domingo, 18 de agosto de 2024

La lucha contra el RIGI precisa de una coordinación provincial urgente

La aprobación del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones por parte de la Legislatura chubutense despertó una incipiente resistencia a las graves consecuencias que traerá su implementación: megaminería, más extractivismo en manos de la multinacionales, mayor precarización laboral y profundización del hambre en el pueblo. ¿Es posible otro Chubutazo, como en diciembre de 2021?

 


Por Iván Marín

Fotos de Aníbal Aguaisol


En apenas 4 horas, y con muy poco debate en las comisiones y un desproporcionado operativo policial, el jueves último la Legislatura del Chubut aprobó por 18 votos a favor contra 9 en contra la adhesión de la provincia al RIGI (Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones), y con ello puso el cartel de “remate” de todos los recursos y bienes naturales de su territorio. El RIGI forma parte de la llamada Ley Bases a nivel nacional, por lo cual ancla sus fundamentos en una contrarreforma laboral e impositiva que atenta contra derechos ganados por la clase trabajadora y en beneficio de las grandes patronales. Además, incluye la “Unidad de Seguridad Productiva”, dependiente del ministerio de Seguridad de Nación a cargo de la fascista Patricia Bullrich, por lo que se prevé una profundización de la criminalización de la protesta social en un marco general signado por un ajuste feroz, que no es otra cosa que una reestructuración reaccionaria de las condiciones de vida del pueblo. La adhesión provincial contiene una maniobra abyecta y temerosa: un artículo falopa por el cual se “excluye a las actividades mineras previstas en la ex ley 5.001, hoy vigente”. Desde las asambleas provinciales denuncian que, en realidad, se está ante una ley nacional que barre con toda legislación provincial que vaya en sentido contrario, por lo que el artículo en cuestión carecería de fuerza ante la presentación de cualquier empresa ante la justicia federal, como es el caso de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, proclive a fallar en favor de las multinacionales.

 


El artículo mencionado fue masivamente difundido por el gobierno de Ignacio Torres a través de los medios de comunicación provinciales, en su inmensa mayoría promineros. Esta maniobra denota la preocupación del gobierno en particular y del régimen político en general ante una rebelión popular, como la ocurrida en diciembre de 2021 luego de la aprobación de la zonificación minera en una sesión legislativa “imprevista”. Sobre el paralelismo respecto de aquel Chubutazo hay al menos dos lecturas en boga en el activismo: por un lado, quienes exageran las similitudes y alientan una rebelión a la “vuelta de la esquina” y, por el otro, quienes se ubican en un lugar diametralmente expuesto (posiblemente la mayoría), y no observan ninguna posibilidad de una rebelión popular en el corto plazo porque el pueblo “está dormido”. Debe recordarse que esta última postura también primó en los días e incluso horas previas al Chubutazo. De conjunto, podemos afirmar que las condiciones objetivas para una rebelión están más desarrolladas que en diciembre de 2021, pues las condiciones de vida del pueblo son ostensiblemente peores. De esto es muy consciente el Gobierno, y es lo que lleva a incluir el susodicho artículo en la adhesión. Cualquier movimiento en falso de Torres y sus secuaces puede desatar una rebelión. Que el “horno no esté para bollos”, según la perspectiva del régimen político, no implica que el estallido esté a la vuelta de la esquina pero tampoco en un horizonte lejano. Una verdadera rebelión dependerá de muchos factores, uno de ellos será de la capacidad de agitación de los sectores más conscientes que resisten a estas políticas de hambre, saqueo y profundización de la dependencia de los grandes capitales internacionales.

 


Que hasta el momento no se haya desarrollado un movimiento masivo de resistencia a estas políticas tiene en la mayor parte de las conducciones y centrales sindicales a sus principales responsables. Ninguno de estos sectores llamó a movilizar a Legislatura el jueves último ni mucho menos declaró paro para que sus afiliados pudiesen hacerse presente en el lugar.

 


Con todas estas limitaciones objetivas, la resistencia no se hizo esperar y se desarrollaron movilizaciones y volanteadas en las horas previas al tratamiento del RIGI en Esquel, Puerto Madryn, Comodoro Rivadavia y Trelew. El día de la aprobación manifestantes escracharon en una confitería a los diputados oficialistas Luis Juncos y María Andrea Aguilera, quienes se valieron de los medios de comunicación oficiales para difundir una falsa agresión a la hija de la legisladora. Esa jornada se terminó en Rawson con una volanteada durante 4 horas en la calle de Legislatura en donde miles de autos tocaron bocina en señal de aprobación a los manifestantes. Al otro día más de 300 personas marcharon en Rawson exigiendo la derogación del RIGI, lo propio se hizo ayer en Trelew con una cantidad similar de concurrentes. En ambos casos se llevaron adelante asambleas populares para acordar cómo seguir. Se volverá a marchar este martes 20 de agosto a las 17:30 en la ciudad capital. Se prevé acciones de este tipo en las principales ciudades de la provincia en los próximos días.

 


Este escenario demanda una coordinación urgente de las acciones en toda la provincia: asambleas populares en todas las ciudades en donde se debata y decida planes de acción articulados a lo largo y ancho del territorio: volanteadas en los principales centros urbanos de cada ciudad, pintadas en las barriadas, marchas provinciales, piquetes en las principales rutas, entre otras. No depositar ninguna expectativa en las conducciones sindicales ni en los aparatos. Solo el pueblo salvará al pueblo. El desarrollo de estas autoconvocatorias llevará de suyo la instalación e imposición de la perspectiva de la huelga general contra el RIGI, la megaminería y el hambre.

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