Al igual que la CTERA y el resto de los sindicatos docentes del Chubut, la institución dirigida por Murphy y Magno le dará la espalda a la histórica jornada de lucha del próximo martes 23 de abril. Ante esta carnereada monumental, se hace más urgente que nunca dejar las aulas, autoconvocarse y movilizar ese día en defensa de la universidad pública, es decir de la educación pública en su conjunto.
Por Iván Marín.
Este martes 23 de abril se llevará adelante en todo el país
una Marcha Federal Universitaria contra el ajuste presupuestario y en defensa
del sistema educativo público en general. La movilización que, se prevé sea
masiva, es el resultado de varias semanas de deliberación en el ámbito
universitario de todas las localidades del país. Asistiremos, posiblemente, a
la primera movilización multitudinaria de neto carácter antigubernamental en la gestión de
Javier Milei, a diferencia de lo que ocurrió con el parito de enero impulsado
por la CGT. Ello explica, justamente, que ni las CTAs, ni CTERA, ni la propia
CGT, llamen a parar en defensa de la educación pública. De espalda a este paro,
la burocracia sindical se encuentra consensuando una contrarreforma laboral,
que intentará ser disimulada con una marcha a la CGT el primero de mayo, cuyo único
objetivo es utilizar a esos trabajadores que movilizarán como botín de
negociación en la susodicha contrarreforma.
La Marcha Federal Universitaria del próximo martes suscita
un interés estratégico para las familias obreras en el país, no sólo porque
apunta a la defensa de su derecho a la educación pública y gratuita, sino
porque puede despertar un movimiento de rebelión en otros ámbitos contra las
políticas reaccionarias del gobierno “libertario” y, en espacial, contra el DNU
y la nueva Ley Ómnibus que se encuentran en el Congreso Nacional, en cuyos objetivos
se encuentran la mencionada contrarreforma laboral, la profundización de la
entrega de nuestros recursos naturales, la privatización no solo de la
educación sino de varias dependencias estatales y un salto en la criminalización
de la protesta social y, por ende, de la represión contra el pueblo que se
moviliza.
Mientras todo esto ocurre, la conducción LILA de la ATECh
(Asociación de Trabajadores de la Educación del Chubut), dirigida por Daniel
Murphy y Carlos Magno, dispuso participar de la marcha “convocando a asambleas
unificadas con retiro del lugar de trabajo”, es decir, un saludo para la
ocasión, ya que en todo lo que va del año en la inmensa mayoría de las escuelas
de la provincia no se desarrollaron asambleas. Ocurre que, en estos más de dos
años de gestión de la LILA, se vació el sindicato de participación política. La
docencia adhiere a los paros pero no moviliza. Cuando intentó iniciativas
propias en 2022 y 2023, fueron boicoteadas por la propia LILA. Hoy la ATECh se encuentra
en el peor momento de su historia en cuanto a participación de las bases, y la
docencia del Chubut es con comodidad la que percibe los peores salarios reales
del país, en un contexto general signado por una profunda inflación de precios.
El resto de los sindicatos docentes de la provincia tampoco convocan a parar,
es decir, asistimos a una fenomenal carnereada por parte de las conducciones
sindicales docentes a la marcha en defensa de la educación pública más
importante de las últimas 3 décadas en el país.
Esta carnereada de la LILA, y del resto de las conducciones
sindicales, cuenta con el silencio, y por ende, la complicidad de las
agrupaciones docentes opositoras en la ATECh, incluidas las que responden al
Frente de Izquierda, que no denuncian el accionar de Murphy, Magno y compañía.
El silencio involucra también a mayor parte de los medios de comunicación alternativos y a
ciertos “influencers” que durante la gestión Celeste se veían en todas las
redes sociales pero que desde que llegó la LILA no volvieron a abrir la boca.
¿La pauta LILA silenció a estos sectores? El vaciamiento de participación de las bases docentes en la ATECh, deja de manifiesto que la conducción LILA es la
continuidad de la Celeste por otros medios.
Este martes 23 de abril, la docencia chubutense no puede
estar ajena a la lucha de sus hermanos universitarios, debe autoconvocarse,
dejar las aulas y movilizar en defensa de la educación pública.
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