jueves, 23 de enero de 2020

¿Por qué no cae Arcioni si nadie se lo banca?


El pueblo chubutense lo desprecia, proveedores del Estado le van a iniciar acciones por mal desempeño en sus funciones, se reunió durante años en la clandestinidad con el lobby minero, reprime y criminaliza la protesta social, la alianza política que lo llevó al poder está divida y la provincia en bancarrota económica se prende fuego. ¿Qué o quiénes lo sostienen?








Por Iván Marín

En los últimos días se supo que la Federación Empresaria Chubutense (FECh) hará una presentación judicial para que el Gobierno pague lo adeudado a más de 600 proveedores del Estado. A ello se sumarían acusaciones individuales de varios comerciantes a funcionarios, entre ellos al propio gobernador Mariano Arcioni, por mal desempeño en sus funciones. Además, denuncian connivencia con las pocas empresas a las que sí les pagaron cifras millonarias, varias de ellas involucradas en las causas de corrupción que mantienen en vilo a la provincia desde hace poco más de dos años, entre ellas Revelación y Embrujo, en esta última ya hubo condenados.


Que un amplio sector del empresariado chubutense saliese con los tapones de punta en la última semana contra el gobernador luego de que anunciara un ajuste histórico contra los trabajadores no hace si no confirmar lo que la mayoría de los analistas políticos de la provincia vierten en sus columnas: Arcioni está más solo que nunca y su gobernabilidad corre serios riesgos en el futuro inmediato. Los empresarios en general muestran una posición ambigua, por no decir un apoyo culposo al plan de “reestructuración” del Estado: como es costumbre en estos sectores, acuerdan con achicarlo, pero a la vez advierten que impulsar estas medidas en plena crisis económica profundizará la recesión y, con ello, se verán afectados varios comercios, incluso muchos posiblemente cierren, como ya viene sucediendo en los últimos años.


“¿Si nadie lo quiere cómo se explica que haya sido electo por más de 20 mil votos sobre su inmediato competidor?”, es una pregunta válida que se hará el lector. Como se sabe, Arcioni asumió definitivamente la gobernación tras la muerte de Mario das Neves el 31 de octubre de 2017. Desde entonces la profundización a las políticas de ajuste fue ferozmente resistida en las calles de toda la provincia. Sin embargo, de cara a las elecciones del año pasado diseño una estrategia que más allá de lo oportunista le dio resultados favorables: por algunos meses dejó de pagar de forma escalonada a los estatales; acordó en paritarias con el sector recomposiciones salariales, que en varios casos incluyó cláusulas gatillo, más a o menos a la altura de la inflación; adelantó los comicios provinciales para los meses de abril y junio; se negó a aceptar las propuestas del PJ-kirchnerismo para ir juntos en una alianza dirimida en las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias); acordó con dos caciques con despliegue territorial, como Adrián Maderna en Trelew y Ricardo Sastre en Puerto Madryn, a quien llevó de vicegobernador; hizo lo propio con Jorge “Loma” Ávila, secretario general del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Chubut, la principal fuerza gremial de la provincia, y con el sector político del PJ comodorense que responde a Juan Mario Pais.


¿El resultado? Un triunfo contundente de Chubut al Frente sobre el Frente Patriótico tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo, aunque con el límite en este último caso que gran parte del bloque no responde directamente a Arcioni si no a sus referentes, quienes en los últimos días han mostrado distanciamiento respecto a las intenciones de impulsar la megaminería en la provincia y ahora también sobre la llamada “reestructuración” del Estado. En ambos casos las diferencias no son de principios, si no respuestas coyunturales ante las masivas movilizaciones en rechazo a las intenciones mencionadas.


Pero el resultado más importante del triunfo pírrico a nivel electoral de Arcioni se vio en el mismo mes de junio cuando anunció que volverían los pagos escalonados a los estatales para poder pagar la fabulosa deuda en dólares que tiene la provincia. La segunda etapa del “Chubutazo” no se hizo esperar y el gobernador caminó por la cornisa durante meses. Fue salvado por Alberto Fernández en septiembre en medio de rumores de juicio político y ante la posibilidad que no cayera por la vía institucional sino por la acción directa de las masas luego de que prendiesen fuego las entradas de Legislatura provincial y Casa de Gobierno.


Desde ya, la Mesa de Unidad Sindical (MUS) también cumplió un rol fundamental en garantizarle la gobernabilidad a Arcioni, haciendo lo imposible para bloquear y/o desviar el proceso de lucha surgido desde las bases de los trabajadores activos y pasivos de todos los rincones de la provincia. En varias oportunidades se vio sobrepasada por la rabia de sus conducidos y pareció que el proceso se les iba de la mano. En esas oportunidades el gobierno no dudó en utilizar la represión policial contra los manifestantes e incluso la represión para estatal con patotas que respondieron al “Loma” Ávila.


En definitiva, a Arcioni no se lo banca nadie, incluso quienes son sus principales garantes de gobernabilidad: Alberto Fernández, el PJ-kirchnerismo, la MUS y las centrales sindicales, ni siquiera en el propio oficialismo. Pero su caída producto de la movilización popular podría sentar un precedente inmediato para otras provincias que arrastran situaciones similares. Ahí encontramos una de las razones por las cuales aun no ha caído, aunque no la principal: si bien la lucha de las masas provinciales contra las políticas de ajuste lleva más de 2 años, y eso en sí mismo ya le da un carácter histórico, aun falta la maduración para que logren coordinar esa fuerza fulminante en estado de potencia que apunte a una acción independiente que derive en una salida por fuera de la contención institucional. Como dijimos en el último artículo, la MUS llega desgastada a esta tercera etapa del “Chubutazo” en curso, y las posibilidades para que las bases intervengan con una perspectiva propia que hegemonice al conjunto de los movilizados se acrecientan.  

lunes, 20 de enero de 2020

¿Cómo llega la Mesa de Unidad Sindical a la tercera etapa del “Chubutazo”?


El desgaste de las conducciones gremiales y su adhesión al gobierno nacional las ubica en un lugar más incómodo que durante el macrismo. Los límites en su rol para contener a las bases y desviar el proceso por los carriles institucionales. ¿El “estallido” es inevitable?






Por Iván Marín

El fallecimiento del gobernador Mario das Neves, la asunción de Mariano Arcioni en su reemplazo y la conformación de la Mesa de Unidad Sindical (MUS) fueron acontecimientos imbricados que se dieron en los meses finales de 2017, en una provincia donde los índices de desocupación y precarización laboral comenzaron a hacerse sentir con más fuerza, en particular en el sector privado y con epicentro mayor en el Valle Inferior del Río Chubut.


Ni bien Das Neves murió se supo que el ajuste se profundizaría y con ello la resistencia en las calles a las medidas que ello implicaría. El surgimiento de la MUS debe interpretarse como una anticipación a los efectos de una situación convulsionada pronta a caer: buscar contener y desviar el proceso de lucha. En mayor o menor medida lograron el objetivo en las dos etapas anteriores del “Chubutazo” en curso.


El 23 de noviembre de 2017 se oficializó la conformación la Mesa de Unidad Sindical, impulsada principalmente por la CTA de los Trabajadores, la CTA Autónoma, la CGT del Valle Inferior del Río Chubut y la CGT Saúl Ubaldini de Comodoro Rivadavia. Aunque en lo concreto las CGTs mencionadas jugaron un rol absolutamente marginal y nunca convocaron a ningún paro provincial. En los hechos, el protagonismo por aquel entonces recaía sobre las conducciones de la ATECh (Asociación de Trabajadores de la Educación del Chubut) en manos de Santiago Goodman, ATE (Asociación de Trabajadores del Estado) de Guillermo Quiroga, la CTA de los Trabajadores de Tomás Montenegro, el SiTraViCh (Sindicato de Trabajadores Viales del Chubut) de Carlos Milani, y otros sindicatos en su mayoría estatales como judiciales, empleados de legislatura y el Sisap (Sindicato de Salud Pública).


Esta formación inicial de la MUS se dio a conocer con un documento donde se criticaba el proyecto macrista para la contrarreforma previsional aprobado en diciembre de 2017, represión mediante a una movilización de miles en el Congreso de la Nación. Su primera aparición pública de relevancia se dio a comienzo de enero de 2018 cuando convocó a movilizar contra la adhesión del gobierno de Chubut al “Pacto Fiscal” ordenado por Macri, que se dio mediante una sesión extraordinaria de Legislatura.


Lo posterior es conocido: ante el anuncio del gobernador Mariano Arcioni de desdoblar el pago de sueldos según rangos de ingresos y el desfinanciamiento de los servicios esenciales que debe brindar el Estado, miles de trabajadores de toda la provincia movilizaron en cada uno de los puntos con la MUS a la cabeza. En algunos casos las bases sobrepasaron a las conducciones, como ocurrió con las Asambleas Interhospitalarias en Cordillera, o con la toma del ministerio de Educación por parte de los docentes.


En este primer tramo del “Chubutazo” los últimos dos o tres días de mayo y la primera semana de junio fueron realmente problemáticos para la MUS, pues había perdido el control que mantenía de la situación desde que comenzaron con el acampe en Casa de Gobierno a principios de marzo. Varios testigos aseguran haber escuchado a un Goodman desorientado y sobrepasado por la situación en la toma del ministerio de Educación, decir “¿cómo llegamos a esto?”.


Lo cierto es que la MUS, en consonancia con el gobierno, apostó al desgaste de la lucha y logró retomar la iniciativa del proceso con el borrador de un proyecto para declarar la emergencia en educación, salud y seguridad, realizando una marcha a Legislatura con casi 3 mil personas. Lamentablemente los sectores más críticos en las bases no supieron enfrentar esta maniobra distraccionista, y en algunos casos de organizaciones concretas referenciadas en la izquierda directamente hubo seguidismo. El proceso terminó en una victoria parcial, logrando arrancar aumentos por cláusula gatillo y otros ítems, pero sin poder derrotar el pago escalonado.


A la segunda etapa del “Chubutazo” la MUS llegó más debilitada: primero por la defección de la conducción de ATE liderada por Quiroga, quienes se alejaron hacia fines del año anterior, en el proceso electoral. También lo hicieron otros sindicatos que fueron y volvieron a la MUS. Pero el principal factor de debilidad fue la experiencia hecha por las propias bases en 2018 y la consecuente desconfianza hacia su dirigencia. Todo ello llevó a un escenario más explosivo, con puebladas, enfrentamientos con la policía e intervenciones paraestatales a favor del gobierno como en el caso de la patota del líder petrolero Jorge “Loma” Ávila. Este proceso derivó en una derrota parcial, ya que no se conquistó ninguno de los puntos por los que se luchaba, en particular terminar con el pago escalonado y hacer cumplir las recomposiciones salariales otorgadas en paritarias antes de las elecciones provinciales, pero implicó un avance considerable en los métodos de organización de las bases al arrancarle plenarios provinciales de delegados a las conducciones sindicales, lograr articulaciones embrionarias de coordinación con asambleas intersectoriales y haber estado a muy poco de lograr la caída del gobernador Arcioni.


Se sabe que la crisis chubutense es estructural y que una salida a la misma, desde una perspectiva burguesa, implica necesariamente una derrota histórica a la clase trabajadora de la provincia. Esto, obviamente, ligado a la situación nacional e incluso internacional. Se ha escrito mucho el año pasado respecto a que Chubut anticiparía lo que iba a suceder en el resto del país. En ese sentido, Arcioni volvió a intentar arremeter en las últimas semanas contra las conquistas del pueblo de la provincia, tratando de modificar la ley 5001 para hacer avanzar la zonificación minera, lo cual provocó movilizaciones de decenas de miles en todo el territorio y con ello, podemos afirmar tentativamente, abierto el paso a la tercera etapa del “Chubutazo”, posiblemente la definitiva, en lo que hace a su suerte como gobernador.


Esta última etapa no se reduce a los intentos de complacer al lobby minero, que de hecho parece ser que ya fueron derrotados, al menos por este año, si no que implica sobre todo el proyecto de reestructuración del Estado anunciado la semana pasada. El congelamiento salarial por 180 días, la continuidad del pago escalonado, retiros voluntarios, reducción de la planta política, cancelación de vacantes por cuatro años, reemplazo de un estatal cada tres jubilados, son algunas de las medidas adelantadas. Otras que se conocieron ya fueron bajadas. Según trascendidos, ni el bloque del Frente de Todos ni Juntos por el Cambio apoyarían el proyecto. También hay rumores que en el oficialismo habría más de un legislador que no acompañaría. El gobierno cuenta con 16 diputados y precisa de 14 votos, aunque el costo político ya se percibe que será significativo si se aprueba en estas condiciones.


La conducción de APEL (Asociación Provincial de Empleados Legislativos) anunció esta mañana que el sector comenzó la retención de servicios por no tener un panorama claro de cuándo cobrarán el mes de diciembre, por lo que ya adelantaron que el jueves no se podrá llevar adelante en Legislatura la sesión extraordinaria pretendida por el Ejecutivo.


En ese escenario trabajadores de base en Esquel anunciaron que movilizarán a la costa para no dejar sesionar a los legisladores. Todo parece indicar que, de no anunciar el gobernador la postergación de la sesión, el jueves habrá una movilización de miles en la capital provincial.


La MUS llega a esta etapa con un desprestigio importante en las bases y con el límite de responder al presidente Alberto Fernández, uno de los más interesados en que este ajuste se lleve adelante. Los trabajadores no parecen dispuestos a dejar pasar la llamada “reestructuración” del Estado sin presentar resistencia. La provincia ya se encuentra movilizada hace un mes por el rechazo a la megaminería. La lucha contra la megaminería y el ajuste finalmente empalmará en una sola que necesariamente implicará grandes batallas en las calles que chocarán con el débil marco institucional.


Si Fernández no baja fondos o si Arcioni no da marcha atrás con el proyecto, la “gobernabilidad” de la provincia se hará trizas en las próximas semanas o incluso días. En su editorial de ayer, diario Jornada, a quien nadie puede acusar de ser un férreo opositor, advirtió: "Sin apoyo financiero importante del Gobierno nacional, con dificultades para sacar el primer paquete de medidas en una Legislatura en la que presuntamente tiene ´mayoría` y con los gremios ganando otra vez la calle, al gobernador se le hará difícil seguir gobernando.


Chubut arrastra una crisis política profunda desde hace varios años, agravada por serias dificultades económicas y financieras. Una combinación casi letal a la que muy pocos gobiernos logran sobrevivir cuando la soledad ocupa mucho espacio en el poder".


Los días de Arcioni en el poder dependerán de dos factores, interrelacionados entre sí: el primero y principal, de la capacidad de las bases para coordinar acciones que logren sobrepasar a las conducciones sindicales, o al menos forzarlas para que les respondan; si el resultado fuera desfavorable a las cúpulas sindicales, es decir, si el activismo más convencido toma la dirección del proceso, la última carta para salvar una salida institucional quedará en manos del PJ-kirchnerismo.


Recordemos que en 1990 el gobernador Néstor Perl renunció a su cargo luego de varios meses de lucha de los estatales, en un proceso que se conoció como “Chubutazo”. Si bien el escenario aun está abierto, la suerte de Arcioni pareciera estar echada. ¿Volverá a sobrevivir o el inevitable “estallido” social se lo llevará puesto? Por si esto fuera poco, en algunas asambleas de trabajadores ya se hace mención a que no alcanza con el “Fuera Arcioni” y hay que agregar a su vice, Ricardo Sastre.

jueves, 16 de enero de 2020

La vuelta del “Fuera Arcioni”


Tras el desplante sufrido de parte del oficialismo y de algunos sectores del PJ respecto a la megaminería, el gobernador anunció un profundo ajuste en el Estado que hace presagiar un 2020 aún más más convulsionado que los últimos dos años. The final countdown.






Por Alejandro Marino

Si se hiciera un ranking de las frases más usadas en Chubut en 2019, seguramente el “Fuera Arcioni” estaría en el podio si no liderando la lista. Cuando se dio a conocer al acompañante de fórmula de Mario das Neves en 2015 primó la sorpresa en el “círculo rojo” chubutense, pues Mariano Arcioni si bien es un hombre del establishment comodorense, conocido por ser escribano de los poderosos, entre ellos Pan American Energy, era un ignoto a nivel político para el conjunto de la provincia.


Arcioni llegó a conformar la fórmula como parte de los acuerdos políticos entre Das Neves y Sergio Massa. La precaria salud del entonces gobernador hacía suponer que más temprano que tarde iba a reemplazarlo al frente del Ejecutivo. Ello obligó a Das Neves a designarlo como candidato a diputado nacional por Chubut Somos Todos en 2017. La idea fue usar la campaña electoral para darle conocimiento provincial y en particular cierto respaldo a partir de los votos. Arcioni se impuso en aquellos comicios pero a los pocos días fallecía Das Neves y se tuvo que hacer cargo de una provincia en bancarrota.


Lo que sigue es más o menos conocido: adhesión al “Pacto Fiscal” impulsado por Mauricio Macri al frente de la presidencia, desdoblamiento del pago de salarios a los estatales a comienzos de 2018 con la consecuente resistencia de los trabajadores en todos los puntos de la provincia y la gobernabilidad al rojo vivo; un breve período de gracia entre los últimos meses de ese año y los primeros del 2019 que utilizó para acordar paritarias con cláusulas gatillo, la vuelta del pago en tiempo y forma y el adelantamiento de las elecciones; el anuncio a los pocos días de triunfar en los comicios provinciales de la vuelta al pago escalonado y una respuesta más contundente de los trabajadores respecto a la de 2018, si se tiene en cuenta que hubo puebladas en varios puntos de la provincia, resistencia a represiones y hasta el incendio de las puertas de Legislatura y Casa de Gobierno.


Vale decir que todo este proceso Arcioni lo encaró casi sin tropa propia, al no venir de la política, por lo que fue imprescindible el acompañamiento en los momentos más agudos de las crisis del PJ-kirchnerismo y las conducciones sindicales, en particular de la Mesa de Unidad Sindical y de Jorge Loma Ávila, secretario general del Sindicato del Petróleo y Gas Privado del Chubut. Es decir, Arcioni desde que se hizo cargo del poder en octubre de 2017 nunca dejó de ser un gobernador débil. Ello llevó a que en varias oportunidades se viera con desconfianza la posibilidad de que llegue al frente del Ejecutivo hasta el 10 de diciembre de 2019, y la consigna “Fuera Arcioni” fuera levantada el año pasado en toda la provincia, a tal punto que se estuvo muy cerca de ir a un juicio político para darle una canalización institucional al pedido de renuncia. Esta iniciativa no prosperó porque Alberto Fernández le bajó el pulgar en septiembre del año pasado, luego de imponerse en las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) con holgura sobre Macri.


Con Fernández en el poder Arcioni supuso que tendría más espalda para soportar la acuciante situación que atraviesa la provincia a partir de endeudamiento que supera los 1100 millones de dólares y que debe ser pagado en un plazo muy breve. Intentó congraciarse con el Ejecutivo nacional tratando de impulsar la megaminería pero reavivó a un gigante dormido en la provincia, como es el movimiento “No a la Mina”, que en el último mes desarrolló decenas de movilizaciones con decenas de miles de personas marchando. ¿Las consecuencias? Su vicegobernador, Ricardo Sastre se manifestó en contra de la megaminería en la actualidad, lo propio hicieron los intendentes de Puerto Madryn y Trelew, que responden a su sector político, e incluso varios diputados provinciales, al igual que legisladores nacionales y provinciales del Frente de Todos.


Si bien aun no está dicha la última palabra, todo parece indicar que el lobby minero recibió un duro golpe en las últimas semanas del que le será muy difícil salir airoso para intentar modificar la ley 5001 este año.


La desorientación del gobernador dio un paso más ayer cuando anunció que dejará de cobrar su salario por 180 días como gesto de austeridad, previo a dar a conocer su plan de “reestructuración” del Estado que incluye, entre otros puntos, un congelamiento salarial justamente por 180 días, la continuación del pago escalonado, retiros voluntarios, reducción de la planta política, cancelación de vacantes por cuatro años, reemplazo de un estatal cada tres jubilados.


Inmediatamente el “Fuera Arcioni” volvió a circular en redes sociales, la idea de juicio político ya la manejan algunos sectores, como los jubilados en cordillera, y los paros y cortes de rutas parece que llegaron para quedarse. Trabajadores del hospital de Puerto Madryn votaron un paro por 180 días.


No cabe dudas a esta altura que si el gobierno nacional no le baja fondos, Arcioni comienza a caminar por la cornisa y con el correr de los días su situación será cada vez más apremiante. Si bien se está en período vacacional, los ánimos parecen indicar que el descontento es generalizado, y esta vez las conducciones sindicales llegan más desgastadas para contener y/o desviar el proceso, producto de las traiciones realizadas en el primer semestre de 2018 y segundo semestre de 2019. Los trabajadores cuentan con una gimnasia mayor a su favor en cuanto a la coordinación entre los sectores de base. En definitiva, el gobierno de Arcioni comenzó su última cuenta regresiva…




martes, 14 de enero de 2020

Seis lecciones urgentes del triunfazo contra la megaminería en Trelew





Por Iván Marín


Durante la tarde de ayer el movimiento “No a la Mina” le arrancó al intendente de Trelew Adrián Maderna su rechazo a la megaminería, pese a que en las semanas previas se había mostrado claramente a favor para que se avanzara en este tipo de emprendimientos en la provincia. Las movilizaciones de miles de personas en las últimas tres semanas en todo Chubut han logrado en los últimos días resultados que ponen al borde del nocaut los intentos del lobby minero de modificar la ley 5001 y avanzar con la zonificación este año. A continuación, seis lecciones urgentes del triunfazo logrado en Trelew.


   1) Son entendibles los pruritos que tienen varios compañeros respecto de la forma entreverada que el intendente de Trelew Adrián Maderna redactó su rechazo a la megaminería en Chubut. Más atendible aun es la sospecha si se tiene en cuenta que el mandatario municipal no dio la cara para comunicar su posición. Pero hay que tener presente que, más allá de lo expresamente redactado, para el común del pueblo trelewense e incluso chubutense la noticia fue el rechazo. Por ende, si en algún momento Maderna osara coquetear nuevamente con los proyectos mineros va a tener miles de personas afuera de la municipalidad exigiéndole su renuncia. Sería, posiblemente, el fin de su carrera política (de los grandes objetivos, claro está) y de sus pretensiones de ser gobernador. En definitiva, hay que seguir atentos, pero debemos festejar este TRIUNFAZO que aísla aun más al gobernador Mariano Arcioni, e ir por una victoria en toda la provincia que sea el puntapié para derrotar la pretendida “reestructuración del Estado”, eufemismo con el que se evita hacer referencia a un ajuste brutal contra el pueblo chubutense.


   2)En las calles, no en las urnas. Algunos sectores que movilizan contra la megaminería en Chubut plantearon derrotar al lobby mediante un gran plebiscito provincial, entre ellos se destaca el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) en el Frente de Izquierda, la fuerza de Nicolás del Caño y Myriam Bregman. No solo la resistencia mendocina en las calles a la represión del Estado, si no también las multitudinarias movilizaciones en nuestra provincia demuestran que la acción directa de las masas es el mejor camino para defender sus conquistas, en este caso el rechazo a la megaminería. Ir a un plebiscito es rifar esa experiencia de autoorganización en las calles para adentrarse en un escenario incierto donde las fuerzas políticas patronales que integran el lobby minero saben moverse mejor que el pueblo. Menos electoralismo y más lucha contra el Estado capitalista.


Foto Aníbal Aguaisol


   3) Cuando las bases mandan. La fuerza del movimiento “No a la Mina” estuvo en la deliberación democrática en asambleas que se dio en el último mes, potenciado por la iniciativa de realizar “Rondas a la plaza Independencia” todos los miércoles a las 18 horas, donde se debatió distintos planes de lucha para resistir al lobby. Al no haber un aparato burocrático que intentase contener o desviar la acción directa, el movimiento fue potenciándose. Además, en Trelew desde un comienzo se planteó la necesidad de unir la lucha medioambiental con la otra contra el ajuste en curso y eso quedó plasmado en cada una de las convocatorias.


   4) Contra los métodos burocráticos. La deliberación asamblearia claramente marca el camino para la resistencia que debe enfrentar el pueblo trabajador a la “reestructuración” del Estado que anunciará el gobernador Mariano Arcioni. El movimiento “No a la Mina”, policlasista por definición, si bien tiene algunos límites, por ejemplo no plantear una salida de conjunto a los padecimientos del pueblo en su conjunto, cuenta con un punto muy fuerte: la discusión de igual a igual en asambleas. En los últimos dos años de resistencia de trabajadores estatales en Chubut se dieron dos procesos que se deben desarrollar en toda la provincia para derrotar este nuevo ajuste: las Asambleas Interhospitalarias de Cordillera y el Plenario Provincial de Delegados Docentes. Hay que hacer extensivos estos métodos asamblearios a todos los sectores estatales y plantear un gran plenario provincial de todos los trabajadores de conjunto para derrotar al gobierno de Arcioni.


   
Foto Aníbal Aguaisol


   5) Asambleas populares. La Unión de Asambleas de Comunidades del Chubut (UACCh) debe impulsar en toda la provincia asambleas populares integradas por sindicatos, centros de estudiantes, organizaciones de jubilados, partidos políticos y el pueblo en su conjunto. Dichas asambleas populares deben ser el puntapié para arrancarles a las centrales sindicales medidas de fuerza que paralicen a la provincia y derroten la mal llamada “reestructuración” del Estado.


   6) “Fuera Arcioni”. El gobierno de Mariano Arcioni nació agotado. Un proceso en curso de resistencia de los trabajadores activos y pasivos, junto a estudiantes contra sus políticas de ajuste que lleva más de dos años, y que en las calles es bautizado como “Chubutazo”, le ha marcado la cancha a sus intentos de hacerle pagar al pueblo la crisis estructural que vive la provincia. Tanto con Mauricio Macri como con Alberto Fernández el gobernador ha dejado bien en claro que pretende pagar la millonaria deuda en dólares de la provincia a costilla del pueblo: pago escalonado, deuda de las cláusulas gatillos, escuelas que se caen a pedazos, hospitales desmantelados y un largo etcétera. El “Fuera Arcioni” es la consecuencia lógica de los 5 puntos señalados más arriba.



Foto Aníbal Aguaisol

lunes, 13 de enero de 2020

La “reestructuración” del Estado y la megaminería en Chubut vienen de la mano


La anunciada intensificación del ajuste sobre un Estado cuasi desmantelado amenaza con profundizar la creciente pauperización del pueblo chubutense. El plan incluye a la megaminería y divide al oficialismo. El PJ “rosquea” para ser parte del Gobierno. La necesidad de que la lucha ambiental se una a la resistencia de los trabajadores.





Por Iván Marín




Mariano Arcioni se encuentra desorientado. Cuando pactó con las cúpulas de la Mesa de Unidad Sindical (MUS) y del PJ-kirchnerismo para que le tiraran una soga mientras ardían las puertas de ingreso a Legislatura provincial y a Casa de Gobierno, lo hizo pensando en que el acuerdo implicaría un salvataje económico con Alberto Fernández una vez sentado en el Sillón de Rivadavia. Tras el fracaso en las reuniones con el equipo económico de Nación, Arcioni adelantó que esta semana comunicará una “reestructuración” del Estado y confirmó a la minería como parte central para su plan de “desarrollo”. El combo de megaminería y ajuste fue oficializado.


En su edición de hoy diario El Chubut anunció algunos pormenores de la llamada “reestructuración”, sin dudas, eufemismo al palo en una provincia signada por la bancarrota económica, política e institucional. El Gobierno congelaría salarios por 180 días, no habrá cláusula gatillo, se eliminarían las comisiones de servicio, entre otras medidas.


Aproximadamente 60 mil sueldos paga el Estado por mes, entre activos y pasivos, lo que implica una derogación cercana a 4 mil millones de pesos mensuales, alrededor del 80% del presupuesto, según dejó trascender el Gobierno en varias oportunidades. Allí el ajuste se siente hace aproximadamente dos años con el pago de salarios por rangos, suspendido solo en un breve período previo a las elecciones provinciales desarrolladas entre abril y junio pasado. Esta semana recién se pagó el medio aguinaldo y aun no se sabe cuándo se depositarán los sueldos de diciembre, aunque trascendió que el rango de hasta 40 mil pesos podría cobrar el viernes, y algunos sueldos cercanos a los 100 mil pesos recién en febrero. Esta situación obligó a las conducciones de los gremios estatales a movilizar en varias localidades y a realizar piquetes de algunas horas en distintas rutas.


Las escuelas se caen a pedazos y en lo que va del receso escolar el Gobierno no avanzó en nada en sus compromisos para refaccionar los establecimientos. En salud la situación incluso es peor: en los hospitales rurales faltan ambulancias, en la mayoría de los nosocomios el recurso humano no es el suficiente, con los insumos y medicamentos para rayos X sucede lo mismo, y en muchos casos los edificios están venidos a menos. La obra pública está parada hace más de dos años.


Sobre este escenario se anunciarán los detalles de la “reestructuración”. El achicamiento de gastos será necesariamente un golpe a los bolsillos de los más necesitados. A ello se agrega el peligro de la baja (aunque el Gobierno hasta el momento lo desmintió) de los sectores más precarizados que mantienen relación laboral con el Estado, entre ellos los contratados y los “becados”, que rondarían solamente en provincia la cifra cerca de mil personas. Si el ajuste se traslada a los municipios, lo que presumiblemente sucederá, se deberán sumar varios miles de trabajadores a la lista, en particular en Trelew, una de las ciudades con mayor porcentual de desocupación y trabajo precario del país.


Hay que decirlo sin pruritos: este plan precisa sí o sí de la connivencia de las conducciones sindicales para tener alguna posibilidad de realización. Se prevé un escenario similar al del primer semestre de 2018 y al segundo del año pasado.


Foto: Aníbal Aguaisol


Megaminería y rosca política


El gobernador Arcioni “no se deja ayudar”, espetó sin vueltas Ricardo Mutio, presidente del Partido Justicialista en Chubut. En esos días el ministro de Seguridad Federico Massoni manifestó que al PJ lo votaron para ser oposición, no para ser gobierno, en clara alusión a la pretensión de esta fuerza política de tener más incidencia en las políticas del Ejecutivo.


En noviembre pasado la cabeza de Massoni, entonces ministro Coordinador de Gabinete, fue puesta como moneda de cambio con el PJ-kirchnerismo y el resto del oficialismo para tratar de rubricar un “Pacto Social”, que necesariamente debería haber implicado una distribución más equitativa en el gabinete provincial. Los acuerdos no llegaron a buen puerto, a pesar de la encomiable predisposición de las conducciones sindicales.


Rosca va, rosca viene, y la megaminería metió su cola en el asunto. Tras las declaraciones del secretario de Gobierno, Carlos Relly, comunicando las intenciones del Gobierno de modificar la ley 5001 y avanzar con la zonificación minera, las movilizaciones en toda la provincia no se hicieron esperar, y fueron obviamente multitudinarias. Con ellas volvieron a actualizarse las diferencias al interior del oficialismo, con los mellizos Sastre –Gustavo y Ricardo, intendente de Puerto Madryn y vicegobernador de la provincia, respectivamente- distanciándose de las declaraciones del Ejecutivo.


Tres diputados que responden al intendente de Trelew Adrián Maderna -Leila Lloyd Jones, José Giménez y Angel Tirso Chiquichano- también anticiparon su rechazo a la megaminería, aunque aparentemente sin consultarlo con su padrino político. El viernes pasado más de 3500 personas se hicieron presentes en la municipalidad de Trelew para exigir que el mandatario local –quien en varias oportunidades se mostró a favor del avance minero- se manifieste en contra de la modificación de la 5001. Fueron recibido por un funcionario a quien le sacaron un compromiso de respuesta para este lunes a las 18 horas. Ayer, luego de que la Unión de Asambleas de Comunidades de Trelew se negara a reunirse esta mañana con el equipo de gobierno del Intendente, Maderna informó a los medios de comunicación que se encuentra haciéndose chequeos médicos en Buenos Aires. Es decir, no estará presente por la tarde para recibir a la movilización. Se desconoce si mandará una respuesta por escrito. Los ánimos el viernes pasado estuvieron caldeados, y se descuenta que hoy volverán a estarlos si el mandatario gambetea su compromiso de respuesta.


Dirigentes del Frente de Todos también se expresaron contra la megaminería: Nancy González y Alfredo Luenzo, senadores, Santiago Igón diputado nacional y Mónica Saso, diputada provincial.


La impotente rosca política de los partidos patronales en torno al tema minero en realidad es solo la expresión del desconcierto del régimen para encontrarle una salida a una crisis estructural, que tiene como telón de fondo una deuda fenomenal en dólares y a corto plazo.


De todo lo anterior se desprende que la lucha ambiental desligada de los combates contra el ajuste solo es funcional a darle tiempo a sectores políticos desorientados. La gobernabilidad vuelve a pender de un hilo y eso debe ser aprovechado por quienes resisten a estos planes de avance contra las conquistas del pueblo trabajador. Más que nunca cobra actualidad la consigna “Por un´Chubutazo` contra la megaminería y el ajuste”.

viernes, 10 de enero de 2020

Diario El Chubut no pagó el bono de diciembre a sus trabajadores


El matutino de José María Sáez, también adeuda una recomposición salarial del 9% y durante todo el 2019 incumplió con el pago en tiempo y forma, ante la pasividad de la conducción del sindicato.





El 10 de diciembre último la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) y la Asociación de Diarios del Interior de la República Argentina (ADIRA) rubricaron un acuerdo por el cual las patronales debían depositar con el sueldo de diciembre un bono de 2 mil pesos a sus trabajadores y una recomposición salarial del 9% de acuerdo a marzo de 2019. Nada de hizo diario El Chubut, ante la pasividad de la conducción del Sindicato de Trabajadores de Prensa del Noreste del Chubut (SITPRENCH).


Vale informar que durante todo 2019 la patronal propiedad de José María Sáez incumplió con el pago en tiempo y forma a sus trabajadores, además de adeudarle a la mayoría de ellos los feriados. Claro que todo esto lo puede llevar adelante en complicidad con la conducción del SITPRENCH que no hizo nada para combatir las irregularidades de la patronal, ni siquiera llamar a asambleas a los propios trabajadores.


En ese marco, y ante la falta de delegados en el diario porque la conducción del SITPRENCH teme convocar a elecciones y que se elija a alguien que no responda a ellos, el trabajador Iván Marín ha enviado varias cartas documentos durante el año amenazando con iniciar retenciones de servicios si no depositaban lo adeudado. En varias ocasiones la patronal depositó el mismo día que le llegó la carta, no solo a quien la envió sino al resto de sus empleados.


Por esa y otras acciones en defensa de sus derechos y el de sus compañeros, Marín viene recibiendo acoso laboral y persecución política de la patronal hace varios años. El miércoles último José María Sáez le tiró elauto encima mientras estacionaba. El día anterior Sáez le había sacado varios afiches contra la megaminería en Chubut. Marín en el día de la fecha volvió a enviar carta documento exigiendo se le pague lo adeudado. 

miércoles, 8 de enero de 2020

Dueño de diario El Chubut le tiró el auto encima a un empleado suyo del “No a la Mina”


El autor de la agresión fue José María Sáez, director y propietario del medio, y la víctima Iván Marín, trabajador de prensa del matutino trelewense, quien esta semana se había sacado fotos en su escritorio contra la megaminería.







Ante los intentos de lobby minero de implantar la megaminería en Chubut, en las últimas semanas proliferaron movilizaciones multitudinarias en toda la provincia. En ese marco se han impulsado las más variadas iniciativas de la población. Iván Marín, quien milita hace varios años por el “No a la Mina” en la provincia, decidió el último lunes pegar afiches en su escritorio sobre el particular, los cuales fueron sacados en tres oportunidades. Según pudo averiguar el trabajador de prensa de diario El Chubut, en al menos una de esas ocasiones quien retiró los afiches fue el dueño del medio, José María Sáez. Debe aclararse que los carteles en ningún momento hacían alusión a ningún tipo de complicidad entre el diario y lobby minero, sino que se centraban en el rechazo a la megaminería.





Alrededor de las 18 horas de esta tarde, cuando el periodista salía de su trabajo y cruzaba la avenida 9 de Julio, justo frente al diario, se topó con Sáez, quien estaba estacionando su vehículo sobre la vereda que da al Banco Macro. Según pudo averiguar Prosa Urgente, cuando el conductor hizo el movimiento hacia adelante para estacionar, Marín pasó por atrás y fue en ese preciso instante que el conducto hizo una maniobra repentina marcha atrás tirándole el auto encima, en una acción claramente deliberada, que no pasó a mayores porque el periodista pudo esquivar al auto por muy poco. Ante el reclamo de Marín, Sáez respondió con una risa irónica desde adentro del auto.





Diario El Chubut es denunciado por el movimiento del “No a la Mina” de la provincia por ser parte del lobby minero. Como ejemplo de ello, el sábado pasado no reflejó en su tapa una marcha contra la megaminería que movilizó a más de 2 mil personas. Este ataque debe ser repudiado por la conducción del Sindicato de Trabajadores de Prensa del Noreste del Chubut.

domingo, 5 de enero de 2020

Miles volvieron a movilizar en todo Chubut contra la megaminería


En una provincia donde los estatales activos aun no cobraron el aguinaldo y no se sabe cuándo se depositará el salario de diciembre, los intentos del lobby minero de avanzar con la megaminería avizoran una semana complicada para el Gobierno.





Por Iván Marín

Como todos los 4 de cada mes, se realizaron distintas actividades en las ciudades más pobladas de la provincia en rechazo a la megaminería convocadas por la Unión de Asambleas de Comunidades del Chubut (UACCh). Recordemos que la semana pasada más de 20 mil personas ya habían marchado en todo Chubut. Mientras todo esto sucede, la Mesa de Unidad Sindical (MUS) llama a concentrar mañana en Rawson para expresar su rechazo ante la deuda del medio aguinaldo de la segunda parte del año. A su vez el Sindicado de la Salud Pública (SiSaP) decretó un paro provincial de 48 horas a partir de este lunes. Por su parte, los trabajadores viales no descartan cortes de ruta.


Alrededor de las 18 horas más de 2 mil personas se concentraron ayer en la peatonal Luis Gazin de Trelew para marchar por las calles céntricas de la ciudad, donde se sumaron varias decenas de personas. La actividad fue convocada bajo la consigna “Por un ´Chubutazo` contra la megaminería y el ajuste”. Decidieron pasar por las instalaciones de los diarios Jornadas y El Chubut para que reflejaran el carácter multitudinario de la marcha. Sin embargo, ambos medios evitaron hacer alusión de la movilización en sus tapas de hoy. Esta actitud no sorprendió a los manifestantes ya que consideran a ambas empresas como parte del lobby minero. De hecho, en las puertas de uno dos los matutinos se entonó la siguiente canción con el ritmo de un histórico jingle del medio: “Diario el Chubut, el facho de la Patagonia. Apoya a la minera, apoya al gobierno, es el diario El Chubut”. La marcha también se detuvo un buen rato afuera de la municipalidad para manifestarle su repudio al intendente prominero de la ciudad, Adrián Maderna.


Foto Aníbal Aguaisol


A 20 kilómetros de allí, se llevó adelante un nuevo abrazo al río, en la zona de El Elsa, cercano a Playa Unión. Más 200 personas esperaron a kayakistas que recorrieron varios kilómetros del río Chubut y luego marcharon por la zona del puerto y el resto de la costa.


Foto Eve Suereña


En Esquel más de mil personas se volvieron a hacer presentes por las calles de la ciudad emblema a nivel internacional en la lucha contra la megaminería. En El Hoyo se realizó una asamblea contra la megaminería y cortes intermitentes en Ruta N 40. En Comodoro Rivadavia se llevó a cabo una “Mateada informativa”. En Puerto Madryn se volanteó en el recital gratuito que dio Jorge Rojas. En Lagunita Salada, en la meseta central chubutense, próxima a donde Pan American Silver pretende llevar adelante el Proyecto Navidad, también hubo asamblea.


Foto: No a la Mina


Lo que viene

Como se anticipó más arriba, esta semana será álgida para el gobierno de Mariano Arcioni. Según trascendió por diversos medios, mañana intentará reunirse con Alberto Fernández o en su defecto con el ministro de Economía Martín Guzmán. Tratará de buscar ayuda para poder solventar el pago del medio aguinaldo y de los salarios de diciembre al personal estatal.


En su editorial de hoy, diario Jornada analiza con preocupación la situación: "Las gestiones que Antonena (Oscar, ministro de Economía de Chubut) realizará esta semana en Buenos Aires para colocar más Letras de corto plazo para poder hacerse de los casi 1.400 millones que faltan para pagar el aguinaldo no serán suficientes porque a esta altura también hay que tener alguna certeza sobre el cronograma de pagos de los sueldos de diciembre que hay que pagar en enero, que significan otros 4.000 millones”.


En el texto citado también se hace referencia a las diferencias entre el Frente de Todos y la fuerza política del gobernador, Chubut al Frente. "Si alguno cree que a veintisiete días de asumir el nuevo gobierno hay margen para hacer alguna zancadilla y que sólo se caiga Arcioni, no comprende los peligros que ese juego perverso puede terminar significando", advierte el editorialista.


Lo concreto es que Chubut se encuentra en las puertas de un nuevo “estallido”, como ya lo viviese en el primer semestre de 2018 y en el segundo semestre del año que acaba de terminar. Las consecuencias del enorme endeudamiento a corto plazo y en dólares están lejos de cerrarse. En ese marco es que se pretende avanzar con la megaminería en una provincia que hace casi dos décadas la viene rechazando en las calles.


Si Alberto Fernández no le tira una mano a Arcioni mañana, posiblemente tengamos una semana con movilizaciones y cortes de rutas en una provincia cuya actividad turística es muy importante. Si eso sucede, el gobierno de Arcioni, que ya de por sí es débil, encontrará muchos escollos para tratar de imponer en el verano, mediante una sesión extraordinaria, la megaminería en Chubut. Por otra parte, si Fernández ayuda –todo indica que no le queda otra- al gobernador, sentará precedente para otras provincias que se encuentran en situaciones similares. Como ya hemos dicho en otras oportunidades: la lucha contra la megaminería y el ajuste es una sola.