La retirada del piquete en Trelew merece un balance político y la resistencia contra la megaminería una orientación para triunfar. Asamblea multitudinaria votó movilización provincial a Casa de Gobierno. Desde el piquete de Ruta 40 llaman a que los acompañen con acciones de lucha en todas las localidades.
Foto de Aníbal Aguaisol |
Por Iván Marín
Miles de personas marcharon el domingo por la tarde noche en
Trelew, Puerto Madryn, Comodoro Rivadavia, Esquel y otras localidades en
repudio al desalojo del piquete en el Acceso Norte de Ruta 3 de la ciudad
valletana ocurrido durante la madrugada y la detención de tres manifestantes.
Las masivas movilizaciones expresan no solo el apoyo concreto a la Iniciativa
Popular (IP) contra la megaminería y el rechazo a la zonificación minera, sino
que además comprueban por enésima vez que el pueblo chubutense responde en las
calles a las políticas antipopulares de los gobiernos, tanto municipales,
provincial y nacional. Así viene ocurriendo hace más de 3 años y esta vez no
fue la excepción. En Esquel y Trevelin las municipalidades continúan tomadas y
en Ruta 40 a la altura de Las Golondrinas se mantiene el piquete, en el que
además del reclamo contra la megaminería, se exigen respuestas a los vecinos
afectados por los incendios del 9 de marzo último. Si a esto se le suma que
no se pagan los sueldos en tiempo y forma, no hay paritarias desde 2019 y el
desfinanciamiento en los servicios esenciales del Estado, el resultado es una
situación explosiva.
El jueves de la semana pasada, sesión virtual mediante, la
Legislatura aprobó el rechazo a la Iniciativa Popular contra la megaminería por
13 votos contra 12 con 2 abstenciones de diputados radicales. El día anterior
la comisión de Desarrollo Económico y Recursos Naturales había aprobado el
dictamen en rechazo sin ningún tipo de debate. La decisión obedeció a cálculos
electorales, tratar de que los costos políticos se dieran lo más alejados de la
elección de medio término de este año. La ajustada votación no debe prestarse a
confusión. Es el conjunto del régimen político chubutense el que pretende
avanzar con la megaminería en la provincia: Frente de Todos (el oficialismo
de Chubut al Frente y el PJ-kirchnerismo), la UCR, el PRO, la burocracia
sindical y las grandes patronales. No hay grietas, solo cálculos electorales.
Estamos ante la presencia de un pacto “Ni-Ni”, una
defensa de la gobernabilidad y la minería. De un lado, un sector del
PJ-kirchnerismo se “opone” demagógicamente a la zonificación, sin movilizar;
del otro, el gobernador Mariano Arcioni ha logrado imponer -por ahora- en
Legislatura el rechazo a la IP y dejar la puerta abierta para avanzar luego de las
elecciones. El telón de fondo de este impasse es el proceso de
movilizaciones populares que se vive en la provincia desde hace más de tres
años contra las políticas de ajuste y la megaminería, y el peso de una colosal
deuda en dólares con acreedores internacionales. Los tres intentos de
avanzar con la megaminería entre fines del año pasado y el comienzo del que
transcurre se toparon con un contundente rechazo popular en las calles. Las
CTA-Autónoma y CTA de los Trabajadores realizaron paros para la ocasión pero no
llamaron a movilizar, temerosas de que sus bases exijan incorporar la cuestión
salarial al reclamo.
Massoni, el desalojo de los piquetes y el macaneo del
progresismo chubutense
Desde el Partido Obrero Tendencia (POT) en Trelew venimos
insistiendo en la necesidad de la articulación de las luchas contra el ajuste y
la megaminería, que son las respuestas en las calles a los intentos del
gobierno provincial y nacional de una reorganización social en Chubut en favor
de los grandes capitalistas. El personal político patronal no logra imponer
esta orientación por el rechazo de los trabajadores y el pueblo, lo que ha
puesto al borde del abismo a la “gobernabilidad” en varias oportunidades en
estos años, solo salvada por el PJ-kirchnerismo y la burocracia sindical.
Lamentablemente un sector de la Unión de Asambleas de
Comunidades (UAC) que responde políticamente al Partido Municipal por Trelew,
en vez de desarrollar asambleas populares para que sea el conjunto del pueblo
el que decida cómo encarar la lucha, impuso como orientación las asambleas
intersectoriales, que se terminó convirtiendo en lo concreto en un espacio de
aparatos hegemonizado por el progresismo local de vínculos estrechos con el
kirchnerismo, tanto en lo político como en lo sindical. Estos sectores llegaban
a las asambleas con las decisiones ya tomadas de antemano y lograron
relativamente contener y desviar un proceso deliberativo en el conjunto de la
población. La mayoría de estos aparatos se borraron olímpicamente del corte
de Ruta 3 en el Acceso Norte a Trelew de los últimos días.
La decisión del corte de Ruta 3 fue tomada luego de la
votación afuera de Legislatura por algunas decenas de personas, un número
estrechísimo para la capacidad de movilización de una causa muy sentida por el
pueblo. En realidad, la decisión ya había sido tomada por la UAC provincial y
la asamblea intersectorial en el verano en los distintos intentos de avanzar
con la zonificación pero nunca fue suficientemente discutida en las grandes
movilizaciones. No estamos ante una discusión “instrumental” (piquete sí,
piquete no), sino ante una orientación política: la batuta de la lucha en manos
de los aparatos, -la mayoría de ellos cercanos al kirchnerismo-, o en manos de
la población movilizada. En varias oportunidades en estos meses la UAC en
Trelew no respetó decisiones tomadas en asambleas populares que apuntaron a
impulsar movilizaciones masivas. Desde el Partido Obrero Tendencia ese
jueves, como las veces anteriores, planteamos que los cortes de rutas debían
estar precedidos de una gran movilización provincial a Casa de Gobierno. Desde
el primer día en la ruta advertimos en cada una de las varias asambleas que se
desarrollaron que corríamos el riesgo de quedar aislados del resto de la
comunidad si no convocábamos a movilizaciones donde miles de personas expresen
su apoyo a la IP. El viernes se votó proponer al resto de las asambleas
movilizaciones en todas las localidades para el domingo y una movilización
provincial a Casa de Gobierno el miércoles, pero los miembros de la UAC nunca
elevaron la propuesta al resto de las regionales. La primera movilización
masiva recién se desarrolló el domingo por la noche, es decir 3 días después de
la votación en Legislatura y del inicio del piquete.
El corte de Ruta 3 si bien contó con la simpatía del pueblo
de Trelew y alrededores, como así también de la inmensa mayoría de los
camioneros varados, quedó relativamente aislado de la comunidad, en buena
medida, producto del boicot de los aparatos políticos y sindicales
hegemonizados por el ´progresismo´ y el kirchnerismo. Se sostuvo por la
abnegación del activismo que resistió varios intentos de grupos pequeños de
camioneros que amenazaron con desalojar la ruta. Bajo la presión de
Gendarmería, se implementó un corte intermitente para descomprimir, en una
tentativa de ganar tiempo para sostener el piquete.
El desalojo del corte de ruta 3 fue un triunfo político del
gobierno provincial, con el ministro Federico Massoni a la cabeza, que logró
desactivar un piquete sin la menor resistencia de los manifestantes, muchos de
los cuales consideran que se podría haber actuado de otra forma. Más allá de si
se pudiera haber hecho algo más o no, lo cierto es que la retirada no estuvo a
la altura de la gesta. El progresismo local salió a repudiar el desalojo por
“ilegal” pero hizo poco para evitarlo. Eduardo Hualpa, principal referente
del Partido Municipal por Trelew y funcionario nacional (Coordinador de la
Patagonia del Centro de Acceso a la Justicia), se hizo presente el primer día
del corte a proponerse como intermediario ante el gobierno provincial, pero no
se acercó al desalojo aduciendo que estuvo con el teléfono apagado pese a que
esa noche trascendió en todos los medios de comunicación de la zona la orden
emanada por el juez Gustavo Lleral, el mismo que tomó la causa por la
desaparición forzada seguida de muerte de Santiago Maldonado para deslindar de
responsabilidad al gobierno de Mauricio Macri. El que sí se hizo presente en el
desalojo, temeroso de que pudiera pasar a mayores, es el intendente de Trelew
Adrián Maderna, opositor político al espacio de Massoni. No se intentó
aprovechar esa contradicción para comprometer a Maderna y evitar el desalojo, o
al menos una retirada sin detenidos.
La oposición del progresismo chubutense a Massoni -y con
ello a Arcioni- es meramente electoral. Trascendió que el ministro de Seguridad
podría ser candidato a senador. Como se dijo más arriba, la continuidad de
Arcioni en el poder se explica principalmente por la “gobernabilidad” brindada
por el PJ-kirchnerismo y la burocracia sindical en momentos de alta
conflictividad social. Al facho de Massoni se lo combate con organización y
movilización en las calles, no en las urnas de este podrido régimen político
prominero.
Una orientación para triunfar
Las movilizaciones del domingo por la tarde demostraron
que este punto anotado por el gobierno está lejos de revertir una correlación
de fuerzas a favor del movimiento No a la Mina que lleva casi dos décadas.
En Trelew marcharon miles de personas y se votó una movilización provincial a
Casa de Gobierno para esta semana y volver a los cortes de ruta, siempre y
cuando así lo decida la asamblea popular que se desarrolle en esa jornada. Para
que la acción sea contundente debe estar bien preparada los días previos y las
conducciones sindicales solventar los gastos económicos que implican grandes
traslados en un territorio tan vasto como el chubutense. Miles de personas
afuera de Casa de Gobierno manifestándose contra la megaminería pueden cambiar
el escenario político en el corto plazo. En Puerto Madryn continuaron las
movilizaciones y en una de ellas los manifestantes fueron agredidos por el
vicegobernador Ricardo Sastre. En Rawson anoche los ambientalistas le exigieron
al intendente Damián Biss (UCR) que presente una nota de retiro de la
zonificación minera y correcto tratamiento de la Iniciativa Popular. Desde el
piquete en Ruta 40 se llama al resto de la provincia a realizar acciones
contundentes. La situación amerita apostar a la masividad en las calles. Ante
la pasividad de las conducciones sindicales, deben volver las autoconvocatorias
en los lugares de trabajo y el llamamiento a asambleas populares que discutan
un plan de lucha contundente contra la megaminería, que sea el puntapié para el
resto de las demandas, en especial la defensa del salario. No dejemos que un
gobierno débil como el de Arcioni se envalentone contra el pueblo, debemos ser
miles en las calles los próximos días. ¡FUERA ARCIONI, SASTRE Y LA CORRUPTA
LEGISLATURA DEL CHUBUT! ¡POR LA HUELGA GENERAL EN DEFENSA DE LOS SALARIOS Y EL
MEDIOAMBIENTE! ¡POR UN CHUBUTAZO CONTRA LA MEGAMINERÍA Y EL AJUSTE!