Tras la patoteada de la conducción de la UOCRA contra ambientalistas de Uspallata de hace dos semanas atrás y la posterior pueblada en la localidad cordillerana, este viernes se desarrolló una ruidosa y masiva movilización por la capital de la provincia. El fantasma de la rebelión en defensa del agua de 2019 vuelve a las calles. Informe especial con voces de sus protagonistas.
Por Iván Marín
La provincia de Mendoza se encuentra en vilo desde la asunción
del radical Alfredo Cornejo a la gobernación en diciembre de 2023. A contrapelo
de lo manifestado por cientos de miles de mendocinos en las calles durante dos
décadas, el Ejecutivo pretende utilizar vericuetos legales y hacer entrar la
megaminería por la ventana. Recordemos que a fines de diciembre de 2019 otro radical,
Rodolfo Suárez, envió un proyecto a la Legislatura provincial para derogar la
Ley 7.722, que prohíbe la megaminería. Tras una rebelión provincial de 10 días,
el régimen político debió dar marcha atrás con las tentativas y volver a poner
en vigencia la ley derogada. Algo similar, ocurrió dos años más tarde con el
Chubutazo de 2021 en la provincia patagónica. Sin embargo, -en este link se
puede profundizar sobre el asunto- Cornejo y todo el régimen político
aprovechan un fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que ratificó
el carácter constitucional de la ley 7.722, con la salvedad de la expresión “y
otras sustancias similares”, en el que se abre la puerta a la megaminería
siempre y cuando no se utilicen los métodos y sustancias expresamente
prohibidos en la ley.
Durante todo el 2023, Cornejo impulso medidas con vistas a
avanzar con la megaminería. El Proyecto Minero San Jorge, en el noroeste
mendocino, lleva la delantera en esta carrera, por encontrarse los estudios de
impacto ambiental en la etapa de explotación. Eso llevó a que dos semanas atrás
un pequeño grupo de ambientalistas de Uspallata, la localidad más cercana al
proyecto, se manifestara en contra de la visita Francisco Lo Presti, intendente
de Las Heras, departamento al que pertenece el pueblo. Resulta que el
mandatario por primera vez en más de un año de mandato se acercó a la localidad
y lo hizo para respaldar iniciativas mineras. La conducción de la UOCRA
respondió con una salvaje golpiza contra ambientalistas. Al otro día se produjo
una pueblada en Uspallata contra la violencia de la burocracia sindical y en
defensa del agua, es decir, contra el Proyecto San Jorge. El 7 de febrero se
desarrolló por las calles de la Capital de la provincia una movilización que
congregó entre 2 mil y 3 mil personas, entre ellas asambleas en defensa del
agua de varias localidades, comunidades indígenas, organizaciones de derechos
humanos y partidos políticos, en especial de izquierda.
Minutos antes de la movilización, charlamos con Marcelo Giraud, profesor de Geografía de la Universidad Nacional de Cuyo y referente de la
Asamblea Popular por el Agua, manifestó que “somos un
millón y medio de mendocinos los potenciales afectados por el Proyecto San
Jorge”. Entre otras cosas, agregó que el año pasado el gobernador Alfredo
Cornejo (UCR) avanzó con un nuevo Código de Procedimiento Minero, la
presentación de un Malargüe Distrito Minero Occidental que cubre 18 millones de
hectáreas y allí en un mismo expediente aprobaron 34 expedientes de exploración
primero y luego presentaron otros 29 proyectos de exploración dentro de esta
misma área”. Además, adelantó un semestre de gran conflictividad por la
situación en general que atraviesa la provincia con las políticas de ajuste del
gobernador y del presidente Javier Milei.
“No pensamos jamás que la UOCRA iba a llevar una patota”
La cara ensangrentada de Flavio Gonzalez se viralizó hace
dos semanas, luego de que fuera golpeado por una patota de la UOCRA por
manifestarse contra el Proyecto Minero San Jorge. Durante la movilización de
este viernes conversamos con él, quien además es miembro de la Asamblea de
Vecinos Autoconvocados de Uspallata. “No pensamos jamás que iban a llevar a una
patota para intentar persuadirnos por la fuerza. Fueron 100 personas que
atacaron a 6”, describió González en diálogo con Prosa Urgente. Y amplió: “Me
quebraron el tabique en tres partes, nadie me preguntó absolutamente nada,
quisieron desviar el tema como que los agredidos habían sido otros”, denuncia el
entrevistado. Y, agregó: “Uspallata después de eso reaccionó, se dio cuenta de
qué medios utilizaban y qué es lo que querían lograr y hasta dónde podían
llegar y salió en defensa propia. Estamos haciendo manifestaciones pacíficas”.
Por su parte, Graciela Coz, de la comunidad huarpe Hijos del Sol, también de Uspallata, manifestó que “están trabajando incansablemente de todo el pueblo uspallatino y de todo Mendoza porque la minera significa muerte para todos. Hay muchos pueblos que ya tienen cáncer, están con muchísimos problemas de salud porque ponen en primacía el individualismo, no lo colectivo como los pueblos originarios”. En las últimas horas se conoció que comunidades huarpes, collas y mapuches de Mendoza, así como aquellas que integran la Organización de Naciones y Pueblos Indígenas de Argentina, se pronunciaron a favor de la Iniciativa Popular para crear el Área Natural Protegida Uspallata-Polvaredas, como alternativa a Minera San Jorge. Además las Asambleas Mendocinas por el Agua Pura le enviaron un comunicado público a las Unión de Asambleas de Comunidades (UAC) solicitando su apoyo a la iniciativa.
En el extremo noreste provincial, donde desemboca el rio
Mendoza, en el departamento de Lavalle, la Asamblea por el Agua Pura de
Guanacache también se expresó contra el proyecto minero. Paula, en
representación de la asamblea, manifestó que “como lavallinos sabemos lo que es
el agua, sabemos lo que es perder el río Mendoza y necesitamos agua, sin agua
no hay vida. Nosotros ocupamos el agua para la agricultura, consumimos agua con
muy mala calidad, con mucho arsénico. Hoy en día, por ejemplo, Jocolí no tiene
agua. Entonces, que le regalen el agua a la megaminería la verdad nos parece
terrible”. Su compañero de militancia, Juan también se refirió al uso del agua en la zona: "La mayor parte la utilizamos en la producción hortícola, frutícola. Tenemos uva, quintas de frutales, y el mayor
trabajo es en base a la agricultura”.
La depredación, y su consecuente degradación, del medio
ambiente, junto a la guerra de carácter mundial en el este europeo y en medio
oriente, caracterizan esta etapa del capitalismo contemporáneo, profundizando
rasgos de barbarie que se encuentran en su ADN. En este marco general, la
democracia burguesa atraviesa una crisis indeclinable a nivel mundial y hace
parir del fracaso de sus entrañas corrientes fascistoides cuyos propósitos
aceleran esta catástrofe, que se presenta como irreversible, a condición de que
no haya una intervención histórica de las masas en defensa propia, con los
trabajadores a la cabeza. Ahí están los incendios monumentales en potencias
como Estados Unidos o en economías dependientes y atrasadas como la argentina.
Los desastres provocados por la megaminería forman parte de este combo reaccionario, el
pueblo mendocino lo sabe y por eso ha vuelto a las calles nuevamente en
defensa del agua.
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