El fallecimiento del referente del Partido Socialista Auténtico producto del Covid-19 generó un fuerte pesar en el activismo del campo popular y del kirchnerismo de Trelew y alrededores. Ensayamos algunas conclusiones estratégicas acerca de sus últimas intervenciones políticas.
Por Iván Marín
“(…) lo que decide para nosotros no son los móviles
subjetivos, sino la adecuación objetiva”.
León Trotsky, Su moral y la nuestra
Cuando en horas del lunes se difundió la noticia de la
muerte de Anselmo Montes, histórico dirigente del Partido Socialista Auténtico
(PSA), fueron inmediatas las expresiones de dolor y congoja en redes sociales
de quienes lo conocieron personalmente. En general se le reconocía ser un tipo
bonachón y de convicciones fuertes, en especial varios lo despidieron como un
socialista consecuente y algunos como un revolucionario. Desde este espacio
también lamentamos su fallecimiento, lo reconocemos como un militante histórico
del campo popular en Trelew y el Valle aunque su militancia en los hechos no
tuvo un norte estratégico socialista y revolucionario. Veamos.
Cuando el exgobernador Mario das Neves decidió romper con el
Frente para la Victoria (FPV) e intentar ir por la presidencia de la Nación, en
el plano provincial la fórmula que eligió (Martín Buzzi-Gustavo Mac Karthy) se
presentó bajo el rótulo del Partido Justicialista Modelo Chubut en 2011. Los
meses previos a los comicios fueron fundamentales para que el FPV pudiera
acordar con alguna fuerza política con personería para presentarse. Las
negociaciones más importantes estuvieron a cargo de Norberto Yauhar, Carlos
Eliceche, Javier Touriñán por el lado de los peronistas sin partido, y de
Anselmo Montes por el PSA. El acuerdo se concretó: Montes puso la personería a
cambio de un puesto expectable en la lista de diputados provinciales. En esa
categoría triunfaron e ingresaron los 16, y para el caso de la gobernación se
produjo un bochorno del que habló el país por meses. La fórmula del Modelo
Chubut se quedó con la victoria por pocos votos pero inmediatamente se pasaron
al bando del FPV.
Otro actor que tuvo un rol importante para “seducir” a
Montes fue Néstor Kirchner. “Hombre comprometido con su época, Mito, como lo
llamaba su amigo de la infancia Néstor Kirchner, demostró con su conducta de
qué lado había que pararse”, describe un comunicado del PSA en memoria de
Montes. El comunicado como la trayectoria de los últimos años no dejan lugar a
dudas: tanto el PSA como Montes se reconocen como kirchneristas y desde ahí
intervenían. El PSA, además, supo tener un trabajo sindical relativamente
importante en los años 80 y 90, y de menor peso en los últimos años. En todos
los casos en acuerdos con distintas ramas de la burocracia sindical. Es decir,
nunca levantaron una perspectiva de independencia de clase ni apostaron a nada
parecido. El propio Montes se refería a políticos patronales como Kirchner,
Yauhar, Eliceche, Mac Karthy, por citar algunos, como “compañeros”.
En este marco llama la atención algunos recordatorios en
redes sociales y medios de comunicación planteando especies de balances
confusos sobre la trayectoria de Montes. Un ejemplo de ello es el posteo de la
Unión de Asamblea de Comunidades de Trelew donde se esgrime: “El 25 de
noviembre de 2014, se trataba el proyecto presentado por la iniciativa popular
y Anselmo Montes acompañó al pueblo, no lo traicionó. ¡No lo vamos a olvidar!”.
Esta afirmación oculta deliberadamente que para que los diputados del FPV
pudieran bastardear la iniciativa popular y el legislador Gustavo Muñiz hacer
de las suyas, tuvieron que acordar e ir en la boleta habilitada por el PSA.
Tanto el PSA como Montes nunca tuvieron como estrategia
política la organización independiente de las masas laboriosas, sino su “reemplazo”
por la rosca parlamentaria y sindical con los partidos patronales. Soslayar esas
prácticas en pos de reivindicaciones acríticas solo conduce a embellecer
orientaciones políticas que llevan a la confusión del movimiento popular, más
aun en una provincia que se encuentra movilizada hace 3 años. Por caso, el año
pasado el PSA declinó su candidatura a la gobernación para apoyar la de Carlos
Linares, quien en las últimas semanas se paseó por varios medios de
comunicación planteándole a Mariano Arcioni un acuerdo político para salir de
la crisis en el que los trabajadores deberían aceptar la pérdida de derechos
adquiridos, como la paritaria 2019. Sí, la salida de Linares no solo es que los
trabajadores no tengan paritarias este año sino que declinen de las del año
pasado. Desde ya, también se manifestó a favor de la megaminería.
Los trabajadores y sectores populares de Chubut nos debemos
un debate profundo para organizarnos de forma independiente de todos los
sectores patronales. Trayectorias como las del PSA y del propio Montes no dejan
ninguna duda al respecto de la impotencia de la rosca con el régimen como
estrategia política. Un recordatorio sobre el fallecimiento de Montes debe
contribuir a este debate. Vaya un saludo para sus familiares y compañeros de militancia
en el PSA.
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