lunes, 2 de septiembre de 2019

Alerta: el proyecto de la MUS pretende declarar la Emergencia en Seguridad


La Mesa de Unidad Sindical convoca a que se trate un proyecto que busca sacar el foco de la lucha de las calles y los piquetes para canalizarla por los carriles de la Legislatura del Chubut que aprobó el Pacto Fiscal. Una ley al servicio de las patronales y del reforzamiento del aparato represivo.


Ilustración Gastón Spur



Por Alejandro Marino


Sin ningún debate previo por el conjunto de los trabajadores afectados por el brutal ajuste del gobernador Mariano Arcioni, la Mesa de Unidad Sindical (MUS) dejó circular por grupos de WhatsApp tan solo 24 horas antes de su supuesto tratamiento, un proyecto de ley para declarar la “emergencia de los sistemas de educación, de salud y de seguridad en la Provincia del Chubut por el término de UN (1) año a partir de la sanción de la presente”. En las cuentas de Facebook de algunos sindicatos, por ejemplo de la regional Este de ATECh (Asociación de Trabajadores de la Educación del Chubut), se agrega más confusión al asunto al convocar para este martes a las 14 horas a que se apoye a la MUS y su proyecto de “ley tributaria extraordinaria”, ocultando deliberadamente el título concreto que en realidad se está discutiendo en los estrechos pasillos de la Legislatura Provincial. Otra maniobra más del PJ y el kichnerismo para garantizarle gobernabilidad a Mariano Arcioni, como vienen haciendo con el presidente Mauricio Macri a nivel nacional. 





El artículo 2 del borrador el susodicho proyecto de ley versa lo siguiente: “Créase un fondo especial denominado “FONDO DE EMERGENCIA DE LA EDUCACION, LA SALUD Y LA SEGURIDAD CIUDADANA”, en el ámbito del Poder Ejecutivo, el que estará integrado por los importes que se recauden mientras dure la emergencia, como producto de la aplicación de la presente Ley, en el marco de la responsabilidad social empresaria”.


Si bien el tiempo para un estudio concienzudo y minucioso del proyecto es inexistente, ya se han levantado algunas voces de disconformidad. En la cuenta de Facebook Asamblea de la Plaza-Docentes Autoconvocadxs en Lucha se escribo esta mañana que: “Hoy, lunes, análisis y debate abierto del proyecto de ley - 17 hs en Moreno y 25 de mayo. ¿Sabés qué se trata este martes 3/9 en legislatura? El proyecto de Ley de emergencia educativa, salud y seguridad ¿Es el proyecto que presentó la MUS el año pasado? Parecido pero no. Tiene una modificación muy importante y con consecuencias perjudiciales para la crisis que ya estamos pagando les trabajadores”. Y agregan: “Casi en su totalidad refiere a adelantos, no a cargas impositivas nuevas. O sea, vamos a prescindir de ese monto en un futuro; “deja exenta de aportes y adelantos a Aluar y las grandes pesqueras”.


La legítima inquietud del colectivo docente madrynense tiene basamentos objetivos que se desprenden claramente del borrador mencionado, aunque, si bien es cierto que se modificó respecto del año anterior, ello no implica que sea necesariamente para mejor o peor, pues nunca fue un proyecto que beneficiase al conjunto de las masas laboriosas. Por el contrario, el contenido y el objetivo que se busca es más o menos similar. Veamos a qué nos referimos.


Uno de los principales cambios respecto al proyecto del año anterior es la incorporación de la adjetivación “ciudadana” a “seguridad”. Esto viene a partir de las furibundas críticas que recibieron a partir de que la ley podría beneficiar a las fuerzas de seguridad provincial, las mismas que reprimieron en varias oportunidades a los estatales en pleno conflicto del año pasado. La adjetivación echa raíces en una perspectiva a la que suelen adherir fuerzas políticas del llamado “progresismo”, y que tiene por fundamento principal la concepción de seguridad ciudadana esgrimida por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).


“La seguridad ciudadana es el proceso de establecer, fortalecer y proteger el orden civil democrático, eliminando las amenazas de violencia en la población y permitiendo una coexistencia segura y pacífica. Se le considera un bien público e implica la salvaguarda eficaz de los derechos humanos inherentes a la persona, especialmente el derecho a la vida, la integridad personal, la inviolabilidad del domicilio y la libertad de movimiento”, resume un pasaje del PNUD. Si bien se específica que se busca salvaguardar los derechos humanos, lo cierto es que la definición al hablar de “democracia” en general desconoce la existencia de clases sociales, fundamento supremo de las relaciones sociales y de la existencia del Estado, y por ende del monopolio legítimo de sus fuerzas represivas, como la define cualquier manualcito de secundario de lo que se conoció hace años como Instrucción Cívica, o, en la actualidad, Construcción Ciudadana.


Una vez más citamos: “El enfoque del PNUD a la seguridad ciudadana y comunitaria trata de atender todas las causas potenciales de los delitos y de la violencia. Este enfoque multifacético ayuda a los países a incorporar las medidas de prevención de la violencia y de control de la criminalidad, a ocuparse de una amplia gama de problemas como la falta de cohesión social, la impunidad, el tráfico de drogas, la proliferación de armas ilegales, el tráfico de seres humanos y la migración”.


Una vez más observamos: la concepción sobre las diversas causas sociales de los delitos y lo que denominan “violencia”, para nada niega que la causa última de las fuerzas de seguridad es la represión. Y, aunque les cueste reconocer al progresismo culposo, ese objetivo último tiene su razón de ser en el sostenimiento de las relaciones capitalistas de producción. No es necesario tener un doctorado en Ciencia Política para llegar a esa conclusión. El propio Federico Massoni, ministro de Gobierno, reconoció al programa de Jorge Lanata, Periodismo Para Todos, que una de las funciones de las fuerzas de seguridad es la “represión”. Verdad incuestionable, por cierto.


El año pasado desde Prosa Urgente advertimos sobre los peligros de este proyecto de ley. En un artículo titulado “La sombra azul de laimpunidad”, basado en el informe de personas asesinadas por el aparato represivo del Estado realizado por la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) del año 2017, decíamos que: “Al menos 59 asesinatos de personas en tan solo 23 años es la espeluznante cifra que carga en su prontuario la Policía del Chubut. De ellos, 13 son desapariciones forzadas de personas. Comodoro Rivadavia puntea en el criminal ranking con 18 muertos, pero Trelew le pisa los talones al contabilizar 16, con menos del doble de habitantes que la ciudad petrolera”.


Agregábamos: “Para la provincia del Chubut se contabilizan 80 muertes en manos de las distintas fuerzas represivas del Estado. Sin embargo, si se desglosa por institución se encuentra no solo que la inmensa mayoría tienen como protagonista a la Policía del Chubut (73%), sino que los al menos 59 casos que la involucran se dan entre los años 1.994 y 2.017”.


Allí advertíamos que “Ante este panorama de crisis económica, represión y criminalización de la protesta social y resistencia de las/os trabajadoras/es, es un grave error la presentación del proyecto presentado en Legislatura del Chubut por la MUS y el bloque del Frente para la Victoria para declarar la Emergencia en Educación, Salud y Seguridad. Asignar más recursos económicos a seguridad implica necesariamente reforzar ese aparato represivo al que detalladamente le dedicamos este informe. Nada bueno para el pueblo puede derivar de ello”.


A todo lo anterior hay que agregar que en el proyecto de ley a partir del artículo 3 se hace referencia a la “seguridad” a secas. Se desprende que el agregado de la adjetivación es una improvisación que pretende contener el posible descontento de las bases con una ley que busca, entre otras cosas, reforzar el aparato represivo del Estado.


Debe recordarse, además, que el año pasado a partir de la toma del Ministerio de Educación por la docencia, y del tsunami de ocupaciones de delegaciones estatales que le prosiguió a lo largo y ancho de la provincia, las conducciones gremiales nucleadas en la MUS perdieron el control de la lucha por varios días. Lograron recuperar la iniciativa con una movilización de miles de personas a Legislatura para el tratamiento de la ley. A partir de entonces tuvieron relativamente controlado el proceso. Una lectura posible es que nunca los estrechos andariveles de los parlamentos burgueses deben reemplazar las iniciativas de las masas, si es que estas pretenden triunfar en sus luchas. Otra lectura es que las bases tienen que hacer lo imposible para ser las dueñas de sus propios destinos y no depositar ninguna expectativa en las conducciones burocráticas y las fuerzas políticas patronales a las que responden estas últimas.


De la Legislatura que aprobó el Pacto Fiscal macrista no saldrá ninguna solución para los trabajadores y el pueblo. Y eso se puede percibir sin ambigüedad en el proyecto que venimos criticando: en ningún momento se plantea, por ejemplo, la derogación del pacto fiscal ni mucho menos impuestos progresivos a las grandes fortunas y empresas. Por ello es imprescindible construir desde las bases una salida propia de los trabajadores con plenarios de delegados, asambleas generales en todas las localidades, que debatan un plan de lucha para vencer, que necesariamente deberá apoyarse en la convocatoria de la huelga general por parte de las centrales sindicales, en especial las tres CGTs, que hasta el momento brillan por su ausencia. Esta presión y deliberación masiva pondrá en apriete a personajes nefastos como Jorge “Loma” Ávila, secretario General del Sindicato del Petróleo y Gas Privado del Chubut, miembro del directorio de Petrominera y socio político no solo del gobernador sino también de la fórmula presidencial Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner, quien amenazó con “pasar por arriba” de los piquetes que le realizan trabajadores estatales a las multinacionales petroleras que se la llevan con pala.

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