fue. El viernes 30 de agosto el Gobierno y la MUS pactaron un impasse con el depósito del tercer rango a los estatales. La idea era que la semana pasara sin ton ni son y aprovechar alguna salida decorosa del conflicto con las conducciones sindicales. Predisposición a estas últimas nunca les faltó. Por ello montaron el circo en Legislatura sobre el supuesto tratamiento del proyecto de ley para declarar la Emergencia en educación, en salud y alimentaria. Un proyecto distraccionista de pe a pa, cuyo único objetivo fue intentar llevar la movilización de las rutas y las calles al parlamento burgués. Pero el ataque durante la madrugada del miércoles 3 de septiembre de una patota comandada por “Loma” Ávila contra los estatales que cortaban rutas petroleras rompió con el intento de “stand by”, y la CTERA se vio obligada a decretar un paro nacional para el jueves 5. El repudio se generalizó en toda la provincia y con ello la coordinación entre las bases, quienes en la docencia le arrancaron un histórico plenario provincial de delegados/as a su dirigencia para el martes 17. Ese día también se realizó la Asamblea Provincial Interhospitalaria en la ocupación del ministerio de Salud, en Rawson. Por la tarde, de regreso a Comodoro Rivadavia, fallecerían las docenes Jorgelina Ruiz Díaz y María Cristina Aguilar, en un accidente automovilístico. Por la noche los incendios de Legislatura y Casa de Gobierno fueron noticia internacional. Los acampes en dependencia estatales se generalizaron e inmediatamente la coordinación también, realizándose asambleas intersectoriales afuera del acampe en Legislatura. El “Fuera Arcioni” se convertiría en el grito de guerra de los trabajadores contra quien consideraba principal responsable de la situación en que se encuentra la provincia y, como consecuencia de ello, por derivación, de la muerte de las compañeras. El pedido de juicio político al gobernador (como salida institucional a la crisis) debe entenderse en ese marco.


Decíamos que en general hay acuerdo en que la lucha se aproxima a momentos definitorios. El reconocido historiador marxista Pablo Pozzi anduvo en la zona dictando un seminario de posgrado en la sede Trelew de la Universidad Nacional de la Patagonia, y no dejó pasar la oportunidad para acercarse el miércoles pasado al acampe de Legislatura a llevar su solidaridad. Allí, además, brindó una charla. En diálogo con Prosa Urgente, luego de manifestar su admiración por la combatividad de los trabajadores involucrados en la lucha, no dudo en señalar que el conflicto está llegando a un momento clave, “en el cual la gente empieza a cansarse. Si no se encuentra una salida va a comenzar la desmovilización y eso lleva a la derrota”. La advertencia del historiador coincide con una caracterización generalizada en amplios sectores del activismo consciente de que la principal responsable de la dilación del combate contra el gobierno es la burocracia sindical.  Pozzi también reconoció que la lucha es “un ejemplo”, y que lo que “está en juego es el bienestar del conjunto de Chubut”. Además, reflexionó sobre la necesidad de que los sectores combativos del país colectivicen la experiencia y saquen lecciones de lo que se hace bien y mal en Chubut.


Las reuniones “por arriba” parecen haber cerrado un acuerdo entre las fuerzas políticas patronales. A los encuentros ya mencionados, debe agregárseles el realizado en la bodega mendocina Ruca Malen junto a gobernadores peronistas y a Alberto Fernández. El viernes último se efectuó en Casa de Gobierno la reunión de la llamada Mesa de Diálogo con diputados de la oposición e intendentes. Los medios de comunicación hegemónicos de la provincia se han sumado a este intento de cerrar filas y lanzaron un sinnúmero de editoriales reaccionarias el último fin de semana con la intención de estigmatizar a los combativos trabajadores estatales de Chubut.


Sin embargo, mientras se tejen todos esos acuerdos ajenos a los intereses del pueblo trabajador chubutense, las bases paralizan el funcionamiento del Estado con ocupaciones de dependencias gubernamentales desde hace más de dos meses, con paros en Legislatura y el Poder Judicial, tomas de escuelas por parte de estudiantes. Los docentes ingresaron en la undécima semana de paro, y ya es sabido que la salud pública funciona muy por debajo de sus necesidades, no solo por el paro y retención de servicios de sus trabajadores, sino también por la falta de inversión. Pese a que las burocracias han hecho lo imposible por impedirlo, durante todo septiembre se han registrado cortes de rutas. Y la última semana los docentes de Comodoro Rivadavia comenzaron un bloqueo a la Playa de Tanques de YPF afectando la distribución de combustible para esa localidad y la zona sur de la provincia, además de Santa Cruz y Tierra del Fuego.


Allí se libra una batalla que concentra todas las contradicciones del “Chubutazo” en curso. Por un lado las bases combativas deliberando planes de acción directa que buscan paralizar la distribución y producción de mercancías en la provincia, con clara orientación a la huelga general, y, por el otro, las conducciones sindicales tratando apaciguar los ánimos, siguiendo los lineamientos de Alberto Fernández de “no salir a las calles”. Allí la conducción de ATECh está en manos de Daniel Murphy, referente del Partido Comunista Revolucionario (PCR), integrante del Frente de Todos, a quien si bien no se lo puede asimilar a las prácticas burocráticas de Goodman and Company, pues en la ciudad petrolera hay tradición asamblearia y respeto por lo que allí se decide, lo cierto es que su posicionamiento es contrario a continuar con el bloqueo. Se supo en las últimas horas del “aporte” de nuevas medidas de luchas que serán puestas a consideración de los trabajadores como opciones a la continuidad del bloqueo en curso. Es claro que los sectores que responden al Frente de Todos intentan desactivar la principal acción de lucha del “Chubutazo” en estos momentos.


Por todo lo anterior, no puede llamar la atención el comunicado publicado ayer en su cuenta de Facebook por la “Asamblea de la PLAZA - Docentes Autoconvocadxs en Lucha”. Allí claramente le marcan la cancha a la MUS: “Les docentes en lucha de #PuertoMadryn y #PuertoPiramides, frente a los rumores que han trascendido en las últimas horas sobre una posible reunión de la MUS con el gobierno, exigimos que #NoNosEntreguen”, comienzan. Y prosiguen: “Las bases reafirmamos a través de los mandatos de esta semana los cinco puntos por los que continuamos en pie de lucha: solución inmediata a la problemática edilicia; pago en tiempo y forma según lo pactado en paritaria (cumplimiento de la cláusula gatillo); regularización de la obra social; regularización del TEG (Transporte Educativo Gratuito) y resolución definitiva a las horas extras de les auxiliares que afectan a los ISFD (Institutos Superiores de Formación Docentes) y otras instituciones escolares”. Agregan: “Les recordamos que en nuestra ciudad hay 7 escuelas ocupadas pacíficamente y otras tantas en la provincia”. Y finalizan con una advertencia que no se presta a dudas: “No dejen en la puerta de Casa de Gobierno la defensa de nuestros derechos🔥 ¡María Cristina y Jorgelina presentes! ACÁ NO SE RINDE NADIE✊.


Los márgenes de maniobra de las burocracias son escuetos. La MUS seguramente intente acentuar su pasividad pero difícilmente tratará de desactivar inmediatamente el conflicto tras la reunión con el Gobierno, no porque no quiera, sino porque le es imposible porque su control sobre el desarrollo de la lucha es muy precario. Por ello será fundamental que la Asamblea Interhospitalaria Provincial y el Plenario Provincial de Delegados/as Docentes que se desarrollarán esta semana hagan lo imposible por seguir articulando instancias de coordinación de las bases, que sumen a los trabajadores desocupados, a los docentes y sobre todo tengan una orientación para incorporar a las acciones al sector privado. La exigencia de una huelga general por tiempo indeterminado debe ser el norte a la par de la imposición de una gran asamblea de delegados de todos estos sectores. La crisis petrolera en ciernes plantea una gran oportunidad para confluir con el sector más importante de la economía provincial.


El jueves último el economista y referente de la Tendencia Pública del Partido Obrero, Marcelo Ramal, llegó a la provincia a dar una charla en la sede Trelew de la Universidad Nacional de la Patagonia. Luego hizo lo propio en Comodoro Rivadavia. En la exposición que dio en la ciudad valletana dejó una reflexión que consideramos muy pertinente para pensar el “Chubutazo” en curso: “Es indudable que Chubut da innumerables muestras del esfuerzo que están haciendo enormes sectores de la clase trabajadora para darle una salida en sus términos a esta crisis. Acampes con enormes sacrificios, cortes de rutas, luchas que se han cobrado la vida de compañeras. Pero es indudable que en la mayoría de las conducciones sindicales no existe la voluntad de establecer una acción de conjunto que involucre a los trabajadores de Chubut, inclusive en el plano de los trabajadores privados, es decir la perspectiva de una huelga general que paralice a la provincia hasta que los reclamos que hoy están planteados sean definitivamente arrancados y el dinero salga de donde tenga que salir para resolver la situación desesperante de los trabajadores. La crisis petrolera plantea una gran oportunidad, y una posibilidad cierta que desde la docencia y los estatales se desarrolle un contacto directo con las bases petroleras para promover iniciativas de luchas, y huelgas, preparatoria de una acción todos los trabajadores de Chubut para salir de esta crisis. Pero la crisis tiene una protección política. Arcioni está cuestionado. También lo está la Legislatura. Está cuestionada por haber dilapidado los recursos de la provincia en corruptela, por haber llevado adelante este régimen de hambre contra los trabajadores, y principalmente por haber resignado inclusive sus funciones políticas para aceptar el régimen colonial que yo denuncié al comienzo de la charla. Si las regalías de la provincia están colocadas en un banco con retiro privilegiado de los acreedores extranjeros, los poderes políticos de Chubut han cesado realmente sus funciones, no son los verdaderos poderes políticos de la provincia. Y la clase trabajadora del Chubut debería abrir un debate para que esta lucha que está planteada, enorme, se plantee también como una lucha dirigida al poder político, coloque la revocatoria de estos poderes absolutamente caducos desde el punto de vista de interés de la provincia y de los trabajadores, y se convoque a una deliberación popular que refunde la provincia sobre bases sociales diferentes: una asamblea constituyente con representantes electos en toda la provincia, que discuta toda la organización social de la provincia. El régimen petrolero, la situación sanitaria y educativa, y desde ese punto de vista dé una salida también y corte de una vez con el régimen colonial del endeudamiento, que es un régimen que coloca todo el trabajo y la riqueza social de la provincia al servicio del capital internacional”.


¿Adónde va el “Chubutazo”? La respuesta que se construye en las asambleas de bases y la embrionaria coordinación que de allí surge choca de frente con la que intentan imponer Arcioni, el Frente de Todos y las burocracias sindicales.

domingo, 29 de septiembre de 2019

Marcelo Ramal se manifestó por la huelga general en Chubut


En el marco del “Chubutazo” en curso, dio una charla en Trelew de aproximadamente dos horas y media donde además planteó la necesidad de revocar los mandatos del gobernador Arcioni y la Legislatura y convocar a una asamblea constituyente. Un resumen. 





Por Iván Marín

El dirigente de la Tendencia Pública del Partido Obrero, Marcelo Ramal, dio una charla el pasado jueves en la sede Trelew de la Universidad Nacional de la Patagonia, titulada "Crisis mundial y endeudamiento externo: el escenario planteado en Argentina y en Chubut". Allí entre otras cuestiones, planteó la huelga general en Chubut como principal método de lucha para que los trabajadores obtengan todas sus demandas, se manifestó a favor del “Fuera Arcioni”, pero acompañado también de la disolución de la Legislatura provincial cómplice de sus políticas de ajuste, y propuso como salida una asamblea constituyente libre y soberana para discutir los detenidos de la provincia sobre nuevas bases sociales. Al otro día Ramal hizo lo propio en Comodoro Rivadavia en una actividad organizada por la Tendencia del Partido Obrero de esa localidad.


La ponencia del economista y dirigente político comenzó con una exposición de aproximadamente una hora donde abordó las causas económicas y políticas que llevaron a la actual situación que vive Chubut, enmarcándolas en el contexto nacional y la crisis económica que recorre al mundo desde el año 2008. Sobre el final de su exposición, que duró aproximadamente una hora, se refirió al rol de la izquierda en este contexto, y a la adaptación de la mayoría de sus corrientes, con énfasis en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad, al parlamentarismo en detrimento de organizar a los trabajadores para la lucha. Luego se produjo un debate de aproximadamente una hora y media con el público donde abordaron diversos temas.




Ramal comenzó su exposición preguntándose si “esta crisis en Chubut es un episodio más o menos excepcional, como según se presenta en algunos medios nacionales”. A lo cual respondió que “Chubut es una expresión concentrada, y probablemente anticipada, de todas las contradicciones y crisis que va a vivir la Argentina, en parte ya hoy, pero que va a desenvolver con toda intensidad en un futuro seguramente cercano”.


Describió que: “En la época en la cual han desaparecidos formalmente las colonias, Chubut ha establecido un régimen económico y político peculiar que podría compararse con el que existía en Centro América con aquella United Fruit”.


Sobre el particular, profundizó: “A través del mecanismo de la deuda, la dependencia histórica de Chubut respecto de la producción petrolera se ha transformado ahora, a través del mecanismo de la deuda, en una dependencia económica y política del capital financiero internacional. Es decir, en Chubut se ha construido un régimen económico por encima del régimen político federal, institucional, que se supone que gobierna la provincia. Y en definitiva todo este proceso que tenemos hoy de huelgas, acampes y manifestaciones es una rebelión contra ese régimen político colonial que se ha establecido sobre la provincia de Chubut”.


De lo que desprendió que: “Es indudable que Chubut no puede salir adelante si no rompe con esa relación social y política colonial y en esa ruptura no ajusta cuentas con las instituciones, los partidos y el régimen político y social que puso en marcha esa deuda”.


Contextualizó la situación provincial a partir del período iniciado con el macrismo al frente del Ejecutivo nacional: “Chubut empezó a endeudarse fuerte cuando la Argentina empezó a endeudarse fuerte. Año 2016, cuando el macrismo en primer lugar le paga a los fondos buitres, abre el famoso cepo, y cuando abre el cepo le está dando el mensaje al capital internacional de que el que viene a especular a la Argentina puede si quiere después irse, que no tiene límites al movimiento de capitales. El argumento con el cual se va a construir esa espiral de endeudamiento es esta famosa cuestión del desendeudamiento anterior. Notablemente kirchneristas y macristas han discrepado en muchísimas cosas pero los dos han adoptado la famosa tesis del desendeudamiento del gobierno anterior. Una tesis muy discutible, por cierto. Porque el kirchnerismo tomó el poder con una deuda de aproximadamente 150 mil millones de dólares, pagó casi 200 mil millones de dólares de deuda en 12 o 13 años, y se fue del gobierno en 2015 dejando más de 200 mil millones de dólares de deuda pública”.


“Bajo el capitalismo una crisis sistémica siempre es la crisis de un régimen que vive del trabajo ajeno”, señaló, agregando que “eso fue lo que ocurrió en la Argentina”.  En ese sentido, concluyó que “por eso en el fracaso del macrismo ha jugado un papel fundamental la resistencia de la clase obrera a sus objetivos y planes”.


Alertó sobre el siguiente punto: “A veces en los debates en los medios de comunicación existe la pregunta respecto de si el macrismo fracasó o si todo esto era lo que buscaba (…) Personal y políticamente no comparto esta visión conspirativa de la realidad. Si esto es lo que el macrismo buscaba cómo se puede explicar que buscara su propia derrota electoral. En realidad, cuando se presentan las cosas de este modo no se quiere ver el verdadero alcance de la fractura económica y política que están sufriendo los que hoy nos gobiernan. La idea del plan perfecto para jodernos la vida es un arma de desmoralización política contra los trabajadores, y no lo tenemos que aceptar (…) Es un mensaje dirigido a que los trabajadores no podemos hacer nada para superar a un régimen político y social que siempre se va a arreglar para poder cambiar un verdugo por otro”.


Allí volvió a articular el análisis con la situación de nuestra provincia: “Acá hay un gobernador electo hace algunos meses atrás y hoy una parte importante de los trabajadores de Chubut están pidiendo que se vaya (…) Esa situación absolutamente excepcional está mostrando la fragilidad del proceso electoral en Chubut y en el país para darle una salida a esta crisis. El dislocamiento económico y político ha envuelto al proceso electoral, y no al revés. El que esperaba que el proceso electoral le diera una salida a esta crisis se ha encontrado con absolutamente lo contrario, la crisis se ha devorado al proceso electoral. Y esto ocurre en Chubut con esta paradoja, con un pueblo pidiendo que se vaya el gobernador legitimado. Pero pone en seria tela de juicio e interpela a lo que podríamos llamar la transición electoral argentina (…)”.


La reflexión apuntó a reconocer que: “Es indudable que Chubut da innumerables muestras del esfuerzo que están haciendo enormes sectores de la clase trabajadora para darle una salida en sus términos a esta crisis. Acampes con enormes sacrificios, cortes de rutas, luchas que se han cobrado la vida de compañeras. Pero es indudable que en la mayoría de las conducciones sindicales no existe la voluntad de establecer una acción de conjunto que involucre a los trabajadores de Chubut, inclusive en el plano de los trabajadores privados, es decir la perspectiva de una huelga general que paralice a la provincia hasta que los reclamos que hoy están planteados sean definitivamente arrancados y el dinero salga de donde tenga que salir para resolver la situación desesperante de los trabajadores. La crisis petrolera plantea una gran oportunidad, y una posibilidad cierta que desde la docencia y los estatales se desarrolle un contacto directo con las bases petroleras para promover iniciativas de luchas, y huelgas, preparatoria de una acción todos los trabajadores de Chubut para salir de esta crisis”.


De la perspectiva de una huelga general desprendió su orientación de poder para comenzar a poner en cuestión las bases sociales sobre las que se sustenta la crisis en curso: “Pero la crisis tiene una protección política. Arcioni está cuestionado. También lo está la Legislatura. Está cuestionada por haber dilapidado los recursos de la provincia en corruptela, por haber llevado adelante este régimen de hambre contra los trabajadores, y principalmente por haber resignado inclusive sus funciones políticas para aceptar el régimen colonial que yo denuncié al comienzo de la charla. Si las regalías de la provincia están colocadas en un banco con retiro privilegiado de los acreedores extranjeros, los poderes políticos de Chubut han cesado realmente sus funciones, no son los verdaderos poderes políticos de la provincia. Y la trabajadora del Chubut debería abrir un debate para que esta lucha que está planteada, enorme, se plantee también como una lucha dirigida al poder político, coloque la revocatoria de estos poderes absolutamente caducos desde el punto de vista de interés de la provincia y de los trabajadores, y se convoque a una deliberación popular que refunde la provincia sobre bases sociales diferentes: una asamblea constituyente con representantes electos en toda la provincia, que discuta toda la organización social de la provincia. El régimen petrolero, la situación sanitaria y educativa, y desde ese punto de vista dé una salida también y corte de una vez con el régimen colonial del endeudamiento, que es un régimen que coloca todo el trabajo y la riqueza social de la provincia al servicio del capital internacional”.


Este es un resumen de los primeros 45 minutos de la charla. Luego profundizó sobre la adaptación al parlamentarismo por parte del Frente de Izquierda, y se inició un enriquecedor debate con el público presente. Por todo ello, recomendamos ver la charla completa que compartimos más arriba y que fuera transmitida por la Fanpage Política Obrera, desde donde la bajamos. 

domingo, 22 de septiembre de 2019

La que faltaba: el “Chubutazo” ausente en los spots electorales del Frente de Izquierda


Pese a que todos los partidos coinciden en que el proceso que se desarrolla en nuestra provincia anticipa lo que sucederá en el resto del país, evitaron toda referencia al mismo en su campaña nacional de cara a octubre, en un paso más en la profundización de un electoralismo rabioso e impotente y sin ninguna orientación a las masas trabajadoras para enfrentar la situación que padecen.


Fotografía: La Izquierda Diario



Por Iván Marín

La deriva electorarera y parlamentarista de las fuerzas que integran el Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad (FITU) no deja de consolidarse. El Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), la dirección oficial del Partido Obrero (PO), Izquierda Socialista (IS) y el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) presentaron sus últimos spots de la campaña electoral nacional de cara a octubre sin hacer la más mínima mención al proceso más interesante y de avanzada que protagoniza la clase trabajadora en el país: el “Chubutazo”.


La fórmula presidencial integrada por Nicolás del Caño (PTS) y Romina del Plá (PO) lanzaron sus primeros cuatro spots de campaña electoral en medio de una crisis de “gobernabilidad” del presidente Mauricio Macri, tras el derrumbe de su candidatura en las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), y la escalada del dólar que le prosiguió, con la consecuente devaluación del poder adquisitivo de los magros salarios de la clase trabajadora en todo el país, y en pleno desarrollo de una crisis histórica en Chubut que tiene en vilo al gobierno de Mariano Arcioni, reelecto hace tan solo tres meses.


Como se dijo, las cuatro fuerzas que integran el FITU coinciden en caracterizar que las políticas aplicadas por Arcioni para descargar el ajuste sobre las masas chubutenses y la abnegada resistencia de estas a las mismas, es el proceso que seguramente viva el resto del país más temprano que tarde. En ese marco, la campaña electoral nacional debiera ser una tribuna de la lucha los trabajadores de nuestra provincia, no por una cuestión de regionalismos ni nada que se le parezca, sino para fortalecer esos combates que se dan en las calles, en las rutas, en los accesos a los yacimientos petroleros o en empresas enormes a nivel continental como Aluar, o incluso en las ocupaciones y acampes de dependencias estatales. La consigna que levantan estos partidos de que “Si triunfa Chubut, triunfamos todos” deberían llevarla hasta el final, y eso incluye la campaña electoral. No hacerlo es una claudicación.


El “Chubutazo” en curso puede cumplir un rol “pedagógico” para el resto del país de cómo los trabajadores se organizan desde las bases e incluso cómo comienza embrionariamente un proceso de coordinadoras (Plenario Provincial de Delegados Docentes y Asamblea Interhospitalaria, entre otras coordinadoras) en una provincia que tiene por característica un territorio muy vasto, en donde algunas de sus ciudades más importantes están separadas por más de 600 kilómetros.


Sin embargo, darle jerarquía en la campaña electoral nacional al “Chubutazo” pone en cuestión la principal caracterización y excusa del FITU por la cual la susodicha campaña es llevada adelante con consignas vacías y generalidades derrotistas: la supuesta ausencia de lucha de clases en el país, y con ello el obstáculo que representaría el PJ-kirchnerismo para la influencia de la izquierda en las luchas en curso, y en el terreno electoral. Allí radica una de las razones de la decisión consciente de invisibilizar en la campaña lo que ocurre en nuestra provincia. La otra razón se cae de madura: suponer que una campaña combativa es piantavotos.  


De lo anterior se desprende que si el “Chubutazo” debe tener un protagonismo relevante en la campaña electoral, la consigna de la huelga general la debe acompañar. Es esa consigna la que pone en cuestión el rol de la burocracia sindical y del posible gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. Contraponer a la política de contención social del peronismo las reivindicaciones del conjunto de los trabajadores y la necesidad de luchar ahora para lograrlas es una necesidad imperiosa.


Como también lo señalamos en Prosa Urgente en ocasión de lasPASO, la agitación para la organización de las bases, la coordinación de las luchas y los métodos de acción directa para enfrentar el ajuste, necesariamente va a ser respondida por el Estado con la represión. Por ello se hace imprescindible que la campaña electoral también aborde la cuestión de los derechos democráticos más elementales como la protesta social. En ese marco, la consigna por la inmediata liberación de Daniel Ruiz, exdegelado petrolero en Comodoro Rivadavia y PSTU (Partido Socialista de los Trabajadores Unificado), preso en el penal de Marco Paz por luchar contra la reforma laboral en las jornadas de diciembre de 2017, no puede faltar. Desde ya, debe ir acompañada por el desprocesamiento de los miles de luchadores sociales que hay en el país, como los trabajadores de la Línea 60 de colectivos en Buenos Aires y tantos otros.


Sin dudas, en un escenario caracterizado por la profunda crisis del régimen, la izquierda no debe dejar pasar la oportunidad para difundir una consigna de poder. La Asamblea Constituyente libre y soberana debe cumplir esa función. Allí se pondrá en debate la orientación de darle una salida a la crisis sobre nuevas bases sociales, en perspectiva a un gobierno de los trabajadores. Por el contrario, consignas vacías como “Para que la crisis no la pague el pueblo trabajador necesitamos una izquierda más fuerte en el país y en el Congreso” o “Macri se va” (nótese la pasividad que le asignan al pueblo trabajador), lo único que hacen en confundir a las masas y generarle expectativa en la institucionalidad burguesa y no en la lucha de clases. La izquierda no debe dejar pasar esta oportunidad histórica de utilizar esa enorme tribuna como es lo es una campaña electoral en los albores de una crisis económica, política y social de profunda magnitud. No estar a la altura de las circunstancias en el plano electoral y de la lucha de clases puede implicar no solo dejar pasar una oportunidad para una salida en favor de las masas obreras, sino también una derrota con consecuencias históricas. Los revolucionarios nos preparamos justamente en vista a hacer lo imposible para que esto último no ocurra.

viernes, 20 de septiembre de 2019

¿La dirección oficial del PO coquetea con la consigna de “juicio político a Arcioni”?


En el periódico Prensa Obrera señalan que es una expresión “distorsionada de la consigna ´fuera Arcioni´” pero no advierten de sus límites ni mucho menos polemizan con la misma. El PTS se la apropió al otro día de la muerte de las docentes de Comodoro Rivadavia. ¿Hacia dónde va el Frente de Izquierda en Chubut?





Por Iván Marín

El martes por la noche la crisis económica y política del Chubut dio un salto exponencial y llegó a todos los medios del país: el fallecimiento de Jorgelina Ruiz Díaz y María Cristina Aguilar cuando volvían por Ruta Nacional N 3 a Comodoro Rivadavia luego de participar en un histórico Plenario Provincial de Delegados/as Escolares derivó en inmediatas marchas del silencio y antorchas en las principales ciudades de la provincia (Puerto Madryn, Trelew, Comodoro Rivadavia, Esquel). Paralelamente, en el acampe que se había levantado en Legislatura provincial votado en el susodicho plenario la angustia dio paso a la bronca colectiva que arrasó con el incendio al parlamento provincial primero y con la Puerta 2 de Casa de Gobierno después. Las imágenes de ambos incendios fueron colmaron las redes sociales en las últimas horas del fatídico 17 de septiembre y en la madrugada del 18. Como nunca en Chubut, y debido a la enorme debilidad en que se encuentra el gobierno, la policía demoró cumplir su función de garante del orden burgués, es decir, en reprimir. Lo hizo cuando el peligro de la ocupación de Casa de Gobierno era observado por cientos de miles en todo el país vía redes sociales.





Como se dijo, aquella jornada había comenzado con el histórico Plenario de Delegados/as Escolares en la Escuela N 729 de Rawson. De la misma participaron 191 delegados, según informaron. Cerca del mediodía la conducción de ATECh (Sindicato de Trabajadores de la Educación del Chubut), interrumpió el debate para mocionar, sin ninguna posibilidad de discusión previa, hacer un cuarto intermedio para dirigirse al ministerio de Economía, desde donde partiría una movilización impulsada por la Mesa de Unidad Sindical (MUS). La vanguardia docente denunció la iniciativa como una ruptura del plenario. Paralelamente en el ministerio de Salud se desarrollaba una Asamblea Interhospitalaria Provincial para discutir fortalecer el plan de lucha. La convocatoria de la marcha estuvo muy por detrás de otras que se realizaron durante este año o en 2018. Y no fue un fracaso porque por primera vez participaron movimientos sociales, de lo contrario no hubieran llegado al millar de personas. Algunos de los manifestantes luego de marchar se dirigieron a Legislatura a exigir tres puntos: juicio político al gobernador Mariano Arcioni y a su ministro de Gobierno Federico Massoni, además de que no se prorrogue el mandato de Jorge “Loma” Ávila (secretario general del Sindicato de Trabajadores del Petróleo y Gas Privado que atacó los piquetes estatales en Comodoro Rivadavia) en el directorio de la empresa estatal Petrominera.


La discusión en el Plenario Provincial de Delegados se retomó cerca de las 15 horas, y entre otras cosas se votó, además de los tres puntos señalados en el párrafo anterior: acampe en Legislatura a realizar luego del Plenario; cortes en Aluar; cortes y bloqueos simultáneos en la provincia con fecha a definir; nuevo Plenario Provincial de Delegados dentro de 15 días; promover el tratamiento y aprobación del proyecto de Ley Tributaria, según su redacción original; exigir plan de lucha a CTERA y centrales sindicales y una declaración convocando a la MUS a realizar un plenario de delegados estatales de todos los sectores.





El plenario terminó alrededor de las 17 horas. Pasadas las 20 horas comenzó a circular la noticia del accidente automovilístico de 5 docentes que volvían a Comodoro Rivadavia tras participar en el plenario y las acciones que se realizaron en Rawson. Pocos minutos más tarde la tristeza, el dolor y la angustia más profunda se apropió de una provincia movilizada contra las políticas de ajuste de Mariano Arcioni y Mauricio Macri hace más de dos meses: se confirmaba el fallecimiento de Jorgelina y María Cristina. Como no podía ser de otra manera, varios medios de comunicación de la zona difundieron sus nombres inmediatamente de forma irresponsable.


El país era espectador por primera vez de la crisis de gobernabilidad en la que está sumida la provincia hace meses, a las pocas semanas de que Mariano Arcioni fuera reelecto gobernador del Chubut. En ese marco hay que inscribir el fortalecimiento de la consigna de juicio político. Según un artículo publicado ayer porPrensa Obrera, esa consigna es la expresión “distorsionada” de otra más directa, y que levanta el Partido Obrero (PO) como otros partidos de izquierda en la zona: “Fuera Arcioni”. Lo que no advierte el articulista en la nota mencionada ni polemiza en ningún otro lugar el PO es sobre los límites de la consigna del juicio político. Ese silencio parece más bien indicar que las masas del Chubut se apropian de la consigna de la izquierda, del Frente de Izquierda en particular. Lo cual no solo es una imposibilidad por el escasísimo peso que tienen en la lucha de clases, sino que al no dar la discusión se cae más bien en una posición oportunista de adaptación al movimiento en las calles tal cual es, sin darle una orientación ni clarificar sobre el rol que juegan las fuerzas políticas patronales que pretenden una salida a la crisis por los carriles institucionales.


El día anterior a los acontecimientos descriptos, y de cara a las discusiones que se iban a dar el martes, advertimos en un extenso artículode los peligros de la consigna del “juicio político” para la resolución de la situación que aquejan a las masas laboriosas de la provincia. Recordamos que en 1990, en lo que se conoció como el “Chubutazo”, “luego de la renuncia de Perl (Néstor, entonces gobernador), tras el inicio del proceso de juicio político, si bien se lograron algunas conquistas no menores, vino todo un período de consolidación de políticas de ajustes primero con Consentino (Fernando, vicegobernador) y luego en las gestiones radicales, en especial en la primera de Carlos Maestro. La salida institucional no garantiza el triunfo de los reclamos populares. Incluso más, son las que recomiendan los principales intelectuales del régimen (…)”.


Por otra parte, el PO tampoco esgrime críticas profundas a que el juicio político sería llevado a cabo por la misma Legislatura que le aprobó el Pacto Fiscal a Arcioni, el endeudamiento y que mira para otro lado frente a la profundización de las políticas de ajuste macrista en la región. Tampoco reconoce, como lo sabe cualquier persona más o menos informada en la provincia, que el pedido de juicio político viene tratando de instalarse por un sector del kirchnerismo a los pocos meses de la muerte del gobernador Mario das Neves y de la asunción de Arcioni en su reemplazo.


Ese silencio se viene a sumar a otro no menor: su posicionamiento frente al proyecto de la MUS para declarar la emergencia en educación, salud y alimentaria en Chubut. Lo llamativo del caso, es que el año pasado el PO fue la única fuerza de izquierda de la provincia que advirtió correctamente sobre el contenido de esa ley (antes de ser modificada este año) y la función distraccionista que cumplía en la lucha. Nuevamente, en Prosa Urgente también advertirmos sobre el particular acá y acá. Hay que resaltar que el PO no marchó a Legislatura a apoyar la ley, pero el silencio no deja de ser extraño, y puede leerse no solo como la continuación del apoyo a la ley de emergencia alimentaria en el Congreso de la Nación, sino también como una adaptación a las conducciones sindicales en la zona y en particular al kirchnerismo, que por el momento dirige la lucha.


Quienes sí no tuvieron pruritos en salir abiertamente a apoyar la consigna de juicio político es el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). La fuerza política de Nicolás del Caño y Myriam Bregman en la provincia, manifestó en un discurso dado por Noemí Barra en las escalinatas del Ministerio de Educación el miércoles último, que “si nosotros queremos exigir el juicio político, lo tenemos que exigir en las rutas”. Sobre la deriva electorarera y parlamentarista del PTS en Chubut también hemos escrito, por ejemplo acá. Todo parece indicar que las fuerzas que integran el Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad van hacia una profundización de la orientación parlamentarista de los últimos años. 


A todo ello se agrega que desde el gobierno de Cambiemos a nivel nacional, y los medios de comunicación que le responden, por ejemplo los del Grupo Clarín, se le viene dando mucha relevancia a la situación en Chubut pero sin mencionar en lo más mínimo la responsabilidad de Mauricio Macri en la misma. La cobertura parece encubrir una orientación de intervención federal, como lo esgrimió el diputado provincial por esa fuerza en nuestra provincia Manuel Pagliaroni, al afirmar en la edición de hoy en diario El Chubut que "las condiciones para una intervención federal ya están dadas hace semanas". En el Facebook de Prosa Urgente también advertimos hace semanas sobre esta posibilidad, que no es sino otra expresión "distorsionada" del "Fuera Arcioni", según la lectura de la conducción oficial del PO, aunque esta vez más brutalmente reaccionaria.  


Postado el 26 de agosto en el Facebook de Prosa Urgente
                 

La situación en Chubut demanda profundizar el proceso de coordinación de las luchas que dio un salto el martes último con la realización de la Asamblea Interhospitalaria Provincial y el Plenario de Delegados que votó efectuar un plenario provincial unificado de todo el sector estatal. La consigna de “Fuera Arcioni” debe ir acompañada de una perspectiva de poder, por eso la necesidad de agitar la asamblea constituyente libre, soberana y con poder para deliberar por una provincia sobre nuevas bases sociales. Se debe impulsar plenarios unificados de delegados de bases de trabajadores estatales y privados, asambleas amplias por ciudades y construir la huelga general hasta lograr todas las demandas en curso. En ese marco de agitación, la Legislatura Provincial cómplice de las políticas de ajuste de Macri y Arcioni no puede salir indemne. Por ello también hay que decir “fuera la Legislatura ajustadora”.

lunes, 16 de septiembre de 2019

¿Juicio político al gobernador Mariano Arcioni o huelga general provincial?


¿A quiénes beneficia una salida institucional del conflicto? ¿Por qué pone tan nerviosa a las conducciones sindicales la autoorganización de los trabajadores? ¿Los ejemplos de la Asamblea Interhospitalaria de Cordillera en 2018 y del Plenario de Delegados Provinciales Docentes marcan el camino?

                                       


Por Alejandro Marino


Desde que la crisis económica y política estallara en el primer semestre del año pasado un sector del kirchnerismo trata de instalar la necesidad de un juicio político al gobernador del Chubut, Mariano Arcioni. Los propósitos nunca estuvieron claros. Con el pasar de las semanas, y en paralelo al pacto de gobernabilidad implícito proporcionado por las conducciones sindicales y la Legislatura provincial, esta idea se fue diluyendo. Incluso durante los últimos meses del 2018 y hasta el cierre de listas provinciales del presente año (mediados de febrero), sectores que responden a Cristina Fernández de Kirchner, como el diputado nacional de La Cámpora, Santiago Igón, hicieron lo imposible para convencer a Arcioni de ir juntos a las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias). Como se sabe, el gobernador no aceptó esta propuesta de alianza y fue reelecto, acompañado por el intendente de Puerto Madryn, Ricardo Sastre, para seguir al frente del Ejecutivo provincial por los próximos 4 años. Ello no fue un inconveniente para que Alberto Fernández y Cristina Fernández lo recibieran con los brazos abiertos y lo invitaran a distintos actos de la campaña electoral. Sergio Massa, padrino político de Arcioni, cumplió un rol fundamental al respecto.


La situación económica de la provincia es acuciante. Al endeudamiento iniciado en la última parte del segundo período de Mario das Neves al frente de la Gobernación (2007-2011), continuado por Martín Buzzi del Frente para la Victoria (2011-2015), se le sumó el realizado por la actual gestión. Antes de fallecer, Das Neves volvió a pedir préstamos casi en su totalidad en dólares. En mayo de 2016 solicitó 50 millones de dólares y en julio del mismo año otros 650 millones en la moneda estadounidense a una tasa del 7,75% a pagar en 10 años. “Entre 2017 y 2022 la provincia deberá pagar 54 millones de dólares anuales en concepto de intereses, en 2023 serán 52 millones, mientras que en el período 2024-2025, otros 50 millones por cada año, y el último pago serán 38 millones de dólares en 2026. En total son 514 millones de dólares en concepto de servicios por la deuda adquirida en moneda extranjera durante 2016 (sin contemplar la devolución del capital)”, describe el periodista Sebastián Premici en su libro, recientemente editado, titulado “La Patagonia ajustada. Las políticas del macrismo en la región (Premici , 2019, pág. 30)”.


A ello se agrega que la inflación en la Patagonia fue la más alta del país en el último período, llegando al 50,6%, mientras que en el resto del país promedió el 47,6%. Por su parte, la desocupación también aumentó, produciéndose la “pérdida de al menos 7100 puestos de trabajo directos, de los cuales 2100 correspondieron al sector de hidrocarburos” (Ibídem, Pág. 66). A esta cifra hay que sumarle los puestos indirectos, que según el autor mencionado en el sector hidrocarburos serían de otras 2000 personas. El aglomerado Trelew-Rawson llegó a estar liderando el ranking de desocupación con más del 12% de trabajadores en esa situación. Y 35% de su población se registró por debajo de la línea de la pobreza en el segundo semestre de 2018, es decir 49.151 personas. Como bien señala Premici, “El Pacto Fiscal fue la estratagema del Gobierno nacional para trasladarle a las provincias su política de ajuste” (Ibídem Pág. 86).


Más de dos meses sin clases por el paro de docentes y auxiliares de la educación, escuelas ocupadas por los estudiantes que reclaman mejores condiciones edilicias, jubilados movilizados, la obra social provincial (SEROS) suspendida porque el Gobierno no realiza los aportes en tiempo y forma, la ruptura en la cadena de pago a los proveedores del Estado, toma de dependencias estatales en varios puntos de la provincia, piquetes en las principales rutas, pueblada en Sarmiento para evitar represión a corte de ruta, ataque paraestatal comandado por el secretario General del Sindicato del Petróleo y Gas Privado del Chubut y miembro de la comisión directiva de la empresa estatal Petrominera, Jorge “Loma” Ávila, al cual el pueblo de Comodoro Rivadavia responde con una movilización en repudio de más de 30 mil personas, que es acompañada en otras ciudades con miles en las calles, ollas populares y festivales en solidaridad a la lucha de trabajadores estatales por doquier: en definitiva, una provincia movilizada en sus cuatro puntos cardinales que construye por abajo lo que, de distintas posiciones políticas, llaman “Chubutazo”.


Ante este panorama, no debería extrañar que la gobernabilidad de un Ejecutivo provincial, que fue reelecto hace tan solo 3 meses, esté puesta en cuestión. Quizá a un lector desprevenido o de otra provincia pueda sorprenderle la susodicha reelección de Arcioni, más teniendo en cuenta que el año pasado su gobierno pendió de un hilo durante el primer semestre. Pero la sorpresa tiene patas cortas si recordamos que: 1) ninguna de las CGTs del Chubut le hizo al menos un paro provincial a esta gestión, pese a ser una de las provincias más afectadas por las políticas ajuste de Mauricio Macri, que fueron acompañadas a rajatabla primero por Das Neves y luego por el actual mandatario provincial; 2) el recurrente cacareo ante los medios de comunicación de la Mesa de Unidad Sindical (MUS), hegemonizada por el kirchnerismo, no fue acompañado por el endurecimiento de los métodos de lucha y, sobre todo, evitó por todos los medios la deliberación de las bases en los combates que protagonizó; 3) una Legislatura condescendiente que le aprobó el pacto fiscal, el endeudamiento y las refinanciaciones del mismo. Es decir, sin la complicidad del PJ-kirchnerismo no se puede entender la reelección mencionada.


Todo juicio es político


La compleja combinación de estos elementos deriva en un combo singular caracterizado por una abnegada disposición a la lucha de las bases estatales, con el límite de conducciones sindicales desprestigiadas y un gobierno que pese a ser reelecto hace tan solo 3 meses por más de 20 mil votos está en la cuerda floja. No es de sorprender, entonces, que luego de meses de lucha amplios sectores combativos quieran resolver el conflicto lo antes posible. En ese contexto la consigna de "juicio político a Arcioni" es levantada por genuinos contingentes de luchadores de forma honesta. Más allá de las intenciones, cabe preguntarse si objetivamente esta consigna contribuye al triunfo de la lucha o, por el contrario, solo beneficia a operadores políticos sedientos de aprovechar el momento de debilidad del gobierno. A ello habría que sumar, si una resolución por los andariveles de la institucionalidad burguesa, en detrimento de los métodos de acción directa de las masas, es posible en la actual situación sin que la misma implique un costo importante a mediano o largo plazo para los trabajadores.


La Ciencia Política liberal ha reflexionado en numerosos trabajos sobre la inestabilidad de los regímenes constitucionales en América Latina. En general los textos clásicos contraponen una supuesta inestabilidad inherentes a los sistemas presidencialistas (con la excepción de Estados Unidos) respecto a los parlamentarios, en su mayoría europeos. Estos intelectuales del régimen en las últimas décadas han visto con beneplácito la reconducción de las crisis por los canales institucionales, es decir, sin recurrir a golpes militares. Los juicios políticos a presidentes latinoamericanos están en el centro de varias de estas resoluciones. Un breve repaso por dichas argumentaciones nos pueden ayudar a pensar sobre la consigna mencionada para nuestra provincia.


Quizás el principal trabajo en lengua española sobre el tema señalado lo haya escrito el politólogo Aníbal Pérez-Liñán en su “Juicio político al presidente y nueva inestabilidad en América Latina”. El autor parte del concepto de crisis presidencial para desplegar su argumentación: “Usamos el concepto de ´crisis presidencial` para referirnos a casos graves de conflicto entre el Ejecutivo y el Legislativo en los cuales una de las ramas electas del gobierno busca la disolución de la otra (Pérez-Liñán, 2009, pág. 26)”.


Prosigue Pérez-Liñán: “Entre 1950 y 2004, hubo aproximadamente 58 crisis presidenciales en América Latina, pero en sólo seis de ellas se llevó a cabo un intento serio de iniciar juicio político al presidente, y 21 de ellas incluyeron golpes militares (Ibídem, 27)”. El libro abarca los intentos de juicios políticos desde 1992 a 2004, fue publicado en inglés en 2006 y en español en 2009.


El autor advierte que “(…) las crisis presidenciales por sí solas no crean inestabilidad. Aproximadamente la mitad (el 45%) de las crisis presidenciales que tuvieron lugar en América Latina en este período resultó en algún tipo de intervención militar y el 36% en un golpe miliar con todas las características habituales. Este libro, sin embargo, se inspiró en el hecho de que la gran mayoría de las crisis presidenciales de los últimos 15 años no se han relacionado en absoluto con ninguna forma de colapso del régimen democrático (Ibídem, 29)”.


Uno de los aspectos interesantes del balance que realiza Pérez-Liñán es que, a pesar de estar escrito desde una perspectiva neoinstitucionalista, no deja de reconocer la centralidad de la economía en la suerte de los gobiernos. “Aunque el procesamiento en juicio político fue el resultado de acusaciones específicas (…), la opinión generalizada parece indicar que las reformas económicas impopulares y un desempeño económico insatisfactorio fueron factores importantes para explicar la aparición del malestar popular en esos países (Ibídem, 149)”.


Este estado de cosas, lo lleva a concluir al autor que: “Ha surgido un nuevo patrón de inestabilidad política en América Latina. Cobró forma en los años noventa y se consolidó a comienzos de la década del 2000. A diferencia de la experiencia de décadas pasadas, es probable que esta tendencia no comprometa la estabilidad de los regímenes democráticos, pero es letal para los gobiernos democráticos. En el lapso de unos pocos años, las crisis políticas sin quiebre del régimen se han convertido en un acontecimiento común en la política de América Latina y el juicio político presidencial se ha convertido en la principal expresión constitucional de esta tendencia (Ibídem, 321)”.


Si bien Pérez-Liñán acepta que “la remoción del presidente por medio del Congreso indica una catástrofe política, no una mera realineación partidaria” (ibídem, 326), el balance general para el autor no deja de ser positivo respecto a la posibilidad de la reconducción de las crisis por los canales de la institucionalidad burguesa, sin necesidad de recurrir a golpes militares.


Otro politólogo, Andrés Malamud, siguiendo la línea señalada, expresa con indisimulable optimismo que: “Hasta 2005 la probabilidad de que un presidente terminara su mandato era apenas superior a la de que no lo hiciera. Y de repente la inestabilidad se terminó. El péndulo cruzó limpiamente para el otro lado y la reelección se tornó garantizada: presidente que la buscaba la lograba (Malamud, 2018, pág. 219)”. El saldo positivo para Malamud se basa en que desde 1986 a 2005 se produjeron 13 interrupciones presidenciales y 5 reelecciones presidenciales, mientras que desde 2006 a 2017 las interrupciones fueron tan solo 2 y las reelecciones 10.


Se observa en ambos autores un claro halo de triunfalismo respecto a la consolidación de las democracias burguesas en la región, y de ahí que reivindiquen con más o menos críticas el procedimiento del juicio político como mecanismo para resolver crisis institucionales, que en general son el producto directo de catástrofes económicas padecidas por las masas populares. 


Para entender de lo que estamos hablando será útil remitirnos al proceso que se conoció como “Chubutazo” y que derivó, entre otras cosas, en la renuncia del entonces gobernador Néstor Perl (PJ). Las analogías con aquel proceso están a la orden del día desde el primer semestre del año pasado no solo en los análisis políticos en los medios de comunicación locales, sino en los cantitos que hacen en las movilizaciones, e incluso se publicó un periódico titulado de esa forma.



El historiador Gonzalo Pérez Álvarez en su libro “Patagonia. Conflictividad social y neoliberalismo. El noreste de Chubut (1990-2005)” describe que en septiembre de 1990, en momentos donde la lucha se acercaba a momentos decisivos: “Los gremios estatales realizaron un plenario con la presencia de ATE, SITRAVICH, ATECH, decidiendo mantener el proceso de lucha hasta que se pague lo adeudado. La crisis social se siguió expresando al interior del gobierno y el vicegobernador (Fernando Consentino) solicitó la renuncia de Perl. La UCR propuso el juicio político, acompañando el pedido que ya había hecho la Comisión de Padres de Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia. Entre los voceros de esas comisiones, hay varios dirigentes radicales que ocuparían puestos en el futuro gobierno (Pérez Álvarez, 2013, pág. 192)”.


Para un resumen en la web de las exposiciones esgrimidas por el autor, podés leer el enlace que compartimos acá. En el libro mencionado, Pérez Álvarez señala que hacia mediados de octubre “se precipita el intento de resolución de la crisis desde la institucionalidad burguesa, con el juicio político a Perl que llevaría a su suspensión y el relevo por parte del vice, Consentino. A fin de mes el juicio político avanza hacia la suspensión de Perl, quien antes presenta su renuncia. A nivel nacional, el gobierno (de Carlos Menem) anuncia que esto frena toda posibilidad de intervención y apoya a Consentino con declaraciones de funcionarios de primera línea (Ibídem, 194)”.


Según el historiador el conflicto se cierra aproximadamente a mediados de noviembre, “dejando como principal saldo, en términos corporativos, el logro de conseguir frenar el intento de despidos masivos en el Estado, manteniendo esos puestos de trabajo a cambio de aceptar el congelamiento salarial y la quita de derechos laborales. Esta suerte de ´acuerdo tácito` entre gobiernos provinciales y trabajadores estatales, atravesó gran parte de la década del noventa (Ibídem, 195)”.


Salvo por los trabajos que citamos, la izquierda no cuenta con investigaciones serias sobre lo que se conoció como “Chubutazo”. Más aun, se deben un profundo balance al respecto. Eso posibilitaría o alertaría al menos para que, entre otras cosas, no se tropiece nuevamente con las mismas piedras, como hasta el momento pareciera que viene sucediendo. ¿El mayor peligro? El seguidismo a las burocracias sindicales y a los partidos patronales, en especial el PJ-kirchnerismo.


Luego de la renuncia de Perl, tras el inicio del proceso de juicio político, si bien se lograron algunas conquistas no menores, vino todo un período de consolidación de políticas de ajustes primero con Consentino y luego en las gestiones radicales, en especial en la primera de Carlos Maestro. La salida institucional no garantiza el triunfo de los reclamos populares. Incluso más, son las que recomiendan los principales intelectuales del régimen, como vimos más arriba.


En la Ciencia Política burguesa se hace alusión a una supuesta “parlamentarización” de los sistemas presidencialistas en clara referencia al carácter de veto que supone la posibilidad de cortar mandatos de representantes que llegan a ocupar sus cargos mediante las elecciones. Para que ello ocurra, además de crisis económicas y movilizaciones populares, Pérez-Liñán afirma que deben registrarse escándalos políticos de magnitud (en general alude a casos de corrupción), medios de comunicación que den relevancia a los mismos y no contar con un escudo parlamentario para defenderse a la hora de la votación. Todas estas últimas condiciones están presentes en Chubut y Mariano Arcioni es consciente de ello. A todo eso debe agregarse que se tejen distintos tipos de especulaciones sobre una salida anticipada del gobernador, una de ellas es la asunción del intendente de Puerto Madryn, Sastre, al frente del Ejecutivo provincial a partir del 10 de diciembre, con un gobierno de transición hasta esa fecha que podría estar en manos del PJ-kirchnerismo de cara a consolidar la alianza que ya se dio a nivel nacional entre Massa, Alberto Fernández y Cristina Fernández.


De lo anterior se desprende que la resolución a los conflictos debe buscarse en la movilización y la autoorganización de los trabajadores, en la cual se delibere ampliamente desde las bases un plan de lucha que tenga por objetivo arrancarle todas las reivindicaciones al gobierno. Quizá el mayor ejemplo de la coordinación desde las bases de la autoorganización haya sido el proceso que se dio el año pasado en cordillera con las Asambleas Interhospitalarias, que funcionaban de forma itinerante en las distintas localidades de la región con representantes elegidos democráticamente en cada uno de los nosocomios estatales. Por ese camino también se inscribe el histórico plenario de delegados provinciales docentes arrancado a la conducción de la ATECh por sus bases y que se desarrollará mañana en Rawson a partir de las 9 horas en la Escuela N 729. Tan nerviosa puso a la cúpula de ATECh el plenario que recién comunicó el horario y lugar donde se efectuará el mismo con menos de 24 horas de antelación.





El gobierno provincial, los partidos patronales en Legislatura y las burocracias sindicales lo tienen bien en claro: lo peor que les puede pasar es que las masas laboriosas coordinen democráticamente y se autoorganicen desde las bases. Allí se corre el riesgo de perder el control de la situación y con ello todos pueden ser objeto de cuestionamiento público por el rol que cumplen en la lucha. Una cosa es que Arcioni caiga producto de la movilización y otra muy distinta es que su salida sea reconducida por arriba, por los andariveles de la institucionalidad burguesa. Por ello se hace imprescindible que los plenarios de delegados se desplieguen en toda la provincia, que incluya a afiliados y no afiliados, a jubilados y a desocupados, que una lazos con los estudiantes y confluya en una gran asamblea unificada que construya la huelga general provincial, y que sea acompañada con otras medidas de acción directa como los piquetes en las principales rutas del territorio y/o las ocupaciones de dependencias estatales. La construcción del “Chubutazo” debe convertirse en un ejemplo para el resto de la clase trabajadora y los sectores populares del país. Eso es lo que buscan evitar a consciencia las clases dominantes en nuestra provincia y sus aliados: las burocracias sindicales.


Referencias

Malamud, A. (2018). El oficio más antiguo del mundo. Secretos, mentiras y belleza de la política. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Capital intelectual.

Pérez Álvarez, G. (2013). Patagonia. Conflictividad social y neoliberalismo. El noreste de Chubut (1990-2005) . Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Imago Mundi.

Pérez-Liñán, A. (2009). Juicio político al presidente y nueva estabilidad política en América Latina. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Premici , S. (2019). La Patagonia ajustada. Las políticas del macrismo en la región. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Acercándonos Ediciones.

viernes, 6 de septiembre de 2019

El PTS se sumó al circo de la MUS en Legislatura mientras Ávila organizaba la represión

A pesar que el día anterior Jorge Ávila, titular del sindicato del Petróleo, amenazó con “pasar por arriba” de los piquetes de estatales en Comodoro Rivadavia, el partido de Nicolás del Caño y Myriam Bregman en Chubut decidió sumarse al circo de la Mesa de Unidad Sindical y del bloque del PJ-FPV en Legislatura. Parlamentarismo al palo y seguidismo al kirchnerismo. Un debate sobre qué partido necesita la clase trabajadora.





Por Alejandro Marino


Cuando el lunes último el secretario General del Sindicato del Petróleo y Gas Privado del Chubut, Jorge “Loma” Ávila, amenazó públicamente con “pasar por arriba” de los piquetes que desarrollaban los trabajadores estatales en las rutas de Comodoro Rivadavia, no estaba bromeando, y todo el arco político provincial lo sabía. El gobierno de Mariano Arcioni se encuentra en una situación de extrema debilidad que hace imposible una nueva represión sin que su gobernabilidad estalle en mil pedazos. De ahí los llamados para que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, intervenga. De ahí, también, la decisión de tercerizar la represión en la patota del burócrata que entregó varias de las principales conquistas del sector petrolero con la adenda firmada en 2016.


Cuando el pasado 30 de agosto terminó la reunión entre la Mesa de Unidad Sindical (MUS) y el gobernador Arcioni, quedó claro que se buscaría hacer lo imposible para llevar el conflicto a un impasse, aprovechando el depósito del último rango que se debía a los estatales. La idea era clara e indisimulable: pactaron implícita o explícitamente un "stand by" hasta el 11 de septiembre, fecha en que supuestamente se pagará al menos 30 mil pesos a los estatales. En Sarmiento la MUS, y en particular la conducción provincial del Sitravich (Sindicato de Trabajadores Viales del Chubut), hicieron lo imposible por levantar los cortes de ruta, pero los trabajadores se opusieron con vehemencia. Pocas semanas antes se había protagonizado una pueblada ante el intento de represión de la Policía del Chubut.


En ese marco es que se debe entender la jugada de la MUS y su proyecto de supuesta reforma tributaria, que en realidad era la declaración de “emergencia de los sistemas de educación, de salud y alimentarios en la Provincia del Chubut por el término de UN (1) año a partir de la sanción de la presente”, con la creación de un “fondo especial denominado ´FONDO DE EMERGENCIA DE LA EDUCACION, LA SALUD Y SEGURIDAD ALIMENTARIA `, en el ámbito del Poder Ejecutivo, el que estará integrado por los importes que se recauden mientras dure la emergencia, como producto de la aplicación de la presente Ley, en el marco de la responsabilidad social empresaria”.


La maniobra no se prestaba a dudas: distraer a los trabajadores de la deliberación de planes de lucha que robusteciesen los piquetes en Comodoro Rivadavia y Sarmiento, evitar la movilización en las distintas localidades e incluso posibles nuevas ocupaciones de dependencias estatales, entre otras acciones. Lo advertimos en dos artículos en este mismo espacio que podés leer acá y acá.


La única posición correcta al respecto era denunciar sin contemplaciones no solo el contenido del proyecto, sino, y, sobre todo, la función que cumple. De todo ello, se desprendería necesariamente que no se lo debería apoyar y muchos menos movilizar “críticamente” a Legislatura al circo de la MUS, mientras a tan solo 400 kilómetros del lugar se tejía entre el gobernador Mariano Arcioni, la Policía del Chubut y el “Loma” Ávila la anunciada represión a los piquetes estatales.





El centro de la orientación de cualquier fuerza que se precie de revolucionaria debió haber estado puesto en la movilización, en la solidaridad previa a los piquetes antes de la represión en el sur de la provincia y en clarificarle al resto del activismo de la maniobra confusionista de la MUS. Se debió haber denunciado que era criminal ir a Legislatura mientras existía la posibilidad concreta del ataque a los piquetes.



Por el contrario, el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) movilizó al parlamento provincial al considerar que el proyecto es un “paliativo” y “progresivo”, como claramente lo expresa su candidato a diputado nacional, Martín Sáez en el video que compartimos. 






Algunas horas antes, el PTS había difundido un artículo titulado “Chubut: la cúpula de la MUS y el kirchnerismo proponen ´resolver la crisis` sin tocar las ganancias de grandes patronales”, que pareciera desligarse de la iniciativa, aunque en el desarrollo del texto reconocen que es un “paliativo”, y que el “hecho de poner en el foco de la discusión y legislar para afectar a las grandes empresas que protagonizaron el lucro histórico a partir de los recursos de la provincia, significa sin dudas un paso hacia adelante”. El texto tiene esos clásicos rasgos contradictorios de todo artículo escrito con culpa. Pues, cuesta creer que un proyecto al cual se califica de “paliativo” y de ser “un paso adelante” a la vez sea hecho “a la medida de los empresarios y pautado a espaldas de las bases por el pj-kirchnerismo y la MUS”.


En el artículo, firmado por Martín Sáez y Noemí Barra, se llega al colmo de reivindicar el mismo proyecto que presentó el año pasado la MUS en ocasión de la histórica lucha del primer semestre. En aquella ocasión el PTS se jactó de marchar junto a 3 mil personas en apoyo del mismo. Lo que callan es que, en 2018, además de pretender declarar la emergencia en salud y educación, también lo hacía en seguridad. Sí, el PTS movilizó por un proyecto que buscaba fortalecer el aparato represivo del Estado. Nunca hizo balance al respecto.






Más arriba dijimos que escribimos dos artículos sobre el tema: el primero el lunes y el otro el martes. Es que el proyecto sufrió innumerables modificaciones de espalda a los trabajadores. La MUS y el bloque del PJ-FPV titularon uno de los borradores “emergencia en educación, salud y seguridad ciudadana”, y luego cambiaron “seguridad ciudadana” por “seguridad alimentaria”. A eso se suma que el proyecto ni siquiera se trató el día de la convocatoria y cuesta creer que se lo haga próximamente. La poca seriedad del asunto pone al descubierto el carácter confusionista del proyecto: desviar el foco de atención de lucha en las calles para llevarlo al parlamento provincial. 


La deriva electorera del Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad (FITU) en general, y del PTS en particular, es motivo de crítica de gran parte de la izquierda hace algunos años. Pero en los últimos meses el parlamentarismo y el seguidismo al kirchnerismo parece haber pegado un salto cualitativo.


En la conferencia de prensa del FITU del domingo 11 de agosto, cuando el desplome de Cambiemos se consolidó con los resultados de las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), y se hacía referencia en todos los medios burgueses de crisis de gobernabilidad, los referentes de izquierda solo hacían alusión a un supuesto buen resultado en los comicios.


Más aun, el propio Nicolás del Caño (PTS), mientras la escapada del dólar volvía a licuar el salario de los trabajadores, llamaba a que sesione el Congreso de la Nación para discutir una salida allí adentro, en el mismo lugar donde se votaron todas las leyes de ajuste.


No puede extrañar, entonces, que el PTS se sume a la convocatoria de la MUS y del bloque del PJ-FPV para apoyar "críticamente" un proyecto en la misma Legislatura que le aprobó el pacto fiscal a Mauricio Macri en nuestra provincia y fue partícipe necesaria de todos los endeudamientos y las renegociaciones de contratos petroleros a favor de las multinacionales, entre otras perlitas.


La crítica a las orientaciones parlamentaristas al interior de la izquierda está en el ADN del marxismo revolucionario. Lenin en su “El Estado y la revolución. La teoría marxista del Estado y las tareas del proletariado en la revolución”, comentando un pasaje del balance de Karl Marx sobre la Comuna de París, señala: “Los ministros y parlamentarios profesionales, los traidores al proletariado y los socialistas ´utilitarios` de nuestros días han dejado a los anarquistas toda crítica al parlamentarismo y, sobre esta base maravillosamente razonable, denuncian que toda crítica del parlamentarismo es ¡¡´anarquismo`!! No es de extrañar que el proletariado de los países parlamentarios ´avanzados`, asqueados con ´socialistas` como los Scheidemann, David, Legien, Sembat, Renaudel, Henderson, Vandervelde, Stauning, Branting, Bissolati y Cía., vuelque cada vez más sus simpatías al anarcosindicalismo, a pesar de que este último es simplemente hermano gemelo del oportunismo”. 


En una provincia donde las fuerzas populistas y las tendencias en el activismo al autonomismo son las que priman, flaco favor le hace el PTS al avance de la consciencia socialista en la vanguardia con su embellecimiento del parlamento burgués en un período de luchas de clases donde tanto por izquierda como por derecha se habla de un “Chubutazo” en curso.


¿Cuál piensa la militancia del PTS que fue la reacción de los kirchneristas Tomás Montenegro (secretario General de la CTA de los Trabajadores) y de Santiago Goodman (secretario General de ATECh) al ver la presencia de un partido trotskista en las escalinatas de Legislatura en apoyo “critico” al proyecto que ellos presentaron? ¿Ofuscación o una sonrisa cómplice reconociendo que una vez más lograron traccionar al movimiento en su conjunto, con fuerzas de izquierda incluidas, para sus propósitos?  


Decíamos en el artículo al que nos referimos con antelación: “Debe recordarse, además, que el año pasado a partir de la toma del Ministerio de Educación por la docencia, y del tsunami de ocupaciones de delegaciones estatales que le prosiguió a lo largo y ancho de la provincia, las conducciones gremiales nucleadas en la MUS perdieron el control de la lucha por varios días. Lograron recuperar la iniciativa con una movilización de miles de personas a Legislatura para el tratamiento de la ley. A partir de entonces tuvieron relativamente controlado el proceso. Una lectura posible es que nunca los estrechos andariveles de los parlamentos burgueses deben reemplazar las iniciativas de las masas, si es que estas pretenden triunfar en sus luchas. Otra lectura es que las bases tienen que hacer lo imposible para ser las dueñas de sus propios destinos y no depositar ninguna expectativa en las conducciones burocráticas y las fuerzas políticas patronales a las que responden estas últimas”.


El propio Lenin se encargó durante toda su militancia revolucionaria en esclarecer el rol de la democracia burguesa y el parlamento. En la obra que citamos más arriba afirma: “Decidir una vez cada tantos años qué miembros de la clase dominante han de reprimir y aplastar al pueblo a través del parlamento: tal es la verdadera esencia del parlamentarismo burgués, no solo en las monarquías constitucionales parlamentarias, sino también en las repúblicas más democráticas”.


Los partidos que se pretenden revolucionarios se prueban en escenarios convulsivos. La lucha estatal en Chubut es una escuela de guerra al respecto desde el año pasado. Quienes marchan detrás de proyectos de emergencia en seguridad, o falsas salidas parlamentarias, haciéndole seguidismo a las burocracias sindicales y a los partidos patronales, anticipan en los hechos concretos cuál será el rol que jugarán cuando la situación que vive nuestra provincia sea la que se extienda a nivel nacional. La dirección del PTS es un claro ejemplo de ello.


De lo que se trata es de hacer lo imposible para mostrarle a las masas que la única salida es la movilización, con un programa independiente, que apunte a la autoorganización de los trabajadores y el pueblo con plenarios de delegados en toda la provincia y medidas de acción directa como piquetes, ocupaciones de delegaciones estatales en la perspectiva de la huelga general provincial hasta conseguir todas las reivindicaciones.