Por Alejandro Marino
Cuando el lunes último el secretario General del Sindicato
del Petróleo y Gas Privado del Chubut, Jorge “Loma” Ávila, amenazó públicamente
con “pasar por arriba” de los piquetes que desarrollaban los trabajadores
estatales en las rutas de Comodoro Rivadavia, no estaba bromeando, y todo el
arco político provincial lo sabía. El gobierno de Mariano Arcioni se encuentra
en una situación de extrema debilidad que hace imposible una nueva represión
sin que su gobernabilidad estalle en mil pedazos. De ahí los llamados para que
la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, intervenga. De ahí, también, la
decisión de tercerizar la represión en la patota del burócrata que entregó
varias de las principales conquistas del sector petrolero con la adenda firmada
en 2016.
Cuando el pasado 30 de agosto terminó la reunión entre la
Mesa de Unidad Sindical (MUS) y el gobernador Arcioni, quedó claro que se
buscaría hacer lo imposible para llevar el conflicto a un impasse, aprovechando
el depósito del último rango que se debía a los estatales. La idea era clara e
indisimulable: pactaron implícita o explícitamente un "stand by" hasta el 11 de
septiembre, fecha en que supuestamente se pagará al menos 30 mil pesos a los
estatales. En Sarmiento la MUS, y en particular la conducción provincial del
Sitravich (Sindicato de Trabajadores Viales del Chubut), hicieron lo imposible
por levantar los cortes de ruta, pero los trabajadores se opusieron con
vehemencia. Pocas semanas antes se había protagonizado una pueblada ante el
intento de represión de la Policía del Chubut.
En ese marco es que se debe entender la jugada de la MUS y
su proyecto de supuesta reforma tributaria, que en realidad era la declaración
de “emergencia de los sistemas de educación, de salud y alimentarios en la
Provincia del Chubut por el término de UN (1) año a partir de la sanción de la
presente”, con la creación de un “fondo especial denominado ´FONDO DE
EMERGENCIA DE LA EDUCACION, LA SALUD Y SEGURIDAD ALIMENTARIA `, en el ámbito
del Poder Ejecutivo, el que estará integrado por los importes que se recauden
mientras dure la emergencia, como producto de la aplicación de la presente Ley,
en el marco de la responsabilidad social empresaria”.
La maniobra no se prestaba a dudas: distraer a los trabajadores de la
deliberación de planes de lucha que robusteciesen los piquetes en Comodoro
Rivadavia y Sarmiento, evitar la movilización en las distintas localidades e
incluso posibles nuevas ocupaciones de dependencias estatales, entre otras
acciones. Lo advertimos en dos artículos en este mismo espacio que podés leer acá y acá.
La única posición correcta al respecto era denunciar sin
contemplaciones no solo el contenido del proyecto, sino, y, sobre todo, la
función que cumple. De todo ello, se desprendería necesariamente que no se lo
debería apoyar y muchos menos movilizar “críticamente” a Legislatura al circo
de la MUS, mientras a tan solo 400 kilómetros del lugar se tejía entre el
gobernador Mariano Arcioni, la Policía del Chubut y el “Loma” Ávila la
anunciada represión a los piquetes estatales.
El centro de la orientación de cualquier fuerza que se
precie de revolucionaria debió haber estado puesto en la movilización, en la
solidaridad previa a los piquetes antes de la represión en el sur de la
provincia y en clarificarle al resto del activismo de la maniobra confusionista
de la MUS. Se debió haber denunciado que era criminal ir a Legislatura mientras
existía la posibilidad concreta del ataque a los piquetes.
Por el contrario, el Partido de los Trabajadores Socialistas
(PTS) movilizó al parlamento provincial al considerar que el proyecto es un “paliativo”
y “progresivo”, como claramente lo expresa su candidato a diputado nacional,
Martín Sáez en el video que compartimos.
Algunas horas antes, el PTS había difundido un artículo
titulado “Chubut: la cúpula de la MUS y
el kirchnerismo proponen ´resolver la crisis` sin tocar las ganancias de
grandes patronales”, que pareciera desligarse de la iniciativa, aunque en
el desarrollo del texto reconocen que es un “paliativo”, y que el “hecho de
poner en el foco de la discusión y legislar para afectar a las grandes empresas
que protagonizaron el lucro histórico a partir de los recursos de la provincia,
significa sin dudas un paso hacia adelante”. El texto tiene esos clásicos
rasgos contradictorios de todo artículo escrito con culpa. Pues, cuesta creer
que un proyecto al cual se califica de “paliativo” y de ser “un paso adelante”
a la vez sea hecho “a la medida de los empresarios y pautado a espaldas de las
bases por el pj-kirchnerismo y la MUS”.
En el artículo, firmado por Martín Sáez y Noemí Barra, se
llega al colmo de reivindicar el mismo proyecto que presentó el año pasado la
MUS en ocasión de la histórica lucha del primer semestre. En aquella ocasión el
PTS se jactó de marchar junto a 3 mil personas en apoyo del mismo. Lo que
callan es que, en 2018, además de pretender declarar la emergencia en salud y educación,
también lo hacía en seguridad. Sí, el PTS movilizó por un proyecto que buscaba
fortalecer el aparato represivo del Estado. Nunca hizo balance al respecto.
Más arriba dijimos que escribimos dos artículos sobre el
tema: el primero el lunes y el otro el martes. Es que el proyecto sufrió
innumerables modificaciones de espalda a los trabajadores. La MUS y el bloque
del PJ-FPV titularon uno de los borradores “emergencia en educación, salud y
seguridad ciudadana”, y luego cambiaron “seguridad ciudadana” por “seguridad
alimentaria”. A eso se suma que el proyecto ni siquiera se trató el día de la convocatoria y cuesta creer que se lo haga próximamente. La poca seriedad del asunto pone al descubierto el carácter
confusionista del proyecto: desviar el foco de atención de lucha en las calles
para llevarlo al parlamento provincial.
La deriva electorera del Frente de Izquierda y de los
Trabajadores Unidad (FITU) en general, y del PTS en particular, es motivo de
crítica de gran parte de la izquierda hace algunos años. Pero en los últimos
meses el parlamentarismo y el seguidismo al kirchnerismo parece haber pegado un
salto cualitativo.
En la conferencia de prensa del FITU del domingo 11 de
agosto, cuando el desplome de Cambiemos se consolidó con los resultados de las
PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), y se hacía referencia en
todos los medios burgueses de crisis de gobernabilidad, los referentes de
izquierda solo hacían alusión a un supuesto buen resultado en los comicios.
Más aun, el propio Nicolás del Caño (PTS), mientras la
escapada del dólar volvía a licuar el salario de los trabajadores, llamaba a
que sesione el Congreso de la Nación para discutir una salida allí adentro, en
el mismo lugar donde se votaron todas las leyes de ajuste.
No puede extrañar, entonces, que el PTS se sume a la
convocatoria de la MUS y del bloque del PJ-FPV para apoyar "críticamente" un
proyecto en la misma Legislatura que le aprobó el pacto fiscal a Mauricio Macri
en nuestra provincia y fue partícipe necesaria de todos los endeudamientos y
las renegociaciones de contratos petroleros a favor de las multinacionales,
entre otras perlitas.
La crítica a las orientaciones parlamentaristas al interior de la izquierda está en el ADN del
marxismo revolucionario. Lenin en su “El
Estado y la revolución. La teoría marxista del Estado y las tareas del
proletariado en la revolución”, comentando un pasaje del balance de Karl
Marx sobre la Comuna de París, señala: “Los ministros y parlamentarios
profesionales, los traidores al proletariado y los socialistas ´utilitarios` de
nuestros días han dejado a los anarquistas toda crítica al parlamentarismo y,
sobre esta base maravillosamente razonable, denuncian que toda crítica del
parlamentarismo es ¡¡´anarquismo`!! No es de extrañar que el proletariado de
los países parlamentarios ´avanzados`, asqueados con ´socialistas` como los
Scheidemann, David, Legien, Sembat, Renaudel, Henderson, Vandervelde, Stauning,
Branting, Bissolati y Cía., vuelque cada vez más sus simpatías al
anarcosindicalismo, a pesar de que este último es simplemente hermano gemelo
del oportunismo”.
En una provincia donde las fuerzas populistas y las
tendencias en el activismo al autonomismo son las que priman, flaco favor le
hace el PTS al avance de la consciencia socialista en la vanguardia con su
embellecimiento del parlamento burgués en un período de luchas de clases donde
tanto por izquierda como por derecha se habla de un “Chubutazo” en curso.
¿Cuál piensa la militancia del PTS que fue la reacción de
los kirchneristas Tomás Montenegro (secretario General de la CTA de los Trabajadores) y de
Santiago Goodman (secretario General de ATECh) al ver la presencia de un
partido trotskista en las escalinatas de Legislatura en apoyo “critico” al
proyecto que ellos presentaron? ¿Ofuscación o una sonrisa cómplice reconociendo que una vez más lograron traccionar al movimiento en su conjunto, con fuerzas
de izquierda incluidas, para sus propósitos?
Decíamos en el artículo al que nos referimos con antelación:
“Debe recordarse, además, que el año pasado a partir de la toma del Ministerio
de Educación por la docencia, y del tsunami de ocupaciones de delegaciones
estatales que le prosiguió a lo largo y ancho de la provincia, las conducciones
gremiales nucleadas en la MUS perdieron el control de la lucha por varios días.
Lograron recuperar la iniciativa con una movilización de miles de personas a
Legislatura para el tratamiento de la ley. A partir de entonces tuvieron
relativamente controlado el proceso. Una lectura posible es que nunca los
estrechos andariveles de los parlamentos burgueses deben reemplazar las
iniciativas de las masas, si es que estas pretenden triunfar en sus luchas.
Otra lectura es que las bases tienen que hacer lo imposible para ser las dueñas
de sus propios destinos y no depositar ninguna expectativa en las conducciones
burocráticas y las fuerzas políticas patronales a las que responden estas
últimas”.
El propio Lenin se encargó durante toda su militancia
revolucionaria en esclarecer el rol de la democracia burguesa y el parlamento.
En la obra que citamos más arriba afirma: “Decidir una vez cada tantos años qué
miembros de la clase dominante han de reprimir y aplastar al pueblo a través
del parlamento: tal es la verdadera esencia del parlamentarismo burgués, no
solo en las monarquías constitucionales parlamentarias, sino también en las
repúblicas más democráticas”.
Los partidos que se pretenden revolucionarios se prueban en
escenarios convulsivos. La lucha estatal en Chubut es una escuela de guerra al
respecto desde el año pasado. Quienes marchan detrás de proyectos de emergencia
en seguridad, o falsas salidas parlamentarias, haciéndole seguidismo a las
burocracias sindicales y a los partidos patronales, anticipan en los hechos
concretos cuál será el rol que jugarán cuando la situación que vive nuestra
provincia sea la que se extienda a nivel nacional. La dirección del PTS es un
claro ejemplo de ello.
De lo que se trata es de hacer lo imposible para mostrarle a
las masas que la única salida es la movilización, con un programa independiente,
que apunte a la autoorganización de los trabajadores y el pueblo con plenarios
de delegados en toda la provincia y medidas de acción directa como piquetes,
ocupaciones de delegaciones estatales en la perspectiva de la huelga general provincial
hasta conseguir todas las reivindicaciones.
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