viernes, 7 de mayo de 2021

El régimen político chubutense le da la espalda a la Iniciativa Popular contra la megaminería

El oficialismo, el PJ-kirchnerismo, Cambiemos y la burocracia sindical pactaron dejar en “stand by” la cuestión minera para después de las elecciones: no irían por la zonificación pero rechazaron la prohibición absoluta respaldada con más de 30 mil firmas. El movimiento “No a la Mina” corta rutas nacionales y ocupa municipios. La defensa de la IP precisa de una pueblada.

 



Por Iván Marín

 

Como venimos insistiendo desde Prosa Urgente y Política Obrera, en Chubut hay acuerdo general entre los partidos políticos tradicionales, las burocracias sindicales y las patronales en avanzar con la megaminería, rechazada ampliamente en las calles por la mayoría de la población. Diferencias tácticas, expresión de un indisimulado oportunismo político, en torno a cómo progresar con esta orientación, no deben dejar lugar a la confusión. Ocurre que en general el oficialismo de turno en los últimos 20 años intentó avanzar y un sector de la pseudo oposición ocasional “rechazó”. Ante el temor a una rebelión popular en un año electoral, un bando del PJ-kirchnerismo y del radicalismo le hizo saber al gobernador Mariano Arcioni (Chubut al Frente) que no acompañará la zonificación minera. La respuesta del oficialismo fue rechazar entre gallos y medianoche el proyecto de Iniciativa Popular (IP) contra la megaminería, respaldado con más de 30 mil firmas. Como se observa, estamos ante la presencia de un pacto “Ni-Ni”, es decir de una maniobra en defensa de la gobernabilidad y de la minería. No se aprueba el rechazo terminante a la megaminería ni tampoco la zonificación pero se deja la puerta abierta para avanzar con esta última tras las elecciones. El régimen político chubutense no es más que una junta que administra los negocios comunes de las patronales en la provincia.

 




Sin ninguna convocatoria a los redactores del proyecto de Iniciativa Popular, la Unión de Asambleas de Comunidades del Chubut (UACCh), y en menos de 2 horas de “debate” formal, el miércoles la comisión de Desarrollo Económico y Recursos Naturales aprobó un dictamen en su rechazo. Ayer tomó tratamiento en Legislatura provincial y con 13 votos contra 12, y 2 abstenciones, se aprobó el dictamen, lo que implica el rechazó al proyecto que llegó con el respaldo de más de 30 mil firmas juntadas el año pasado en toda la provincia y en condiciones sumamente difíciles producto de las restricciones por la cuarentena a raíz de la pandemia por Covid-19. En sus discursos, los dos diputados de la UCR que se abstuvieron anticiparon que no acompañarán la zonificación, dejando al descubierto el consabido pacto mencionado más arriba: fueron fundamentales para rechazar la IP y, a la vez, adelantan que el Gobierno supuestamente no tendría los votos para avanzar con la megaminería, al menos antes de las elecciones.

 

Un diputado “Koherente”

 

El discurso del diputado Carlos Gómez, kirchnerista acérrimo, que deambuló en los últimos años entre Chubut al Frente (oficialismo) y el PJ, fue el primero en tomar la palabra y expresar que “la IP tiene su historia, como todo el debate minero, llevamos casi 18 años debatiendo minería sí o no, y en 2014, en el gobierno de Buzzi y Mac Karthy, los intendentes y jefes comunales de la meseta con apoyo de los intendentes Pérez Catan, Di Pierro y gremios petroleros, presentaron el proyecto de zonificación con el mapa que había preparado Mario Das Neves”, informa ADN Sur. En aquel 2014 la IP fue bastardeada por el Frente para la Victoria en el gobierno, quien modificó su contenido convirtiendo un proyecto contra la megaminería en uno prominero. Al respecto el diputado agregó: “en esa sesión, el PJ, el FPV y el asesoramiento de Norberto Yahuar, fue aprobado con mayoría legislativa. Luego esa ley fue derogada en la gestión de Das Neves por unanimidad. Y en 2020 se repite la historia, con dos proyectos: el 128 (zonificación) y el 129 (IP)”. Lo cínico de Gómez, no quita lo cortés. El diputado kirchnerista no hizo más que dejar al descubierto el doble discurso del Frente de Todos, tanto de Chubut al Frente con Arcioni a la cabeza como del PJ-kirchnerismo.

 



Claro que estas maniobras no serían posible sin el acompañamiento de las burocracias sindicales de la provincia, ya sea promineras o “antimineras”. Las comillas no son decorativas, es que tanto la CTA Autónoma como la CTA de los Trabajadores se oponen formalmente a la megaminería pero no hacen nada para movilizar a sus bases ni mucho menos convocar a asambleas para deliberar un plan de lucha al respecto. Decretan paros formales para aminorar el costo político y no se juegan en una oposición real al lobby minero. Es que los trabajadores estatales de la provincia hace 2 años no cobran en tiempo y forma ni tienen paritarias. La convocatoria a asambleas por el tema minero implicaría necesariamente, además, una discusión en defensa de los salarios, es decir la articulación de las luchas, y con ello una rebelión popular de consecuencias dañinas para el régimen político en un año electoral.

 

La respuesta popular: cortes de ruta y toma de municipalidades

 

El rechazo de la Legislatura y el Gobierno a la IP fue contestado inmediatamente con cortes en las rutas nacionales n 3 en Trelew y 40 en cordillera y con la toma de los municipios de Trevelin y Esquel. En este último caso, fue acompañada de una movilización multitudinaria en horas de la tarde noche.




En el acceso a Trelew por Ruta Nacional N° 3 se realiza un piquete por tiempo indeterminado. Durante más de 7 horas el corte fue total, y a partir de las 8 de la noche se hizo intermitente dejando pasar 20 camiones por lado cada una hora. Las filas de camiones se cuentan de a kilómetros. En asamblea también se votó la exigencia a las conducciones sindicales de la convocatoria a un paro este viernes. El corte es sostenido por vecinos de la mencionada ciudad y de Puerto Madryn, Rawson, Gaiman, Dolavon e incluso de la meseta. Se exige el correcto tratamiento de la Iniciativa Popular, es decir con un amplio debate que incluya a las fuerzas populares vivas de la provincia, en especial a los redactores del proyecto de ley, y la derogación del proyecto de zonificación minera.

 



Para el triunfo de la lucha se hace imprescindible una demostración de fuerza en las calles, es decir movilizaciones de miles en todas las localidades y una gran concentración provincial en Casa de Gobierno, que fuerce a Arcioni a dar marcha atrás con el rechazo votado por Legislatura a la IP, es decir, se precisa de una respuesta a la mendocina en 2019-2020, de una rebelión popular. Asambleas populares deben dar paso a la huelga general en defensa del medioambiente y de los salarios. ¡TODOS A LOS PIQUETES! ¡POR UN CHUBUTAZO CONTRA LA MEGAMINERÍA Y EL AJUSTE!

 

*Todas las fotos pertenecen a Aníbal Aguaisol

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