Con ausencia casi total de sindicatos del ámbito privado,
la movilización se redujo a sectores estatales, cuya concurrencia fue menos de
la esperada y dividida en dos fracciones con discursos similares. En ambos
casos no se planteó ningún plan de lucha para enfrentar el ajuste en la
provincia.
Por Iván Marín
La semana pasada el Instituto Nacional de Estadística y
Censos (Indec) publicó los índices de desocupación del país para el segundo
trimestre del año, arrojando un 9,6% en todo el territorio nacional, ubicando
al aglomerado urbano Trelew-Rawson en el segundo lugar, con el 11,7%, por
detrás de del conurbano bonaerense donde la cifra trepa al 12,4%. Además, la
subocupación llegó al 6,3% en las ciudades valletanas. Según un artículo del
periodista Marcelo García, para El Extremo Sur, esto implicaría que hay al
menos 8 mil personas desempleadas y otras 4 mil con subocupación en las
ciudades mencionadas. A ello a hay que agregarle un 24,3% de trabajo en negro.
En ese marco, al que se le suma el descalabro de la economía
a nivel nacional de las últimas semanas, se desarrolló la convocatoria a
marchar por las calles de Trelew como parte de las acciones del paro nacional.
Pese a que la mayoría de los despidos se produjeron en el sector privado, los
sindicatos de ese ámbito brillaron por su ausencia. Alfredo Béliz ya había
anunciado que el Sindicato de Empleados de Comercio dejaría en libertad de
acción a sus afiliados. Una canallada, más si se tiene en cuenta que es uno de
los principales afectados con el ajuste, con más de 700 despidos en lo que va
del año e índices altísimos de distintas formas de precarización en la zona.
Los sindicatos textiles tampoco pararon ni marcharon, siendo que se está
terminando de desmantelar el parque industrial textil. La CGT del Valle decidió
marchar en Puerto Madryn, y en Trelew solo envió a un representante. La UTA y
bancarios pararon pero sin movilizar, y Camioneros lo hizo en Comodoro
Rivadavia.
A ese enorme límite que le infiere a la resistencia a las
políticas de ajustes de Mauricio Macri a nivel nacional y Mariano Arcioni en el
provincial, la tibieza de la CGT del Valle Inferior del Río Chubut, que, dicho
sea de paso, no paró nunca en estos casi 3 años de nueva gestión provincial, se
le sumó las divisiones en los sindicatos estatales, especialmente en la
Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). La alicaída y moribunda Mesa de
Unidad Sindical (MUS) convocó a concentrar a las 11 horas en la Peatonal Luis
Gazín, sin embargo sus dos principales fuerzas decidieron hacerlo, sin previo
aviso, en las puertas del exministerio de Trabajo de Nación, a dos cuadras del
lugar original. El resto de los gremios lo hicieron en el lugar prestablecido,
pero cuando vieron que la fracción conducida por el delegado normalizador de
ATE, Guillermo Quiroga, y la de la Asociación de Trabajadores de la Educación
del Chubut (ATECh), no llegaban, los ánimos comenzaron a alterarse, hasta que
finalmente se decidió, sin consultar a las bases por ninguna de las partes, que
habría dos marchas. Una, encabezada por Edgardo Hompanera, secretario General
de ATE, y movimientos sociales, movilizaría por 9 de Julio; mientras que la
otra, más chica numéricamente, lo haría por avenida Fontana hacia donde se
encontraba una nutrida delegación de ATE, acompañada por un número ínfimo de
docentes de ATECh. Podés ver esta últimamovilización acá.
Acto uno
Prosa Urgente transmitió en vivo los dos actos de las dos
fracciones de sindicatos y organizaciones sociales. El que se desarrolló en las
puertas de la secretaría de Trabajo de Nación fue dirigido por el sector de
Santiago Goodman de ATECh y Quiroga, una de las fracciones de ATE (movilizaron
a Trelew también desde Rawson y Puerto Madryn). No hubo oradoras mujeres,
aunque condujo la actividad Claudia Barrionuevo, secretaria General de la CTA
Autónoma.
El primero en tomar la palabra fue Gonzalo Pérez Álvarez,
secretario General de la Asociación de Docentes Universitarios (ADU), quien
comenzó haciendo referencia al ajuste del gobierno de Macri, advirtiendo que “o
cambia su política o se va”. Luego se
detuvo a las divisiones que ocasionaron que se produjeran dos marchas y dos
actos por separado: “Quizá en momentos como este se expresa tanta gente
queriendo cambiar las cosas que a veces se hace difícil coordinar, pero esa
falta de coordinación no expresa que no tengamos claro cuál es nuestro enemigo.
Expresa que a veces hay tantas de ganar de luchar, de derrotarlo, de marchar,
de demostrar nuestra indignación, que queremos salir a derrotar a este gobierno
de usurpadores (…) Vamos a derrotarlo con la lucha popular”. Un discurso
llamativamente contemporizador, de mínima ingenuo, y minimizando el enorme
límite que implica para la organización de la clase trabajadora las divisiones
en la misma.
Luego le tocó el turno a Lisandro Lertora de la Confederación
de Trabajadores de la Economía Popular. Fue el único discurso de los dos actos
que planteó abiertamente que “no hay que esperar hasta el 2019, hay que salir a
la calle, tenemos que empezar a construir la unidad necesaria para hacer
piquetes en todas las rutas del país y una huelga general para que el gobierno
se vaya”. Aunque, a diferencia de su antecesor, no se detuvo en el hecho de que
se llegó dividido a la movilización y a los actos.
Por su parte, Walter Quelín en representación de estudiantes
universitarios, dijo entre otras cosas: “Venimos sufriendo todos los recortes
habidos y por haber en la educación. Si hay que luchar los estudiantes no vamos
a estar afuera, vamos a poner el cuerpo en las calles y en las rutas”.
El hecho más significativo del acto que estamos describiendo,
y que lo diferenció cualitativamente del que se desarrolló más tarde, fue la
lectura de un comunicado de la familia de Daniel Ruiz, el dirigente petrolero
de Comodoro Rivadavia y referente del PSTU, quien fuera detenido pocos días atrás
en el marco de la persecución del gobierno de Macri por la represión que
producida en Capital Federal el 18 de diciembre cuando se aprobó en el Congreso
el robo a los jubilados.
Santiago Goodman, en representación de ATECh y de la CTA de
los Trabajadores, manifestó que “tenemos que estar atentos, los diputados y
senadores de nuestra provincia tienen que tener en claro que a ese presupuesto
de ajuste que el FMI le quiere imponer le tienen que decir que no. Y van a
tener que dar la cara, en especial el diputado Menna. (…) No queremos el ajuste
del FMI, no queremos el presupuesto y vamos a estar todos juntos en la calle
luchando”. Si bien fue, por lejos, el discurso más político, no profundizó en
ningún plan de lucha, sino más bien estuvo a tónica con la política del
kirchnerismo y el PJ en todo el país de prepararse para las elecciones del año
próximo.
Cerró Guillermo Quiroga: “A casi 3 años de un gobierno de
pocos que pretende seguir con la política de los de siempre y que pretende llevarse
puesto a la gran mayoría, hoy podemos decir y gritas a los 4 vientos que podrán
insistir con llevarse nuestros derechos, pero no la dignidad”. Y agregó: “También
un mensaje al gobierno provincial que queremos paritarias libres y sin techo,
convenio colectivo de trabajo para todos, que se derogue de una vez por todas
el decreto 1987, y el pase a planta de los trabajadores, y si eso no ocurriera
nos tendrán en la calle, ocupando edificios públicos, cortando las rutas de la
provincia”. Al igual que en los anteriores casos, no se hizo referencia a
ningún plan de lucha. Luego se marchó por las calles de la ciudad. Podés ver la movilización en este link
Acto 2
Aproximadamente cuarenta minutos más tarde, en la
intersección de 9 de Julio y Fontana, se llevó a cabo el otro acto. Abrió Mauricio
Andrés Más, referente provincial del Movimiento Evita, denunciando al “modelo
de hambre que nos ha impuesto el gobierno nacional y el FMI”. E hizo referencia
a que “la jornada de lucha empezó ayer peleando en el Puente Pueyrredón para
que nos dejen pasar al acto de la CTA”. Cerró con un: “¡Viva la patria, carajo!”.
Luego tomó el megáfono Claudia Marillán, dirigente de Barrio
de Pie, la única mujer oradora en ambos actos, para manifestar que “hoy en
Trelew podríamos haber protagonizado un hecho histórico pero otros dirigentes
por egos personales tratan de desviar la situación. Pero no importa, acá
estamos en la lucha”. Agregó que “el enemigo es Macri, las políticas del FMI,
que han traído desocupación y hambre a la provincia del Chubut” y que a “este
gobierno lo vamos a destituir, pero en las urnas, en el 2019”.
El abogado Eduardo Hualpa, en representación del Partido
Municipal por Trelew, dijo que cree que “lo que está pasando en la Argentina es
el resultado de la acción y omisión política. Hay quienes están haciendo un
gran negocio que no son los del pueblo, pero hay otros que están durmiendo no
están dando la pelea que tienen que dar”.
Carlos Sepúlveda, secretario General del SISAP, destacó que
hay una “gran gesta histórica del movimiento obrero que se empieza a recuperar,
que está comenzando a generar una sola línea de vanguardia, que tiene que ser
la de lucha. Debemos ser capaces todos los trabajadores de pulir asperezas,
dejar de mirarse el ombligo, que nos lleve a generar una solo frente para poder
contrarrestar estas políticas del gobierno nacional en contra de los trabajadores
y el pueblo”.
Denis Azocar, en representación de la CGT del Valle, dijo
que le parece “acá tenemos que llamar al movimiento obrero, a las
organizaciones sociales a dar un combate en la calle. No puede ser que Trelew
sigamos como ciudad con más desocupación”.
El último en tomar la palabra fue Edgardo Hompanera,
secretario General de ATE Chubut. Entre otras cosas, dijo que “hay una realidad
que es inevitable, que es la que estamos viviendo cada uno de nosotros. No es
un dato menor que en Trelew se haga esta movilización, es la ciudad con mayor
índice de desocupación”. Y agregó que “por eso nosotros, cada uno de los
ciudadanos, tenemos que darle un mensaje contundente al gobierno de la
provincia y a sus representantes a nivel nacional: No se puede aprobar el
presupuesto del 2019, que no incluya a la gente adentro”. También hizo
referencia a las elecciones de 2.019.
Algunas conclusiones
Queda claro que, luego de lo dicho en el primer acto (quepodés ver acá) y en el siguiente (míralo acá), las conducciones sindicales en
Chubut en general, y en Trelew en particular, redujeron la jornada nacional de
lucha a un combate de aparatos, dividiendo al conjunto de la clase trabajadora.
Los privados no movilizaron. Los discursos no fueron muy disímiles. En ningún
caso se planteó la necesidad de un plan de lucha para derrotar el ajuste de
Mauricio Macri y Mariano Arcioni este año y con la movilización, no en las
urnas en el lejano 2.019.
Una de las diferencias entre ambos actos, -no demasiado
notoria, por cierto-, fue que en el segundo casi no hubo críticas al gobierno
provincial de Arcioni. Mientras el ajuste se profundiza sobre la clase
trabajadora, en nuestra provincia se acompaña con una vigorosa y cada vez más
acentuada política de criminalización de la protesta social, que se cuentan de
a decenas en todo el territorio. Justamente ayer le llegó una notificación a Mirta
Simone, dirigente de ATE, del sector conducido por Quiroga, de quien además es
compañera de vida. Estas rencillas entre las conducciones son un importante
obstáculo para la organización de las y los trabajadoras/es para enfrentar las
políticas patronales.
A diferencia de lo que ocurrió en otros puntos de la
provincia como Puerto Madryn, Comodoro Rivadavia o Esquel, lamentablemente, la
izquierda clasista no jugó ningún papel ayer, ni siquiera volanteando alguna
perspectiva alternativa a las hegemónicas, ni mucho menos tomando la palabra en
los actos.
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