El histórico referente del Partido Obrero analizó el
discursó emitido en la noche del jueves por Alberto Fernández, las
disposiciones del decreto sancionado ayer y el escenario nacional e
internacional en el que se desarrolla la pandemia del coronavirus.
Ilustración: Gastón Spur |
Por Iván Marín
“Ellos estiman que pueden contener la expansión de este
virus por medio de un aislamiento de la población. Lo han establecido por
apenas 10 días, cuando entiendo que todos los científicos suponen que esto se
va a extender mucho más en el tiempo”, comienza su respuesta Jorge Altamira,
dirigente de la Tendencia del Partido Obrero (PO) expulsada de esa fuerza a
mediados del año pasado, ante la consulta respecto al decreto de aislamiento
social, preventivo y obligatorio comunicado en la noche del jueves por el
presidente Alberto Fernández para combatir la pandemia de coronavirus que
aqueja al planeta en su conjunto.
El dirigente prosiguió: “De todos modos, creo que ha sido
una improvisación porque querían aprovechar una cantidad de días feriados que
se presentaban todos juntos, además le agregaron el 2 de abril al 31 de marzo,
es decir que tenemos casi como 10 días largos de inactividad, salvo una u otra
cosa, y después volver a examinar la situación. Entonces, me parece en general
una cosa improvisada por la presión de las circunstancias y la ausencia de una
caracterización clara y un plan de conjunto”.
La entrevista completa con Altamira, de más de 40 minutos,
realizada ayer por Prosa Urgente la compartimos en el siguiente link de
YouTube, no sin antes adelantar por escrito algunas de sus principales
afirmaciones.
“El otro aspecto que importa también es que no atiende lo
que en todo el mundo parece ser un eje crucial del combate a esta epidemia, que
es el servicio público de salud, o el servicio de salud en general. No hay
previsto nada. Hay indicaciones, recomendaciones, pero no hay ningún plan
definido que apunte, por ejemplo a duplicar o triplicar el personal médico y no
médico. Algo que sería muy necesario porque además debiera reducirse el tiempo
de atención diaria entiendo que a 4 horas por día. De manera que se
necesitarían 4 turnos de actividad en el día y no hay nada al respecto. Con 4
turnos se aminora, se atenúa, bastante la posibilidad de que el propio personal
de salud sea alcanzado, más allá de todo lo que se proteja, con la infección.
En algunos países de Europa hay un número importante de médicos y no médicos
que no solo se han contagiado sino que han fallecido”, continuó el entrevistado.
Luego de hacer referencia a que tampoco está previsto “un
incremento de los recursos de terapia intensiva, al menos no en una proporción
importante”, también advirtió sobre el impacto de la pandemia y de la
cuarentena en los trabajadores en negro, e incluso los despidos y suspensiones
que ya se están llevando adelante en distintas ramas del ámbito laboral.
“No fue una conferencia de prensa ni dio detalles, toca nada
más que los problemas médicos y de aislamiento social. En ningún momento se
refiere a los problemas económicos”, indicó Altamira respecto a la comunicación
de Fernández en la noche del jueves. E insistió sobre el particular en que “no
se refiere a los problemas económicos porque empezar a hablar de los temas
económicos le descubriría a la población que hay un despilfarro de recursos
brutal en asistencia a los tenedores de deuda”. Completó afirmando que: “Lo
señalo porque esconde que recursos fundamentales que deben ser aplicados a la
salud no se aplican a la salud porque se aplican a la cuestión de la deuda.
Esto es absolutamente decisivo”.
Altamira le dedica un buen tramo de su análisis al impacto
de la pandemia en el escenario internacional y los límites políticos con los
que las grandes potencias abordan la situación. Llega a trazar una interesante
lectura respecto a la relación entre la restauración capitalista en China y las
proliferaciones de epidemias en el país asiático. También se detiene en las
asistencias selectivas del FMI (Fondo Monetario Internacional) a los distintos
países del mundo, y en su negativa a aceptar el pedido de un préstamo por parte
del gobierno de Venezuela.
Volviendo al plano nacional, recalcó que “acá hay una
especie de acuerdo entre el gobierno y la oposición en la que se cuidan las
espaldas recíprocamente pero no hay ningún tipo de medida decisiva. Porque la
pura cuarentena no sirve de nada si al mismo tiempo no se complementa con
medidas de tipo decisivas en el terreno de la salud, del sustento de las
familias trabajadoras, etcétera”.
Y relacionó esa caracterización con la deuda externa del
país y las negociaciones en curso con los acreedores internacionales. “El
gobierno está manejando esta crisis con un ojo puesto en intereses que van más
allá de la propia crisis”, esgrimió. Allí
hizo referencia a la razón por lo cual se muestran unidos públicamente gobierno y
oposición: “Podría recibir alguna consideración en la negociación de la deuda
externa. Y si no es así que todo el arco político lo respalde en caso de que
decida el default”. De todas formas, adelantó que “si hay una crisis de deuda,
este frente ficticio que aparece en conferencia de prensa estalla”.
El referente de la Tendencia del PO fue más allá, y afirmó
que el “gobierno (de Argentina) es más consciente que otros gobiernos –por su
defecto de nacimiento- que su propio destino está en juego”. “Cuando digo el defecto de origen de los
Fernández es que es una amalgama oportunista para salir de alguna manera a
enfrentar a Macri que se venía abajo. Es decir, aprovechando oportunistamente
una crisis de poder”, continuó y ejemplificó con un diálogo ficticio entre los
protagonistas (los Fernández): “Armemos algo que sea diferente a Macri para que
el derrumbe de Macri no sea un estallido político general.” De ahí que Altamira
concluya que el gobierno “asumió en condiciones de debilidad enormes”.
En los últimos días se ha dado un debate importante en redes
sociales y medios de comunicación, sobre todo impulsado por organizaciones de
izquierda y derechos humanos, respecto a la tónica represiva de las
disposiciones del gobierno para garantizar la cuarentena. “El problema no es
que procuren mezclar medidas de salud con la intención de evitar que la clase
obrera se agrupe porque lo que importa es la capacidad que tengan para hacerlo.
Porque la gente ahora ya no está peleando un salario, una hora extra, una
deuda; ahora está peleando su vida. Nosotros nunca vimos eso, cómo es la
respuesta de la clase obrera a los problemas que plantean la vida”, reflexionó.
Desde ya, no se dejó pasar la oportunidad para consultarle
cómo debe intervenir la izquierda en todo este escenario harto complejo: “Nosotros
tenemos que evitar cualquier identificación de la izquierda con el gobierno y
con los partidos patronales. En cambio, he visto que el Frente de Izquierda
protestó porque no se le dio acceso a la conferencia de prensa de Massa
(Sergio)”. Respecto al juego parlamentario del Frente de Izquierda criticó que
busca “ganarse autoridad mostrando que no somos quilomberos”, algo que
consideró “que está totalmente fuera de lugar, es casi un pasaje al otro lado”.
Altamira fue contundente en este punto: “Acá hay que decirles
a los trabajadores dónde estamos parados. Y donde estamos parados es en una
solución obrera a la salud”.
“A partir de este enfoque estratégico, seguir atentamente (y
estar presente también) los movimientos de reclamos de los trabajadores para
descubrir la fisonomía que le van dando, y a partir de ahí poder formular una
acción unificada. No imponer los términos de una acción artificialmente desde
una organización, sino que sea la traducción de tendencias que se manifiestan
en el mundo del trabajo como consecuencia de cómo vive la agresión de esta
crisis sanitaria por un lado, y derrumbe económico y financiero por el otro”, cerró el dirigente.
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