Asistimos a un nuevo macaneo de la LILA que, bajo el ropaje asambleario, intenta encubrir su participación activa en las políticas de ajuste del gobierno provincial y nacional: entre otras cosas, en el marco de una nueva escalada del dólar, ahora reclaman un salario 100 mil pesos inferior a la canasta familiar, rompiendo con el mandato que miles de docentes hicimos el año pasado.
Por Iván Marín
La conducción de la Regional Este de la ATECh (Asociación de
Trabajadores de la Educación del Chubut) emitió hoy un comunicado informando la
realización de un Plenario Provincial de Delegados y llamando a que las
escuelas envíen sus respectivos mandatos: “El próximo 10 de mayo se realizará
un Plenario Provincial de Delegades, a los efectos de realizar el Plan de Lucha
que buscará lograr los objetivos planteados en el Pliego de Reclamos aprobado
por el Congreso Extraordinario del día 30 de marzo de este año (se adjunta
resolución)”. Como se observa, no estamos ante un cónclave que vaya a decidir
nada, sino que será simplemente el furgón de cola de una reunión marginal que
se dio entre 4 paredes hace casi un mes: el Congreso Extraordinario. Decimos
marginal porque, en realidad, el susodicho Congreso se hizo de espalda a las
bases, ya que contó con una participación ínfima de los afiliados. Por ejemplo,
en la Regional Este solo 5 delegados enviaron mandatos, de un total de entre 60
y 70 delegados. La foto que acompaña a este artículo no deja mentir: allí,
además de un puñado de delegados, hay congresales y miembros de la comisión
directiva del sindicato. En su inmensa mayoría, sus protagonistas están ligados
a la LILA.
Hace una semana el cargo testigo docente (mínimo $130.000, recurriendo al fondo compensatorio de Nación)
con el dólar a 400 pesos equivalía a 325 U$s, hoy con el dólar a 470 equivale a
276U$S. Nos robaron alrededor de 15% de nuestro salario en un puñado de días.
Mientras esto ocurre, la conducción de la ATECH en vez de exigir un salario
acorde a la canasta familiar (como votamos miles de docentes el año pasado) más
cláusula gatillo, en un Congreso vaciado sin participación de las bases, un grupito de congresales y delegados decidieron unilateralmente romper con lo
acordado el año pasado y exigir solo $200.000 de salario, un tercio menos
de lo que vale la canasta familiar, hoy en alrededor de los 300 mil pesos. ¡Es
vergonzoso lo que hicieron! ¡Merece un repudio generalizado de toda la base
docente, activos y pasivos!
Un Congreso de espalda a las bases |
Hay que recordar que unos días antes del Congreso, Raquel Caprano, miembro de la conducción regional del sindicato, participó en una asamblea autoconvocada de docentes activos y pasivos de Trelew remarcando que ellos luchaban por un salario acorde a la canasta familiar porque había sido votado por las bases y no romperían el mandato.
De lo comunicado por la Junta Directiva de la ATECh, se
desconoce si en el Congreso en cuestión hubo discrepancias en cuanto a lo
acordado, es decir, si otras mociones quedaron en el camino o si se
registraron votos en contra. La LILA evita por todos los medios informar el
nivel de participación en las reuniones de delegados en las dos regionales que
conduce: Este y Sur. No puede sorprender, entonces, que haga lo propio con el
Congreso. Estamos ante una práctica antidemocrática: todos los afiliados y
docentes en su conjunto deben tener derecho a informarse de los pormenores
de estas reuniones. Por su parte, quienes participaron de este Congreso en
discrepancia con la línea oficial debieran hacer públicos sus posicionamientos.
El silencio es funcional a las maniobras de ocultamiento.
De fondo lo que tenemos es un nuevo intento de la LILA por
dilatar la construcción de un plan de lucha, bajo el argumento de una supuesta
pasividad de las bases. Pero ninguna pasividad es natural sino que es
construida y producto de la propia dinámica social. Desde que asumió la LILA en
diciembre de 2021, la adhesión a los paros a nivel general siguió siendo masiva
e, incluso, a comienzos del año pasado se expresó en movilizaciones
relativamente concurridas. La estrategia de LILA de hacer votar una y otra vez
los mismos mandatos -sumado a un desgaste producto de más de 4 años de lucha,
la pandemia y el rol de la CELESTE al frente de la conducción- tuvo como
consecuencia esta relativa pasividad. Decimos relativa porque, como se señaló
más arriba, la adhesión a los paros sigue siendo mayoritaria aunque no se
exprese luego en movilizaciones. Hay que decirlo con todas las letras: esto
implica un grave problema de conducción: las bases paran pero no se sienten
representadas por sus supuestos dirigentes.
No estamos ante una conducción sindical cómplice del ajuste
de Arcioni y los Fernández y Massa a nivel nacional. La complicidad implica
cierto grado de exterioridad. Más allá de la pirotecnia verbal, la LILA
objetivamente es una pata necesaria de la avanzada contra los salarios y los
derechos de la docencia activa y pasiva.
A más de 48 horas de la condena a Estela Juárez,
exsecretaria General de la Regional Suroeste, por volantear en la ruta en 2019,
la conducción LILA aun no anunció ningún tipo de medida de fuerza, pese a que
antes de la condena se realizaron dos paros por el tema. La gravedad del asunto
precisa de respuestas inmediatas. Juárez, a su vez, pertenece al mismo espacio
político que la conducción. Por otra parte, hoy se conoció la decisión del juez
Gustavo Lleral -el mismo del caso Maldonado- de procesar a 16 vecinos por
cortar ruta en 2021 en defensa del agua.
Es obvio que la LILA pretende mover el avispero la semana
anterior al Plenario Provincial de Delegados para encorsetar el descontento en
las bases. Llama a realizar asambleas escolares unificadas pero no aclara si
serán resolutivas. Por definición toda asamblea es resolutiva pero con la LILA
si dicha palabrita –“resolutiva”- no aparece, nos encontramos ante una mera
reunión informativa para hacer catarsis.
La situación precisa de una intervención masiva e
independiente de las bases, único camino para lograr nuestros objetivos: la
defensa del salario y la educación pública. Para ello necesitamos
autoconvocarnos como primer paso para REORGANIZAR a todo el activismo y con
ello construir un verdadero plan de lucha, una huelga general docente que
empalme con el resto de los estatales en particular y de los trabajadores en
general, ocupados y desocupados, activos y pasivos.
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