Se manifiestan contra el lockout patronal, el intento unilateral de las empresas de modificar el convenio colectivo de trabajo y la pretensión de reducir un 30% el salario. Exigen volver inmediatamente a trabajar, tras un parate de 9 meses sin cobrar un peso. No descartan cortar la ruta.
Por Iván Marín
Comandados por el SOMU (Sindicato de Obreros Marítimos
Unidos, pasadas las 11 de la mañana cientos de marineros comenzaron un corte en
Ruta Nacional N°3, en el Acceso Norte a Puerto Madryn. Por el momento, el corte
es total e intermitente: cada 30 minutos dejan pasar vehículos. La decisión se
tomó tras el fracaso de las reuniones del martes y miércoles últimos en Buenos Aires
entre las cámaras empresariales pesqueras, los sindicatos, el Gobierno nacional
y los gobernadores Ignacio Torres (Chubut) y Claudio Vidal (Santa Cuz),
respectivamente. Allí los empresarios exigieron no solo el alivio en las cargas
patronales (transformarlas en no remunerativas), sino también llevar el valor dólar
de referencia de $1200 a $850, lo que redundaría en una reducción salarial
sobre el ítem producción de alrededor del 30%.
Si bien hace 9 meses que la inmensa mayoría de los marineros
no percibe un peso, el conflicto comenzó hace aproximadamente 3 meses, cuando
las patronales en declaraciones a la prensa adelantaron la pretensión de
modificar el convenio colectivo de trabajo. Uno de los principales objetivos
anunciados en esta contrarreforma laboral, es la intención de reducir un 30% el
salario percibido por el ítem producción, que representa más del 80% del sueldo
del marinero en los apenas 4 meses que dura la temporada de nación. Hay que
recordar que en los 8 meses restantes no solo no cobran un peso sino que además
tampoco cuentan con obra social.
La situación de las familias de los marineros es apremiante: hay atrasos generalizados en el pago de alquileres y todo tipo de servicios. Las deudas crecen a pasos acelerados y con ello la desesperación para llevar un plato de comida a la casa. La crisis ya afecta a todo el circuito económico de Puerto Madryn y de otras localidades portuarias, como Puerto Deseado en Santa Cruz. Hasta el momento todos los gobiernos vienen jugando a favor de las empresas. Crece el malestar y el conflicto amenaza con pegar un salto.
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