Por Iván Marín
Durante la tarde de ayer el movimiento “No a la Mina” le
arrancó al intendente de Trelew Adrián Maderna su rechazo a la megaminería,
pese a que en las semanas previas se había mostrado claramente a favor para que
se avanzara en este tipo de emprendimientos en la provincia. Las movilizaciones
de miles de personas en las últimas tres semanas en todo Chubut han logrado en los
últimos días resultados que ponen al borde del nocaut los intentos del lobby
minero de modificar la ley 5001 y avanzar con la zonificación este año. A
continuación, seis lecciones urgentes del triunfazo logrado en Trelew.
1) Son entendibles los pruritos que tienen varios
compañeros respecto de la forma entreverada que el intendente de Trelew Adrián
Maderna redactó su rechazo a la megaminería en Chubut. Más atendible aun es la
sospecha si se tiene en cuenta que el mandatario municipal no dio la cara para
comunicar su posición. Pero hay que tener presente que, más allá de lo
expresamente redactado, para el común del pueblo trelewense e incluso
chubutense la noticia fue el rechazo. Por ende, si en algún momento Maderna
osara coquetear nuevamente con los proyectos mineros va a tener miles de
personas afuera de la municipalidad exigiéndole su renuncia. Sería, posiblemente,
el fin de su carrera política (de los grandes objetivos, claro está) y de sus
pretensiones de ser gobernador. En definitiva, hay que seguir atentos, pero
debemos festejar este TRIUNFAZO que aísla aun más al gobernador Mariano
Arcioni, e ir por una victoria en toda la provincia que sea el puntapié para
derrotar la pretendida “reestructuración del Estado”, eufemismo con el que se
evita hacer referencia a un ajuste brutal contra el pueblo chubutense.
2)En las calles, no en las urnas. Algunos sectores
que movilizan contra la megaminería en Chubut plantearon derrotar al lobby
mediante un gran plebiscito provincial, entre ellos se destaca el Partido de
los Trabajadores Socialistas (PTS) en el Frente de Izquierda, la fuerza de
Nicolás del Caño y Myriam Bregman. No solo la resistencia mendocina en las
calles a la represión del Estado, si no también las multitudinarias
movilizaciones en nuestra provincia demuestran que la acción directa de las
masas es el mejor camino para defender sus conquistas, en este caso el rechazo
a la megaminería. Ir a un plebiscito es rifar esa experiencia de
autoorganización en las calles para adentrarse en un escenario incierto donde
las fuerzas políticas patronales que integran el lobby minero saben moverse
mejor que el pueblo. Menos electoralismo y más lucha contra el Estado
capitalista.
Foto Aníbal Aguaisol |
3) Cuando las bases mandan. La fuerza del
movimiento “No a la Mina” estuvo en la deliberación democrática en asambleas
que se dio en el último mes, potenciado por la iniciativa de realizar “Rondas a
la plaza Independencia” todos los miércoles a las 18 horas, donde se debatió
distintos planes de lucha para resistir al lobby. Al no haber un aparato
burocrático que intentase contener o desviar la acción directa, el movimiento
fue potenciándose. Además, en Trelew desde un comienzo se planteó la necesidad
de unir la lucha medioambiental con la otra contra el ajuste en curso y eso
quedó plasmado en cada una de las convocatorias.
4) Contra los métodos burocráticos. La deliberación
asamblearia claramente marca el camino para la resistencia que debe enfrentar
el pueblo trabajador a la “reestructuración” del Estado que anunciará el
gobernador Mariano Arcioni. El movimiento “No a la Mina”, policlasista por
definición, si bien tiene algunos límites, por ejemplo no plantear una salida de
conjunto a los padecimientos del pueblo en su conjunto, cuenta con un punto muy
fuerte: la discusión de igual a igual en asambleas. En los últimos dos años de
resistencia de trabajadores estatales en Chubut se dieron dos procesos que se
deben desarrollar en toda la provincia para derrotar este nuevo ajuste: las
Asambleas Interhospitalarias de Cordillera y el Plenario Provincial de
Delegados Docentes. Hay que hacer extensivos estos métodos asamblearios a todos
los sectores estatales y plantear un gran plenario provincial de todos los
trabajadores de conjunto para derrotar al gobierno de Arcioni.
5) Asambleas populares. La Unión de Asambleas de
Comunidades del Chubut (UACCh) debe impulsar en toda la provincia asambleas populares
integradas por sindicatos, centros de estudiantes, organizaciones de jubilados,
partidos políticos y el pueblo en su conjunto. Dichas asambleas populares deben
ser el puntapié para arrancarles a las centrales sindicales medidas de fuerza
que paralicen a la provincia y derroten la mal llamada “reestructuración” del Estado.
6) “Fuera Arcioni”. El gobierno de Mariano Arcioni
nació agotado. Un proceso en curso de resistencia de los trabajadores activos y
pasivos, junto a estudiantes contra sus políticas de ajuste que lleva más de
dos años, y que en las calles es bautizado como “Chubutazo”, le ha marcado la
cancha a sus intentos de hacerle pagar al pueblo la crisis estructural que vive
la provincia. Tanto con Mauricio Macri como con Alberto Fernández el gobernador
ha dejado bien en claro que pretende pagar la millonaria deuda en dólares de la
provincia a costilla del pueblo: pago escalonado, deuda de las cláusulas
gatillos, escuelas que se caen a pedazos, hospitales desmantelados y un largo
etcétera. El “Fuera Arcioni” es la consecuencia lógica de los 5 puntos
señalados más arriba.
Foto Aníbal Aguaisol |
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