El dirigente se refiere al intento de expulsión del PO del
cual es objeto junto a Marcelo Ramal y a más de 700 militantes. Cuestiona la
estrategia política de la conducción de su partido, como así también la del
Frente de Izquierda, mientras sigue apoyándolo, y adelanta que la izquierda no
se prepara como corresponde ante la inminencia de una rebelión popular producto
de las políticas de ajuste de los partidos patronales.
Por Iván Marín
El sábado por la noche el mundo de la izquierda local se vio
sorprendido por un comunicado oficial en la página web del Partido Obrero (PO) titulado: “Altamira y su grupo rompen
con el Partido Obrero”. Si bien las diferencias eran conocidas hacía un buen
tiempo, y el propio Jorge Altamira difundió en su sitio de Facebook análisis
políticos muy críticos de las campañas electorales provinciales del Frente de Izquierda,
no deja de llamar la atención la noticia a pocos días de que el propio PO, el
Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) e Izquierda Socialista (IS)
anunciaran una alianza con el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST),
a la que denominaron Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad (FITU).
Lo que sigue es la entrevista completa que le realizamos
ayer desde Prosa Urgente a Altamira, y que fuera anticipada en un extracto de 5
minutos en nuestro sitio de Facebook. Compartimos el audio del reportaje en su
totalidad (25 minutos) mediante formato en video en YouYube y la transcripción
del mismo.
El sábado por la
noche se conoció un comunicado de la dirección nacional del Partido Obrero
planteando que usted junto a Marcelo Ramal y una fracción importante de
militantes habían decidido romper y abandonar el partido. En principio la idea
es charlar sobre eso y obviamente las caracterizaciones políticas y
estratégicas que están detrás de todo este asunto. ¿Qué tiene para decidir
sobre esta afirmación, que es bastante polémica, por cierto?
Que es mentira. No tenemos ninguna intención de romper nada.
Simplemente es una forma de encubrir el intento de excluirnos. Es decir, dicen
que nosotros nos apartamos del partido y entonces toman nota de ese hecho, pero
en realidad no ocurre eso. Lo que nosotros hemos hecho es solicitar el
reconocimiento de una tendencia política al interior del PO, algo que está previsto
en los estatutos, para poder acceder en el debate político interno a todas las
instancias. Porque en el último Congreso se discutió en el PO una serie de
documentos, para elegir los delegados al Congreso, etcétera, y ni yo ni Ramal
pudimos participar en ningún lugar. De modo que las reuniones previas al
Congreso para elegir delegados se realizaron escuchando a una sola voz. Aun así
tuvimos una representación importante. Pero es completamente absurdo que un
Congreso se haga escuchando una sola voz. Al reclamar la constitución de una
tendencia lo que queremos es acceder a todos los lugares que en el temario
figure la discusión política de algunos problemas. Y esto ha sido respaldado
por un documento donde se fijan todas nuestras posiciones, y hasta el momento
por 770 militantes identificados muy plenamente por su lugar de trabajo, su
lugar de militancia. Y es mi estimación que el fin de semana este llegaremos a
más de mil.
En el intercambio de
documentos que publicó el propio partido se ve un debate muy rico en cuanto a
caracterizaciones y discusiones sobre cómo afrontar la situación que está
viviendo la economía de país. ¿Podría resumir de qué se trata este debate
interno que debe ser uno de los principales motivos por el cual existen estas
discrepancias?
En mi opinión, y esto naturalmente hay que debatirlo, hay
una deriva electorera. Que ya se apunta desde hace tiempo pero que cada vez es
más manifiesta. También una deriva parlamentarista. Que significa lo siguiente,
que toda la estrategia del PO está subordinada a esta deriva. Hoy Néstor
Pitrola en Clarín declara que ellos aspiran a conquistar diez bancas. Como es muy difícil que consigan diez bancas, ojalá se consigan una o dos bancas en el Congreso Nacional, este
planteamiento muestra que se pretende construir el PO encima de procesos
electorales y no por un desarrollo de la consciencia política de los
trabajadores, de modo que estos se unifiquen en pos una lucha por el poder
político. En un país que tiene un derrumbe extremo como este, donde la
situación es insoportable y hay luchas parciales por todos lados, hay que
unificar un planteamiento político y promover que todas estas luchas se
unifiquen en la forma de una rebelión popular. Una campaña electoral debe estar al servicio de la preparación política de esta lucha, y no puede ser una campaña
tradicional de que vamos a hacer esto y vamos a hacer lo otro, porque por otra
parte es mentira. La izquierda en una posición parlamentaria no va a hacer
absolutamente nada, no tiene condición de hacer absolutamente nada, es una
quimera, que simplemente disimula el afán de algunas personas de querer llegar
al Congreso o a las legislaturas. En la única forma que se puede construir un
partido obrero es a través de una lucha colectiva que permita desarrollar una
consciencia política. Insisto en esto, política, porque todo el mundo participa
en el PO, nosotros nuestros adversarios, etcétera, participamos en luchas
cotidianas. Pero el problema es cómo el partido se construye como organización
en función de introducir una cuestión política en la clase obrera, por lo tanto
un planteamiento de poder, de modo de desenvolver esta consciencia entre los
trabajadores y sobre la base de eso organizar y luchar por el poder político
del país. Esta es la esencia de esta discusión. Puede ser más compleja, hay
muchos matices.
Ahora, esta discusión se puede desenvolver perfectamente
respetando las normas democráticas. En cambio, ya hace tiempo vienen habiendo
expulsiones. Una de las cosas que nosotros reclamamos es la lista de quienes
hayan sido expulsados en los últimos tiempos, los motivos, por qué no los conoce
el Comité Nacional. Yo he estado en el Comité Nacional hasta hace poquitito,
así que yo sé que no sabemos de esas expulsiones que han ocurrido. Y le quiero
decir algo más. Una, yo tengo mis dudas de que el Comité Nacional haya resuelto
lo que se dice en el comunicado porque no se ha reunido. Y al mismo tiempo, un
importantísimo, de los más importantes dirigentes actuales del Comité Nacional,
por WhatsApp ha repudiado este comunicado.
¿Quién es?
No, por el momento no quiero señalarlo. Aunque mi posición
es contradictoria porque lo ha hecho circular por WhatsApp, es decir junto con
muchos compañeros de su sindicato. Pero al mismo tiempo como no tengo de parte
de él un permiso para invocarlo. No le estoy contando algo que me dijeron al
oído. Es más, lo he reproducido en Twitter y en mi página de Facebook y en un
sitio que se llama “Altamira responde”, así que usted lo puede consultar ahí.
Y el otro punto es que se toman este tipo de medidas
punitivas al comienzo de una campaña electoral como si no advirtieran el golpe
dañino que esto significa para la campaña electoral. Es muy llamativo. Porque
entonces resulta que los críticos de los candidatos son más defensores de la
campaña electoral que los propios candidatos
¿Ustedes siguen
apoyando al Frente de Izquierda?
¿No acabo de decirle? Nosotros denunciamos el daño que están
causando al Frente de Izquierda.
Una de las
acusaciones que vierte el otro sector, en torno a la campaña electoral, es que
dicen que el sector de ustedes es antielectoralista y los acusa de
propagandistas, ¿qué respuesta tiene frente a eso?
Yo participé de la campaña en Tucumán y en Santa Fe, así que
sería un antielectoralista que impulsa campañas electorales y llama al voto.
Ocurre lo siguiente, hay mucha chicana acá. Lo cual revela una gran inmadurez
política, lo cual es un hecho muy importante, porque una cosa es sostener una
posición equivocada y otra cosa es chicanear. Yo fui candidato, yo fui
legislador. Cómo se le puede atribuir un antielectoralismo necio a quien ha
desarrollado importantísimas campañas electorales. Eso es francamente una
estupidez, y simplemente yo lo llamaría una chicana. Se tiran otras chicanas.
Quiere decir que ni siquiera saben en qué lucha política están participando. Es
decir, qué luchas de ideas entre nosotros ellos están protagonizando. Nosotros
somos conscientes de lo que estamos defendiendo, y ellos parecen navegar en el
limbo, porque, ¿cómo pueden decir cosas tan absolutamente tontas? Además, a todos
ellos los formé yo mismo, así que realmente es un retroceso muy grande o nunca
entendieron absolutamente nada y yo no me di cuenta.
Una de las cosas que
llama la atención como cierto punto de acuerdo entre ambos sectores es una
inquietud a no ceder a las presiones electoralistas de los socios que tienen en
el Frente de Izquierda. Tanto ustedes como la otra fracción lo plantean
recurrentemente, ¿ustedes consideran que ellos han cedido frente a eso o no?
En forma total y completa han cedido porque están haciendo
una campaña electoralista y mediática. La campaña no tiene profundidad
política. Son spots con slogans, repetición de fórmulas agotadas. No hay un
discurso, un análisis político, un análisis de la crisis, la perspectiva de una
rebelión popular. Nada. Es una campaña mediática nada más, que es la que hace
el PTS, Izquierda Socialista. Lo cual me introduce en un tema importante, que
yo estaba pensando que debiera exponérselo a usted, que es que esta es una
crisis de toda la izquierda en la Argentina, y también es una crisis
internacional. Porque este electoralismo ha invadido a la mayor parte de la
izquierda llamada revolucionaria en otros países. Estamos ante una gran crisis
política internacional de la izquierda revolucionaria. Por eso yo tomo con
tanta seriedad el debate político y la crisis en el PO. Es decir, su alcance,
su dimensión es mucho mayor que la que puede emerger de nuestras propias filas.
Tiene un alcance internacional, porque internacionalmente se nos veía como una
fuerza revolucionaria que crecía, a pesar de lo que opinaban el resto del mundo
que las fuerzas revolucionarias no tienen margen de crecimiento. Entonces,
éramos una especie de contra alternativa. Y ahora no. Ahora nos hemos sumado al
montón, dejando sin perspectiva a la vanguardia más calificada, más consciente
de la clase obrera.
Usted históricamente
ha tenido varios artículos polemizando con cierta izquierda democratizante.
¿Podría definirnos en breves palabras a qué se refiere con esa definición y qué
relación guarda todo esto con la crisis que hay en el PO y en la izquierda en
general?
Nosotros le llamamos izquierda democratizante a las
corrientes de izquierda que utilizan slogans y fórmulas de tradición
revolucionaria pero cambiándoles el sentido, transformando los slogans dentro
del régimen existente. Le voy a dar un slogan que cualquiera que lo escuche
diría ´bueno, este es un slogan correcto`, lo acabo de leer -de todos le hago
una aclaración, yo he hecho una crítica al programa del Frente de Izquierda y
demostrado esas características porque está reñido con una calidad
revolucionaria. Es un amontonamiento de conceptos, que eso es muy
contradictorio. Por ejemplo dicen, ´luchamos por un gobierno dirigido por los
trabajadores`. Todo el problema consiste acá en esto, en saber si va a ser un
gobierno dirigido por los trabajadores en el marco del capitalismo o para
quebrar el Estado capitalista. Porque la fórmula ´luchamos por un gobierno
dirigido por los trabajadores` todavía no cuestiona el sistema político ni nada
por el estilo. ¿Cómo sería dirigido por los trabajadores? Entonces se busca
conciliar una fórmula revolucionaria con un planteo dentro del sistema democrático
burgués. Eso es democratizante. La adulteración burguesa de consignas
revolucionarias.
Le doy otro ejemplo, se dice ´que la crisis la paguen los
capitalistas`, y en el programa que se ha aprobado para las elecciones por
parte del Frente de Izquierda se reclama una nacionalización de los bancos para
darle créditos a las empresas (risas). Eso no es que la crisis la paguen los
capitalistas, eso es la nacionalización de los bancos para rescatar a la clase
capitalista. Esto de nacionalizar bancos para rescatar a la clase capitalista
lo ha hecho el gobierno de Inglaterra, fue propuesto por Estados Unidos con
motivo de la última gran crisis. Al venirse abajo el sistema bancario, y con
eso el peligro de que se cayera todo el sistema económico, en Inglaterra se
nacionalizaron varios bancos. Todavía están nacionalizados. Por ejemplo, el
Royal Bank of Scotland fue uno de los más importantes. Está nacionalizado para
mantener el flujo de crédito de la clase capitalista. Esto no es que la crisis
la paguen los capitalistas, sino que la izquierda plantea un rescate de los
capitalistas a través de la nacionalización.
¿Qué perspectiva ve
para el desarrollo de la lucha de clases en el país, y de la economía? Hay un
consenso generalizado en los partidos patronales de que se va a ir a un nuevo
acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y eso implica necesariamente
más ajuste.
Bueno, eso vamos a ver si hay acuerdo o no. Es decir, todos
quieren un acuerdo, pero no todos quieren el mismo acuerdo. Por ejemplo, si
cualquier acuerdo que se llegue fuera más de lo que ha hecho Macri el país
explota. Hay un sector muy importante de la clase capitalista que comprende
eso. Entonces, quiere un acuerdo para aflojar el ajuste. Y esto va a llevar a
peleas. En Grecia se llegó a una crisis descomunal con motivo de esto, el
gobierno tuvo que convocar a un referéndum que rechazó el acuerdo con el FMI, y
el gobierno terminó llegando a un acuerdo igual y repudió la voluntad popular.
Es decir, estamos en un terreno de crisis, que son eslóganes baratos, decir,
´bueno, quieren esto, quieren lo otro`. Lo que quiere decir es si lo pueden
lograr. Si el FMI va a aceptar un acuerdo que afloje las riendas y si un nuevo
gobierno puede gobernar apretando más de lo que están apretando ahora.
Acá hay una crisis política. Es notable que en la izquierda
no se entienda que hay una crisis política del régimen capitalista, que no se
lea una cosa de este tipo y no se saquen las conclusiones, y simplemente
pasemos de denuncias tras denuncias. Todos quieren llegar a un acuerdo con el
FMI, indudablemente. Ahora el punto es el siguiente, ¿qué implica un nuevo
acuerdo con el FMI después del desastre provocado por este acuerdo? Si se
continúa, una explosión social. Si no se continúa, una crisis con el FMI.
¿Qué implica ambas?
En todos los casos un agravamiento de la crisis política, y
por lo tanto la obligación de la izquierda de señalarle esto a los trabajadores
para que luchen por su propio poder político porque de lo contrario no van a
tener ninguna salida más que el agravamiento de su propia situación.
¿Y eso es un poco lo
que ustedes plantean de que no está en juego en la campaña electoral?
Claro. El único que habla de eso en la campaña electoral soy
yo. Es más, en esta crítica que hago al programa lo digo. Se anuncian males
cada vez más mayores para el pueblo como consecuencia de que todos quieren
llegar a un acuerdo con el FMI y se llama a votar al Frente de Izquierda. Esto
no es ninguna salida. Acá lo que hay que decir es que como consecuencia de eso
va a haber una rebelión popular y tiene que decir qué va a hacer el Frente de
Izquierda para organizarla y darle una proyección. Y no simplemente ´miren qué
malos son los otros, vótenme, a ver si meto dos o tres diputados”.
Hay un
embellecimiento del sistema electoral de alguna manera. Al no plantear que con
las elecciones no se va a solucionar nada para el pueblo trabajador, que creo
que es en última instancia lo que está diciendo usted.
Yo voy más lejos que eso, porque ninguna elección, yo lo que
digo es que se está desarrollando una crisis política por debajo del proceso
electoral, que es la fuerza motriz de todo lo que está ocurriendo, y el proceso
electoral es un encubrimiento de esto. Eso hay que decirlo al trabajador. Eso
es hacer un planteamiento profundo, con contenido. Lo demás es aparecer en un
spot diciendo ´miren nosotros somos mejores que los otros`. Y eso no conduce a
nada. Puede mejorar un poco la performance electoral, pero también puede ser
que la perjudique a la performance electoral porque es muy notoria la
contradicción con la realidad que vive el pueblo.
¿Me equivoco si en la
lectura de esta polémica no observo diferencias estratégicas sino que más bien
lo que hay son diferencias tácticas y de caracterización de la situación?
Sí, se equivoca. Son estratégicas las diferencias.
¿En qué sentido?
Yo le acabo de decir. Si usted en una situación política
determinada en lugar de hacer una intensa propaganda y una agitación explicando
que hay una crisis que domina el proceso político, y que no hay una salida de
tipo electoral; en lugar de eso usted se mete en un proceso electoral con el
planteo de ´vótenme a mí porque los demás son malos` la diferencia estratégica
es muy grande. Es la diferencia entre una estrategia revolucionaria y una estrategia
contemporizadora.
¿Hay lugar para la
militancia en un mismo partido con diferencias desde el punto de vista
estratégico, porque de alguna manera lo que plantea el otro sector es que
habría lugar pero que ustedes se fueron porque quisieron?
No me lo diga más porque no se lo voy a repetir: no nos
hemos ido de ningún lado. No nos vamos de ningún lado y no pensamos irnos.
Nosotros vamos a recuperar el Partido Obrero. Esto por favor no volvamos sobre
el tema. El otro sector pretende también ser revolucionario, por lo tanto el
problema de si pueden convivir o no va a ser resuelto por una discusión
política y por la experiencia en común. Es una crisis abierta. Ahora, a la
pregunta de que el problema es táctico, no, no es táctico. Y a la pregunta de si
un problema estratégico significa una escisión, tampoco. El PO tiene un
programa. Un programa aprobado en un Congreso Internacional en el 2004. Ese
programa lo redacté yo. Todos dicen que están de acuerdo con ese programa.
Nosotros cuestionamos que estén de acuerdo con ese programa. Bueno, hay un
debate. Vamos a ver lo que ocurre. Ahora, expulsar compañeros es amputar el
debate, y eso es un salto cualitativo, y es perjudicial para la campaña
electoral del Frente de Izquierda, porque la opinión pública ve este tipo de
cosas y dice, ´ah, bueno, si las cosas son así yo no los voto`. Es una cosa
horrible lo que están haciendo. Se están amputando a sí mismo, se están tirando
al pie.
Ellos dicen que en
los estatutos no existe la figura de fracción pública
Entonces que digan, que fundamenten, ´miren compañeros,
tenemos el mejor deseo de acogernos al reconocimiento de ustedes pero no existe
la fracción pública`, y discutimos si existe o no existe. Pero no cabe expulsar
a nadie.
¿Qué perspectiva ve
con esta situación?
Hay una crisis en desarrollo, y un crecimiento notorio de
las fuerzas militantes hacia nuestra postura política.
¿Esto viene para
largo?
Vamos a ver. Pero nosotros no nos vamos del Partido Obrero.
El Partido Obrero es nuestro. ¿Usted se imagina que alguien puede agarrar y
decir que él es el Partido Obrero y no lo es Altamira? No tiene ningún sentido.
Le acabo de decir, yo redacté el programa del partido, que es el único punto
que debe aceptar un militante para estar en el Partido Obrero, su programa. No
me van a excluir a mí del programa que yo escribí. Hay una crisis en
desarrollo. Y nosotros denunciamos el daño que le están haciendo a la campaña
electoral del Frente de Izquierda, y denunciamos la ola de expulsiones que han
desatado. Es decir, denunciamos una política liquidacionista del Partido
Obrero. Por eso nuestra respuesta al comunicado es ´paremos el intento de
liquidar al Partido Obrero`.