Pese a que todos los partidos coinciden en que el proceso
que se desarrolla en nuestra provincia anticipa lo que sucederá en el resto del país,
evitaron toda referencia al mismo en su campaña nacional de cara a octubre, en
un paso más en la profundización de un electoralismo rabioso e impotente y sin ninguna
orientación a las masas trabajadoras para enfrentar la situación que padecen.
Fotografía: La Izquierda Diario |
Por Iván Marín
La deriva electorarera y parlamentarista de las fuerzas que
integran el Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad (FITU) no deja de
consolidarse. El Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), la dirección
oficial del Partido Obrero (PO), Izquierda Socialista (IS) y el Movimiento
Socialista de los Trabajadores (MST) presentaron sus últimos spots de la
campaña electoral nacional de cara a octubre sin hacer la más mínima mención al
proceso más interesante y de avanzada que protagoniza la clase trabajadora en
el país: el “Chubutazo”.
La fórmula presidencial integrada por Nicolás del Caño (PTS)
y Romina del Plá (PO) lanzaron sus primeros cuatro spots de campaña electoral
en medio de una crisis de “gobernabilidad” del presidente Mauricio Macri, tras
el derrumbe de su candidatura en las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y
Obligatorias), y la escalada del dólar que le prosiguió, con la consecuente
devaluación del poder adquisitivo de los magros salarios de la clase
trabajadora en todo el país, y en pleno desarrollo de una crisis histórica en
Chubut que tiene en vilo al gobierno de Mariano Arcioni, reelecto hace tan solo
tres meses.
Como se dijo, las cuatro fuerzas que integran el FITU
coinciden en caracterizar que las políticas aplicadas por Arcioni para descargar
el ajuste sobre las masas chubutenses y la abnegada resistencia de estas a las
mismas, es el proceso que seguramente viva el resto del país más temprano que
tarde. En ese marco, la campaña electoral nacional debiera ser una tribuna de
la lucha los trabajadores de nuestra provincia, no por una cuestión de
regionalismos ni nada que se le parezca, sino para fortalecer esos combates que
se dan en las calles, en las rutas, en los accesos a los yacimientos petroleros
o en empresas enormes a nivel continental como Aluar, o incluso en las
ocupaciones y acampes de dependencias estatales. La consigna que levantan estos
partidos de que “Si triunfa Chubut, triunfamos todos” deberían llevarla hasta
el final, y eso incluye la campaña electoral. No hacerlo es una claudicación.
El “Chubutazo” en curso puede cumplir un rol “pedagógico” para
el resto del país de cómo los trabajadores se organizan desde las bases e
incluso cómo comienza embrionariamente un proceso de coordinadoras (Plenario Provincial de Delegados Docentes y Asamblea Interhospitalaria, entre otras coordinadoras) en una
provincia que tiene por característica un territorio muy vasto, en donde
algunas de sus ciudades más importantes están separadas por más de 600
kilómetros.
Sin embargo, darle jerarquía en la campaña electoral
nacional al “Chubutazo” pone en cuestión la principal caracterización y excusa
del FITU por la cual la susodicha campaña es llevada adelante con consignas
vacías y generalidades derrotistas: la supuesta ausencia de lucha de clases en
el país, y con ello el obstáculo que representaría el PJ-kirchnerismo para la
influencia de la izquierda en las luchas en curso, y en el terreno electoral.
Allí radica una de las razones de la decisión consciente de invisibilizar en la
campaña lo que ocurre en nuestra provincia. La otra razón se cae de madura:
suponer que una campaña combativa es piantavotos.
De lo anterior se desprende que si el “Chubutazo” debe tener
un protagonismo relevante en la campaña electoral, la consigna de la huelga
general la debe acompañar. Es esa consigna la que pone en cuestión el rol de la
burocracia sindical y del posible gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández
de Kirchner. Contraponer a la política de contención social del peronismo las
reivindicaciones del conjunto de los trabajadores y la necesidad de luchar
ahora para lograrlas es una necesidad imperiosa.
Como también lo señalamos en Prosa Urgente en ocasión de lasPASO, la agitación para la organización de las bases, la coordinación de las
luchas y los métodos de acción directa para enfrentar el ajuste, necesariamente
va a ser respondida por el Estado con la represión. Por ello se hace
imprescindible que la campaña electoral también aborde la cuestión de los
derechos democráticos más elementales como la protesta social. En ese marco, la
consigna por la inmediata liberación de Daniel Ruiz, exdegelado petrolero en
Comodoro Rivadavia y PSTU (Partido Socialista de los Trabajadores Unificado), preso
en el penal de Marco Paz por luchar contra la reforma laboral en las jornadas
de diciembre de 2017, no puede faltar. Desde ya, debe ir acompañada por el
desprocesamiento de los miles de luchadores sociales que hay en el país, como
los trabajadores de la Línea 60 de colectivos en Buenos Aires y tantos otros.
Sin dudas, en un escenario caracterizado por la profunda crisis
del régimen, la izquierda no debe dejar pasar la oportunidad para difundir una
consigna de poder. La Asamblea Constituyente libre y soberana debe cumplir esa
función. Allí se pondrá en debate la orientación de darle una salida a la
crisis sobre nuevas bases sociales, en perspectiva a un gobierno de los
trabajadores. Por el contrario, consignas vacías como “Para que la crisis no la
pague el pueblo trabajador necesitamos una izquierda más fuerte en el país y en
el Congreso” o “Macri se va” (nótese la pasividad que le asignan al pueblo
trabajador), lo único que hacen en confundir a las masas y generarle
expectativa en la institucionalidad burguesa y no en la lucha de clases. La
izquierda no debe dejar pasar esta oportunidad histórica de utilizar esa enorme
tribuna como es lo es una campaña electoral en los albores de una crisis
económica, política y social de profunda magnitud. No estar a la altura de las
circunstancias en el plano electoral y de la lucha de clases puede implicar no
solo dejar pasar una oportunidad para una salida en favor de las masas obreras,
sino también una derrota con consecuencias históricas. Los revolucionarios nos
preparamos justamente en vista a hacer lo imposible para que esto último no
ocurra.
Vi todos los que salieron hasta ahora en la web de Prensa Obrera. Uno más espantoso que el otro, autorreferenciales, electoreros...todos limitados a ese horizonte.
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