miércoles, 4 de julio de 2018

La sombra azul de la impunidad


La provisoria cifra arroja al menos 59 asesinatos de la Policía del Chubut entre los años 1.994 y 2.017 e incluye al menos 13 desapariciones forzadas de personas. Por primera vez se desglosan los datos por ciudad, año y edad. Además, desde 2.004 a 2.016 se contabilizaron más de 3.500 casos de tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes.






Por Iván Marín

Al menos 59 asesinatos de personas en tan solo 23 años es la espeluznante cifra que carga en su prontuario la Policía del Chubut. De ellos, 13 son desapariciones forzadas de personas. Comodoro Rivadavia puntea en el criminal ranking con 18 muertos, pero Trelew le pisa los talones al contabilizar 16, con menos del doble de habitantes que la ciudad petrolera. La data surge del informe anual de personas asesinadas por el aparato represivo del Estado que realiza la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi).


El último relevamiento de la organización se publicó en diciembre del año pasado. Para la provincia del Chubut se contabilizan 80 muertes en manos de las distintas fuerzas represivas del Estado. Sin embargo, si se desglosa por institución se encuentra no solo que la inmensa mayoría tienen como protagonista a la Policía del Chubut (73%), sino que los al menos 59 casos que la involucran se dan entre los años 1.994 y 2.017.


Correpi realiza este fundamental trabajo desde 1.996, y se propuso comenzar el relevamiento de casos desde 1.983, último año en el poder de la dictadura militar que comenzara en 1.976. Si bien con el avance de la tecnología se profundizó en la precisión de la información, la realidad es que estas cifras conforman un “piso” desde el cual partir, pues se basan en denuncias de familiares, en publicaciones en medios de comunicación y en aportes de organizaciones sociales. Lo que implica que, con toda seguridad, el número de casos sea significativamente mayor.


Es en ese marco que Chubut se encuentra quinta en el ranking de asesinatos en manos del aparato represivo del estado desde 1.983 a diciembre de 2.017, si se toma el índice por millón de habitantes. Sin embargo, como se dijo, hay que tener en cuenta que en realidad el primer registro del informe para nuestra provincia data de 1.994 y corresponde a Alejandra del Carmen Sales, de Comodoro Rivadavia, desaparecida desde el 7 de abril de aquel año. El 14 de noviembre del mismo año se registró el otro caso del que se tiene información hasta el momento: Nadia Pino, quien recibió un balazo mientras se encontraba en su casa efectuado por un policía que se encontraba en la calle.


De este modo, así queda el listado de ciudades y pueblos con personas asesinadas por la Policía del Chubut: Comodoro Rivadavia (18); Trelew (16); Puerto Madryn 7; Esquel (4); Corcovado (4); Rawson (3). Las siguientes localidades contabilizan al menos un asesinato en manos de esta institución: Sarmiento, Puerto Pirámides, Facundo, Trevelin, Gobernador Costa y El Hoyo. Y hay un caso que se desconoce el lugar donde fuera asesinada la víctima.


El 18 de mayo de 2.011 la Corte Interamericana de Derechos Humanos sancionó a Chubut y a la Nación por la violación al derecho a la libertad e integridad personal en perjuicio de Iván Eladio Torres, joven desaparecido el 2 de octubre 2.003. Sin embargo, este no será el primer ni último caso de desaparición forzada en la provincia, es decir donde tiene participación necesaria alguna fuerza represiva del Estado. El último conocido fue el de Santiago Maldonado, el primero de agosto del año pasado, tras ser reprimido junto a otras personas que se encontraban en la Pu Lof en Resistencia Cushamen reclamando por la libertad del lonko Facundo Jones Huala. El cuerpo de Maldonado finalmente fue encontrado en el río Chubut el 17 de octubre. Como se sabe, hasta el momento todas las miradas recaen sobre la Gendarmería Nacional, y según los familiares de la víctima y su abogada, Verónica Heredia, las responsabilidades llegan hasta la misma ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Pero el presente artículo tiene por objetivo centrarse exclusivamente en casos que tienen como protagonista a la Policía del Chubut. En lo que hace a desapariciones, la Correpi suma al menos 13 casos: Comodoro Rivadavia (7); Corcovado (3); Trelew (1); Puerto Madryn (1) y Gobernador Costa (1). No caben dudas que en la ciudad petrolera este método se ha convertido en un modus operandi de la institución.


Otro detalle no menor es que 14 de los 59 asesinatos tienen como víctimas a jóvenes menores de 21 años, es decir casi una de cada cuatro personas. En general, al igual que en el resto de edades, las personas asesinadas pertenecen a barriadas populares de bajos recursos. Son excepciones los casos que involucran a sectores de medio o altos recursos económicos de la sociedad. A todo ello, debe aclararse que son varios los casos (9) en lo que se desconoce si el fallecido es mayor o menor de edad.
 

Cuando decimos que la cifra seguramente es más alta de la que se cuenta, no solo tiene como fundamento el hecho de que no se tiene registros de asesinatos en los 11 años que van desde 1.983 a 1.994, sino que incluso en al menos cuatro años posteriores tampoco se relevaron casos: 1.995, 1.996, 2.011 y 2.016. A lo que se agrega que en siete oportunidades se contabiliza al menos un asesinato: 1.998, 1.999, 2.000, 2.006, 2.007, 2.010 y 2.017. Desde ya, estas cifras contrastan con el promedio de 2,56 asesinatos por año desde 1.994 hasta diciembre de 2.017. Por otra parte, el pico se encuentra 2.014, 7 casos y le siguen 2.003, 2.013 y 2.015, los dos primeros con 6 y el último con 5.


Los lugares de detención son otro factor de peligro: al menos 15 de los 59 (16,69 %) casos citados se dieron en alguna celda bajo la responsabilidad de la policía provincial. A ellos se agregan 16 en la Unidad 6 de Rawson, dependiente del Servicio Penitenciario Federal.


Evidentemente, si estas cifras de muertes son provisorias, debemos inferir que necesariamente el número de personas que sufren la violencia del accionar policial sin llegar a perder su vida debe ser mayor. Al respecto, en el año 2.016 el Ministerio de la Defensa Pública del Chubut publicó los resultados del Banco de Datos de Casos de Tortura y otros Tratos Crueles, Inhumanos y Degradantes con las cifras acumuladas por la entidad desde 2.004 a 2.016. Allí el informe destaca que son “3.577 hechos relevados en el Banco de Datos de Casos de Tortura, durante 12 años en todo el territorio provincial”. De ellos, el 98,5% de los casos tienen como autores a la Policía del Chubut: “El 53,6% son consignados como personal de las Comisarías; el 34,8% como personal de patrullas y el resto (11,6%) son referidos como personal de traslado, GEOP y Comando Radioeléctrico”.


Aunque, como sucede con la Correpi, el informe advierte que no relevó “la totalidad de situaciones de violencia policial o institucional en la provincia”, sino solo aquellos que fueron detectados por el organismo. Por lo cual “se puede afirmar que el universo de casos debe ser mayor que el relevado en el Banco de Datos”. En un próximo artículo profundizaremos sobre este estudio.


Chubut vive un año convulsionado con movilizaciones obreras a lo largo y ancho de la provincia. Si bien el Ejecutivo Nacional a cargo de Mauricio Macri hizo sentir primero que nada en el sector privado sus políticas de ajuste, el fallecido gobernador Mario das Neves, y su reemplazante Mariano Arcioni, no dudaron en replicar en la provincia estas decisiones, pero acentuando su peso sobre el sector estatal. Ello llevó a recurrentes medidas de fuerza, con paros por tiempo indeterminado en docentes, y retenciones de servicios que llevan meses en algunos hospitales, sobre todo en cordillera con la conformación la Asamblea Interhospitalaria. Sobre los últimos meses del año pasado se impulsó la Mesa de Unidad Sindical (MUS), que lleva instalada una carpa hace más de 100 días afuera de Casa de Gobierno. Además, el colectivo docente ocupó el Ministerio de Educación el 30 de mayo y desde entonces se replicaron más de una docena de ocupaciones de distintas delegaciones estatales en todo el territorio.


En ese marco no deben sorprender las cifras que arrojaron el estudio del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) donde ubica al aglomerado Trelew-Rawson en la cima del ranking con mayor nivel de desocupación del país, con un 12,5% para el primer trimestre del año. A la vez, la Cátedra Abierta de Estudios Urbanos y Territoriales  de la Universidad Nacional de la Patagonia y el Movimiento de Trabajadores Excluidos efectuaron un relevamiento sobre inflación, pobreza e indigencia en Trelew que dio como resultado, que una familia con dos mayores y dos menores, precisa $26.940,06 para no caer debajo de la línea de pobreza y superar los $9.621,45 para no hacerlo en la de indigencia. Además, registraron una inflación del 8,81% para el período marzo-mayo, en contraste con el 2% del Indec para los mismos meses en Patagonia. Los autores del estudio aclararon que lo realizaron con el dólar a $24, por lo que se infiere que estos números serán considerablemente mayores en junio.


Durante el transcurrir de estos meses, el gobierno no escatimó esfuerzos en reprimir y criminalizar la protesta social. En lo que va del año hubo al menos cinco represiones. En una de ellas, falleció producto de un paro cardíaco el comisario Néstor Chávez, quien se desempeñaba en Asuntos Internos de la Policía del Chubut justamente por sus problemas de salud. Inmediatamente producido su deceso el Ministro de Seguridad, Federico Massoni, y con él todo el Gobierno, lideró una campaña para criminalizar a dirigentes de la MUS, entre ellos Santiago Goodman, secretario General de la Asociación de Trabajadores de la Educación del Chubut (ATECh) y Guillermo Quiroga, delegado normalizador de ATE, además de militantes contra la megaminería. Como si esto no fuera suficiente, para resguardar a su tropa, el gobierno dispuso que la Policía del Chubut sea el único estamento estatal en no cobrar en forma escalonada.


Ante este panorama de crisis económica, represión y criminalización de la protesta social y resistencia de las/os trabajadoras/es, es un grave error la presentación del proyecto presentado en Legislatura del Chubut por la MUS y el bloque del Frente para la Victoria para declarar la Emergencia en Educación, Salud y Seguridad. Asignar más recursos económicos a seguridad implica necesariamente reforzar ese aparato represivo al que detalladamente le dedicamos este informe. Nada bueno para el pueblo puede derivar de ello. De hecho, el propio gobierno acaba de anunciar con bombos y platillos un aumento de $1.900 al básico de los policías, cuando al sector docente amenaza con otorgarles $1.200 y por decreto.


Para finalizar el artículo, abordaremos uno de los temas más importantes que se desprenden del imprescindible trabajo de la Correpi: la lucha contra la impunidad del aparato represivo del Estado. De los 59 casos citados, solo 6 tuvieron condena. El más significativo de ellos fue el del joven Julián Antillanca, asesinado el 5 de septiembre de 2.010. Luego de un primer juicio en 2.012 donde los jueces absolvieron a todos los policías involucrados, mediante la lucha y movilización de familiares y organizaciones sociales se logró hacer un segundo juicio en  2.015 donde se condenó a prisión perpetua a dos de sus asesinos: Jorge Abraham y Martín Solís. Similar fue el caso de Maxi Almonacid, joven de 16 años violado en la Comisaría Segunda de Trelew en el año 2.012, donde también la familia y organizaciones tuvieron que movilizar para que en un segundo juicio se condenara a al menos 2 de los policías involucrados en este atroz hecho: Aníbal Muñoz y Carlos Treuquil. Hace pocos días se pudo ver a familiares de estos efectivos en el acampe que levantaron policías frente al Ministerio de Educación y que fue retirado hace pocas horas. Estos personajes siniestros se valieron de cuentas falsas para despotricar contra militantes de derechos humanos. Una de ellas tenía el nombre de Alfredo Rolón, pero en el listado aportado por la página oficial del Gobierno del Chubut no aparece ningún policía con ese nombre y apellido. En cambio, sí se puede observar al menos 14 personas con el apellido Treuquil. Uno de ellos estuvo tomando mates en ese acampe. Se sabe, la sombra azul de la impunidad carece de escrúpulos…

No hay comentarios:

Publicar un comentario