Recorremos el reciente disco editado por la banda de
Seattle. Una campaña de difusión novedosa, el homenaje a Chris Cornell, su
militancia contra Trump y en defensa del medio ambiente y el giro hacia un
sonido setentoso.
Ilustración Gastón Spur |
Por Gastón Spur
La última banda emblemática del grunge presenta un nuevo
álbum llamado Gigaton a través de una ingeniosa campaña publicitaria que
utiliza redes sociales, y lanza novedosas aplicaciones para interactuar con su
público. Su eje conceptual central es el cambio climático, la crítica política
Donald Trump y un recuerdo al cantante Chris Cornell. Luego de un largo impasse
de siete años los músicos de Pearl Jam (Eddie Vedder, Stone Gossard, Mike Mc
Cready y Matt Cameron) salen nuevamente al ruedo.
Un Gigaton equivale a un millón de toneladas, es una unidad
de medidas con la cual se miden las emisiones humanas de dióxido de carbono que
genera el efecto invernadero causante del derretimiento de grandes masas de
hielo en los polos. Esta forma de contaminación ha cambiado el clima y son la
causa de las cascadas que caen desde un glaciar noruego, cuya imagen del
fotógrafo y biólogo Paul Nicklen es usada como portada para del álbum. Una
imagen que a primera vista nos evoca a las portadas de paisajes psicodélicos de
los años ‘70 y que al tener la información de cuál es el origen de esta postal
su sentido cambia totalmente y ya no es una imagen ingenua o decorativa sino
que pasa a ser la denuncia de esta catástrofe.
Campaña de difusión
El 19 de enero la banda lanzó una ingeniosa campaña de
promoción en la que anticipó la portada del álbum con grandes afiches
callejeros. Bajando una app los transeúntes podían ver una animación de las
cascadas en sus teléfonos celulares.
A partir del 22 de enero lanzó tres videos de la misma
canción: Dance of the clairvoyants. El subtitulo Mach hace referencia a una
unidad de medición de la velocidad y la barrera del sonido de uso cotidiano en
la aviación. Mach I, el primero de la
serie, arranca con un bastidor de un cuadro donde la naturaleza y sus elementos
son los protagonistas con impactantes imágenes documentales de montañas,
desiertos, océanos, bosques, abejas, flores, cielos estrellados, auroras
boreales, grandes nubes arremolinadas, rayos, truenos y lluvia, lava, aves y
termina con impactantes incendios en las laderas de unas montañas. Mach II
comienza con el primer plano de un ojo humano y nuevamente esta secuencia de
imágenes documentales que nos muestran la inmensidad de la naturaleza y, cada
tanto, imágenes de planos de detalles de la banda tocando casi sin mostrar los
rostros de los músicos. En Mach III, la última pieza del tríptico donde vemos a
Eddie Vedder que es el autor de este cuadro, los protagonistas son los músicos
y las imágenes documentales de la naturaleza son un telón de fondo imponente y
aplastante.
Continuando con su campaña, el 12 de febrero lanza una nueva
aplicación para celulares desde su página oficial, en la que nos permitía
escuchar el nuevo corte de difusión Superblood wolfmoon si capturábamos una imagen de la luna llena de esa semana. Días
después salió un video del mismo tema, una animación muy primitiva con
caricaturas de la banda hechas con un lápiz común conocida también como Tini
concert animated video.
Para terminar con su lanzamiento, el 27 de marzo el álbum
desembarca en todas las plataformas digitales de difusión y en su canal de
YouTube. Todos los temas de la placa salieron acompañados por su video, en los
que vamos recorriendo una serie de paisajes en el mundo que se han visto
modificados y afectados por la contaminación siguiendo la estructura visual y
conceptual de su primer corte Dance of clairvoyants (Mach I). Destacamos el
video Who ever said dentro del conjunto porque se centra en los paisajes
patagónicos del Chaltén (también conocido como Monte Fitz Roy) y sus cerros
aledaños, donde año a año los glaciares de sus cumbres van desapareciendo.
Homenaje a Chris Cornell
El disco cierra con River cross, canción que la banda
presentó en 2017, dos meses después de la muerte de Chris Cornell, al cual su
público la bautizó no oficialmente "Share the light". En esta primera
presentación la canción fue ejecutada por Vedder tocando un órgano en completa
soledad. La canción, despojada de guitarras eléctricas, es acompañada con
arreglos de cuerdas y una batería que marca el pulso y agrega épica en sus
momentos más rockeros a una melodía que es una plegaria con algo de mantra
chamánico y de canto litúrgico cercano al góspel.
El disco
En esta ocasión la banda de Seattle trabajó con Josh Evans
en la producción, logrando un sonido más limpio y por momentos más
experimental. En muchas canciones los pianos y sintetizadores dominan la
melodía, en otras son las guitarras, a veces guitarras eléctricas bien punk y
otras veces violas acústicas en modo folk rock, a veces con unos riffs y
melodías muy pegadizas y otras con acordes disonantes que apenas acompañan a
los teclados. Vedder también explora desde lo vocal, experimentando con climas
muy logrados en cada canción, dándole otra dimensión y profundidad a las letras,
enfatizando lo apocalíptico y dramático con su interpretación.
Las letras de las canciones retoman el espíritu de la
literatura beatnik, su lado experimental, su inconformismo y su lucidez para
criticar al capitalismo y a la vez expresar su profundo amor a la naturaleza y
a la vida vivida en plena libertad. A través de una serie de relatos de ciencia
ficción apocalíptica nos invitan a pensar el futuro como algo no tan lejano y
con urgencia y seriedad. No solamente centra su crítica a los efectos de la
contaminación bajo el capitalismo, también hay lugar para la denuncia política
con alguna puteada a Trump y su militarismo imperialista en países de medio
oriente como en Quick escape. El tono general del conjunto es oscuro y
desolador por momentos, en otros más melancólico recordando a los jefes indios
sioux Toro Sentado y Caballo Loco como ejemplos de resistencia y sabiduría
ancestral.
El resultado es un sonido ecléctico pero muy sólido el
conjunto resultante, sonido de una banda con la suficiente experiencia y oficio
como para experimentar lejos de la comodidad y la actitud conformista dando
como resultado uno de los mejores discos del año. En días donde todo el globo
está en vilo por la cuarentena del coronavirus pudimos acceder a través
distintas plataformas digitales a la nueva obra de Pearl Jam, en ésta coyuntura
la obra se hace más grande y toma otra dimensión.
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