La dinámica de los acontecimientos se desarrolla, por un
lado, entre el “pacto social” alentado por Alberto Fernández, Mariano Arcioni y
las burocracias sindicales y, por el otro, en las embrionarias manifestaciones
de coordinación de las bases entre salud y educación. Septiembre finaliza al
rojo vivo.
Ilustración: Gastón Spur |
Por Iván Marín
“La MUS y la ATECh quieren planchar el conflicto”, se
escucha en las bases de todos los rincones de la provincia. La previsión no
carece de fundamentos. Los movimientos de trabajadores autoconvocados, que no
se los debe catalogar como antisindicales, no solo se han fortalecido, sino que
comenzaron a atar lazos entre ellos en las últimas semanas. De esa embrionaria
coordinación surge un denominador común en la lucha contra las políticas de
ajuste: la desconfianza hacia la mayoría de las conducciones sindicales.
A diferencia de lo que ocurrió a comienzos de 2018, los
cuestionamientos a la Mesa de Unidad Sindical (MUS), y a la conducción de la
Asociación de Trabajadores de la Educación del Chubut (ATECH), están en el
centro de la escena. Las figuras de Santiago Goodman, secretario General del
sindicato docente, y de Tomás Montenegro, titular de la CTA de los
Trabajadores, cada vez se ven más horadadas ante amplios sectores de sus bases.
Lo propio pasa con César Milani, al frente del Sindicato de Trabajadores Viales
del Chubut (Sitravich), la otra fuerza de importancia en la MUS, quien es
duramente criticado desde el sur de la provincia por su tibieza. Todos estos
sectores comparten una pertenencia política en común: el Frente de Todos,
comandado por Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.
“¿Saben algo de un supuesto arreglo entre la MUS y el
Gobierno?”; “¿Es verdad que le bajaron línea a los sindicatos en la reunión de
Buenos Aires para que firmen la ´paz social`?”; “¿Tienen idea si es cierto que
la MUS se reunió en secreto con el Gobierno, como dicen los medios de
comunicación?”; “Muchxs desconfiamos de la
conducción de ATECh. No queremos que nos entreguen como el año pasado”; “¡Van a
transar, van a transar! ¡Fíjense que no respetaron casi nada de lo votado en el
Plenario Provincial de Delegados/as Docentes. No hubo cortes coordinados de
rutas ni tampoco llamaron con la MUS a un plenario intersectorial”; “Le van a
hacer caso a Alberto Fernández y se van a ir de las calles”; “Están pensando en
las elecciones de octubre, no quieren quilombo”, son algunos de los mensajes y
consultas que nos llegan por diversos medios casi todos los días a Prosa
Urgente. Como se observa, la disposición a la lucha de las bases tiene que
sortear ese gran obstáculo que son las burocracias sindicales. Cada vez hay más
consciencia de ello.
De lo que también se tiene consciencia en todos los bandos es
de lo clave que será esta semana para el desarrollo del conflicto. A dicha
claridad se llegó luego de la reunión del pasado lunes en Buenos Aires entre
Sergio Massa, Eduardo “Wado” de Pedro, Mariano Arcioni, Diego Bossio; el
presidente del bloque de diputados provinciales de Chubut Somos Todos, Jerónimo
García; los intendentes de Puerto Madryn, Ricardo Sastre, y de Trelew, Adrián
Maderna, el viceintendente de Comodoro Rivadavia, Juan Pablo Luque; los
diputados provinciales Carlos Gómez, Gustavo Fita, Gabriela Dufour, Blas Meza
Evans, y José Grazzini; el senador nacional Juan Horacio Pais y el dirigente
Gustavo Mac Karthy y secretario General del Sindicato de Petroleros y Gas
Privado del Chubut, Jorge “Loma” Ávila. Además,
según informaron diversos medios de comunicación, el gobernador y el ministro
de Economía, Oscar Antonena, mantuvieron una reunión por teleconferencia con el
ministro del Interior Rogelio Frigerio, donde el funcionario nacional se habría
comprometido con el aporte de 2 mil millones de pesos (1300 a través de fondos
del Anses con la compra de letras y 700 como anticipo de coparticipación) con la idea de adelantar el
pago a los estatales para que todos cobren en la primera quincena de octubre.
En estas negociaciones, en busca de un pacto social, deberían cumplir un rol
fundamental las conducciones sindicales, tan cuestionadas por sus bases, como
mencionamos más arriba.
A pocas horas de su despedida, septiembre sigue siendo un
mes al rojo vivo a pesar del desempeño de las burocracias sindicales. Desde su
primer día lo fue. El viernes 30 de agosto el Gobierno y la MUS pactaron un
impasse con el depósito del tercer rango a los estatales. La idea era que la
semana pasara sin ton ni son y aprovechar alguna salida decorosa del conflicto
con las conducciones sindicales. Predisposición a estas últimas nunca les
faltó. Por ello montaron el circo en Legislatura sobre el supuesto tratamiento
del proyecto de ley para declarar la Emergencia en educación, en salud y
alimentaria. Un proyecto distraccionista de pe a pa, cuyo único objetivo fue
intentar llevar la movilización de las rutas y las calles al parlamento
burgués. Pero el ataque durante la madrugada del miércoles 3 de septiembre de
una patota comandada por “Loma” Ávila contra los estatales que cortaban rutas
petroleras rompió con el intento de “stand by”, y la CTERA se vio obligada a
decretar un paro nacional para el jueves 5. El repudio se generalizó en toda la
provincia y con ello la coordinación entre las bases, quienes en la docencia le
arrancaron un histórico plenario provincial de delegados/as a su dirigencia
para el martes 17. Ese día también se realizó la Asamblea Provincial
Interhospitalaria en la ocupación del ministerio de Salud, en Rawson. Por la
tarde, de regreso a Comodoro Rivadavia, fallecerían las docenes Jorgelina Ruiz
Díaz y María Cristina Aguilar, en un accidente automovilístico. Por la noche
los incendios de Legislatura y Casa de Gobierno fueron noticia internacional.
Los acampes en dependencia estatales se generalizaron e inmediatamente la
coordinación también, realizándose asambleas intersectoriales afuera del acampe
en Legislatura. El “Fuera Arcioni” se convertiría en el grito de guerra de los
trabajadores contra quien consideraba principal responsable de la situación en
que se encuentra la provincia y, como consecuencia de ello, por derivación, de
la muerte de las compañeras. El pedido de juicio político al gobernador (como salida institucional a la crisis) debe
entenderse en ese marco.
Decíamos que en general hay acuerdo en que la lucha se
aproxima a momentos definitorios. El reconocido historiador marxista Pablo
Pozzi anduvo en la zona dictando un seminario de posgrado en la sede Trelew de
la Universidad Nacional de la Patagonia, y no dejó pasar la oportunidad para
acercarse el miércoles pasado al acampe de Legislatura a llevar su solidaridad.
Allí, además, brindó una charla. En diálogo con Prosa Urgente, luego de
manifestar su admiración por la combatividad de los trabajadores involucrados
en la lucha, no dudo en señalar que el conflicto está llegando a un momento
clave, “en el cual la gente empieza a cansarse. Si no se encuentra una salida
va a comenzar la desmovilización y eso lleva a la derrota”. La advertencia del
historiador coincide con una caracterización generalizada en amplios sectores
del activismo consciente de que la principal responsable de la dilación del
combate contra el gobierno es la burocracia sindical. Pozzi también reconoció que la lucha es “un ejemplo”, y que lo que “está en juego es el
bienestar del conjunto de Chubut”. Además, reflexionó sobre la necesidad de que
los sectores combativos del país colectivicen la experiencia y saquen lecciones
de lo que se hace bien y mal en Chubut.
Las reuniones “por arriba” parecen haber cerrado un acuerdo
entre las fuerzas políticas patronales. A los encuentros ya mencionados, debe
agregárseles el realizado en la bodega mendocina Ruca Malen junto a gobernadores
peronistas y a Alberto Fernández. El viernes último se efectuó en Casa de
Gobierno la reunión de la llamada Mesa de Diálogo con diputados de la oposición
e intendentes. Los medios de comunicación hegemónicos de la provincia se han
sumado a este intento de cerrar filas y lanzaron un sinnúmero de editoriales
reaccionarias el último fin de semana con la intención de estigmatizar a los
combativos trabajadores estatales de Chubut.
Sin embargo, mientras se tejen todos esos acuerdos ajenos a
los intereses del pueblo trabajador chubutense, las bases paralizan el funcionamiento
del Estado con ocupaciones de dependencias gubernamentales desde hace más de
dos meses, con paros en Legislatura y el Poder Judicial, tomas de escuelas por
parte de estudiantes. Los docentes ingresaron en la undécima semana de paro, y
ya es sabido que la salud pública funciona muy por debajo de sus necesidades,
no solo por el paro y retención de servicios de sus trabajadores, sino también
por la falta de inversión. Pese a que las burocracias han hecho lo imposible
por impedirlo, durante todo septiembre se han registrado cortes de rutas. Y la
última semana los docentes de Comodoro Rivadavia comenzaron un bloqueo a la
Playa de Tanques de YPF afectando la distribución de combustible para esa
localidad y la zona sur de la provincia, además de Santa Cruz y Tierra del
Fuego.
Allí se libra una batalla que concentra todas las
contradicciones del “Chubutazo” en curso. Por un lado las bases combativas
deliberando planes de acción directa que buscan paralizar la distribución y
producción de mercancías en la provincia, con clara orientación a la huelga
general, y, por el otro, las conducciones sindicales tratando apaciguar los
ánimos, siguiendo los lineamientos de Alberto Fernández de “no salir a las
calles”. Allí la conducción de ATECh está en manos de Daniel Murphy, referente
del Partido Comunista Revolucionario (PCR), integrante del Frente de Todos, a
quien si bien no se lo puede asimilar a las prácticas burocráticas de Goodman
and Company, pues en la ciudad petrolera hay tradición asamblearia y respeto
por lo que allí se decide, lo cierto es que su posicionamiento es contrario a
continuar con el bloqueo. Se supo en las últimas horas del “aporte” de nuevas
medidas de luchas que serán puestas a consideración de los trabajadores como
opciones a la continuidad del bloqueo en curso. Es claro que los sectores que
responden al Frente de Todos intentan desactivar la principal acción de lucha
del “Chubutazo” en estos momentos.
Por todo lo anterior, no puede llamar la atención el
comunicado publicado ayer en su cuenta de Facebook por la “Asamblea de la PLAZA
- Docentes Autoconvocadxs en Lucha”. Allí claramente le marcan la cancha a la
MUS: “Les docentes en lucha de #PuertoMadryn y #PuertoPiramides, frente a los
rumores que han trascendido en las últimas horas sobre una posible reunión de
la MUS con el gobierno, exigimos que #NoNosEntreguen”, comienzan. Y prosiguen:
“Las bases reafirmamos a través de los mandatos de esta semana los cinco puntos
por los que continuamos en pie de lucha: solución inmediata a la problemática
edilicia; pago en tiempo y forma según lo pactado en paritaria (cumplimiento de
la cláusula gatillo); regularización de la obra social; regularización del TEG
(Transporte Educativo Gratuito) y resolución definitiva a las horas extras de
les auxiliares que afectan a los ISFD (Institutos Superiores de Formación
Docentes) y otras instituciones escolares”. Agregan: “Les recordamos que en
nuestra ciudad hay 7 escuelas ocupadas pacíficamente y otras tantas en la
provincia”. Y finalizan con una advertencia que no se presta a dudas: “No dejen
en la puerta de Casa de Gobierno la defensa de nuestros derechos🔥
¡María Cristina y Jorgelina presentes! ACÁ NO SE RINDE NADIE✊”.
Los márgenes de maniobra de las burocracias son escuetos. La
MUS seguramente intente acentuar su pasividad pero difícilmente tratará de
desactivar inmediatamente el conflicto tras la reunión con el Gobierno, no porque no quiera,
sino porque le es imposible porque su control sobre el desarrollo de la lucha
es muy precario. Por ello será fundamental que la Asamblea Interhospitalaria
Provincial y el Plenario Provincial de Delegados/as Docentes que se
desarrollarán esta semana hagan lo imposible por seguir articulando instancias
de coordinación de las bases, que sumen a los trabajadores desocupados, a los
docentes y sobre todo tengan una orientación para incorporar a las acciones al
sector privado. La exigencia de una huelga general por tiempo indeterminado
debe ser el norte a la par de la imposición de una gran asamblea de delegados
de todos estos sectores. La crisis petrolera en ciernes plantea una gran
oportunidad para confluir con el sector más importante de la economía
provincial.
El jueves último el economista y referente de la Tendencia
Pública del Partido Obrero, Marcelo Ramal, llegó a la provincia a dar una charla
en la sede Trelew de la Universidad Nacional de la Patagonia. Luego hizo lo
propio en Comodoro Rivadavia. En la exposición que dio en la ciudad valletana
dejó una reflexión que consideramos muy pertinente para pensar el “Chubutazo”
en curso: “Es indudable que Chubut da innumerables muestras del esfuerzo que
están haciendo enormes sectores de la clase trabajadora para darle una salida
en sus términos a esta crisis. Acampes con enormes sacrificios, cortes de
rutas, luchas que se han cobrado la vida de compañeras. Pero es indudable que
en la mayoría de las conducciones sindicales no existe la voluntad de
establecer una acción de conjunto que involucre a los trabajadores de Chubut,
inclusive en el plano de los trabajadores privados, es decir la perspectiva de
una huelga general que paralice a la provincia hasta que los reclamos que hoy
están planteados sean definitivamente arrancados y el dinero salga de donde
tenga que salir para resolver la situación desesperante de los trabajadores. La
crisis petrolera plantea una gran oportunidad, y una posibilidad cierta que
desde la docencia y los estatales se desarrolle un contacto directo con las
bases petroleras para promover iniciativas de luchas, y huelgas, preparatoria
de una acción todos los trabajadores de Chubut para salir de esta crisis. Pero
la crisis tiene una protección política. Arcioni está cuestionado. También lo
está la Legislatura. Está cuestionada por haber dilapidado los recursos de la
provincia en corruptela, por haber llevado adelante este régimen de hambre
contra los trabajadores, y principalmente por haber resignado inclusive sus
funciones políticas para aceptar el régimen colonial que yo denuncié al
comienzo de la charla. Si las regalías de la provincia están colocadas en un
banco con retiro privilegiado de los acreedores extranjeros, los poderes
políticos de Chubut han cesado realmente sus funciones, no son los verdaderos
poderes políticos de la provincia. Y la clase trabajadora del Chubut debería
abrir un debate para que esta lucha que está planteada, enorme, se plantee
también como una lucha dirigida al poder político, coloque la revocatoria de
estos poderes absolutamente caducos desde el punto de vista de interés de la
provincia y de los trabajadores, y se convoque a una deliberación popular que
refunde la provincia sobre bases sociales diferentes: una asamblea
constituyente con representantes electos en toda la provincia, que discuta toda
la organización social de la provincia. El régimen petrolero, la situación
sanitaria y educativa, y desde ese punto de vista dé una salida también y corte
de una vez con el régimen colonial del endeudamiento, que es un régimen que
coloca todo el trabajo y la riqueza social de la provincia al servicio del
capital internacional”.
¿Adónde va el “Chubutazo”? La respuesta que se construye en
las asambleas de bases y la embrionaria coordinación que de allí surge choca de
frente con la que intentan imponer Arcioni, el Frente de Todos y las
burocracias sindicales.
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