sábado, 21 de marzo de 2020

Jorge Altamira: “La pura cuarentena no sirve de nada si no se complementa con medidas decisivas en salud”


El histórico referente del Partido Obrero analizó el discursó emitido en la noche del jueves por Alberto Fernández, las disposiciones del decreto sancionado ayer y el escenario nacional e internacional en el que se desarrolla la pandemia del coronavirus.


Ilustración: Gastón Spur




Por Iván Marín

“Ellos estiman que pueden contener la expansión de este virus por medio de un aislamiento de la población. Lo han establecido por apenas 10 días, cuando entiendo que todos los científicos suponen que esto se va a extender mucho más en el tiempo”, comienza su respuesta Jorge Altamira, dirigente de la Tendencia del Partido Obrero (PO) expulsada de esa fuerza a mediados del año pasado, ante la consulta respecto al decreto de aislamiento social, preventivo y obligatorio comunicado en la noche del jueves por el presidente Alberto Fernández para combatir la pandemia de coronavirus que aqueja al planeta en su conjunto.


El dirigente prosiguió: “De todos modos, creo que ha sido una improvisación porque querían aprovechar una cantidad de días feriados que se presentaban todos juntos, además le agregaron el 2 de abril al 31 de marzo, es decir que tenemos casi como 10 días largos de inactividad, salvo una u otra cosa, y después volver a examinar la situación. Entonces, me parece en general una cosa improvisada por la presión de las circunstancias y la ausencia de una caracterización clara y un plan de conjunto”.


La entrevista completa con Altamira, de más de 40 minutos, realizada ayer por Prosa Urgente la compartimos en el siguiente link de YouTube, no sin antes adelantar por escrito algunas de sus principales afirmaciones.





“El otro aspecto que importa también es que no atiende lo que en todo el mundo parece ser un eje crucial del combate a esta epidemia, que es el servicio público de salud, o el servicio de salud en general. No hay previsto nada. Hay indicaciones, recomendaciones, pero no hay ningún plan definido que apunte, por ejemplo a duplicar o triplicar el personal médico y no médico. Algo que sería muy necesario porque además debiera reducirse el tiempo de atención diaria entiendo que a 4 horas por día. De manera que se necesitarían 4 turnos de actividad en el día y no hay nada al respecto. Con 4 turnos se aminora, se atenúa, bastante la posibilidad de que el propio personal de salud sea alcanzado, más allá de todo lo que se proteja, con la infección. En algunos países de Europa hay un número importante de médicos y no médicos que no solo se han contagiado sino que han fallecido”, continuó el entrevistado.


Luego de hacer referencia a que tampoco está previsto “un incremento de los recursos de terapia intensiva, al menos no en una proporción importante”, también advirtió sobre el impacto de la pandemia y de la cuarentena en los trabajadores en negro, e incluso los despidos y suspensiones que ya se están llevando adelante en distintas ramas del ámbito laboral.


“No fue una conferencia de prensa ni dio detalles, toca nada más que los problemas médicos y de aislamiento social. En ningún momento se refiere a los problemas económicos”, indicó Altamira respecto a la comunicación de Fernández en la noche del jueves. E insistió sobre el particular en que “no se refiere a los problemas económicos porque empezar a hablar de los temas económicos le descubriría a la población que hay un despilfarro de recursos brutal en asistencia a los tenedores de deuda”. Completó afirmando que: “Lo señalo porque esconde que recursos fundamentales que deben ser aplicados a la salud no se aplican a la salud porque se aplican a la cuestión de la deuda. Esto es absolutamente decisivo”.


Altamira le dedica un buen tramo de su análisis al impacto de la pandemia en el escenario internacional y los límites políticos con los que las grandes potencias abordan la situación. Llega a trazar una interesante lectura respecto a la relación entre la restauración capitalista en China y las proliferaciones de epidemias en el país asiático. También se detiene en las asistencias selectivas del FMI (Fondo Monetario Internacional) a los distintos países del mundo, y en su negativa a aceptar el pedido de un préstamo por parte del gobierno de Venezuela.


Volviendo al plano nacional, recalcó que “acá hay una especie de acuerdo entre el gobierno y la oposición en la que se cuidan las espaldas recíprocamente pero no hay ningún tipo de medida decisiva. Porque la pura cuarentena no sirve de nada si al mismo tiempo no se complementa con medidas de tipo decisivas en el terreno de la salud, del sustento de las familias trabajadoras, etcétera”.


Y relacionó esa caracterización con la deuda externa del país y las negociaciones en curso con los acreedores internacionales. “El gobierno está manejando esta crisis con un ojo puesto en intereses que van más allá de la propia crisis”, esgrimió.  Allí hizo referencia a la razón por lo cual se muestran unidos públicamente gobierno y oposición: “Podría recibir alguna consideración en la negociación de la deuda externa. Y si no es así que todo el arco político lo respalde en caso de que decida el default”. De todas formas, adelantó que “si hay una crisis de deuda, este frente ficticio que aparece en conferencia de prensa estalla”.


El referente de la Tendencia del PO fue más allá, y afirmó que el “gobierno (de Argentina) es más consciente que otros gobiernos –por su defecto de nacimiento- que su propio destino está en juego”.  “Cuando digo el defecto de origen de los Fernández es que es una amalgama oportunista para salir de alguna manera a enfrentar a Macri que se venía abajo. Es decir, aprovechando oportunistamente una crisis de poder”, continuó y ejemplificó con un diálogo ficticio entre los protagonistas (los Fernández): “Armemos algo que sea diferente a Macri para que el derrumbe de Macri no sea un estallido político general.” De ahí que Altamira concluya que el gobierno “asumió en condiciones de debilidad enormes”.


En los últimos días se ha dado un debate importante en redes sociales y medios de comunicación, sobre todo impulsado por organizaciones de izquierda y derechos humanos, respecto a la tónica represiva de las disposiciones del gobierno para garantizar la cuarentena. “El problema no es que procuren mezclar medidas de salud con la intención de evitar que la clase obrera se agrupe porque lo que importa es la capacidad que tengan para hacerlo. Porque la gente ahora ya no está peleando un salario, una hora extra, una deuda; ahora está peleando su vida. Nosotros nunca vimos eso, cómo es la respuesta de la clase obrera a los problemas que plantean la vida”, reflexionó.


Desde ya, no se dejó pasar la oportunidad para consultarle cómo debe intervenir la izquierda en todo este escenario harto complejo: “Nosotros tenemos que evitar cualquier identificación de la izquierda con el gobierno y con los partidos patronales. En cambio, he visto que el Frente de Izquierda protestó porque no se le dio acceso a la conferencia de prensa de Massa (Sergio)”. Respecto al juego parlamentario del Frente de Izquierda criticó que busca “ganarse autoridad mostrando que no somos quilomberos”, algo que consideró “que está totalmente fuera de lugar, es casi un pasaje al otro lado”.


Altamira fue contundente en este punto: “Acá hay que decirles a los trabajadores dónde estamos parados. Y donde estamos parados es en una solución obrera a la salud”.


“A partir de este enfoque estratégico, seguir atentamente (y estar presente también) los movimientos de reclamos de los trabajadores para descubrir la fisonomía que le van dando, y a partir de ahí poder formular una acción unificada. No imponer los términos de una acción artificialmente desde una organización, sino que sea la traducción de tendencias que se manifiestan en el mundo del trabajo como consecuencia de cómo vive la agresión de esta crisis sanitaria por un lado, y derrumbe económico y financiero por el otro”, cerró el dirigente.


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