Habla por primera vez con la prensa Nicolás Almendra,
acusado de ser partícipe necesario del asesinato de Candela González. Denuncia
a la policía por extorsión para inculpar a Jorgelina Domínguez en el crimen,
quien fuera testigo clave en el caso Antillanca, por el cual se condenó a dos
policías a perpetua.
Por Iván Marín
“Él como que me dijo que no iba a llegar a ningún lado si
decía que no había sido Jorgelina. Lo quedé mirando nomás, y no quería hablarle
más porque ya me había incomodado. Él me quería asustar para que yo diga algo
que no era. Pero yo no me asusté, yo siempre seguí con mi verdad y nada más”.
La escena relatada por Nicolás Almendra (18 años) se dio el 5 de mayo pasado en
la Comisaría Primera de Trelew, y tuvo como coprotagonista a un agente de la
Brigada de Investigaciones de la Policía del Chubut.
Pocos días antes, el 30 de abril, la joven Candela González
(13 años) moría en el Hospital de Trelew víctima de dos balazos recibidos el
día anterior en la plaza del barrio Luz y Fuerza. El caso cobró notoriedad
nacional porque se conoció que la jovencita asesinada se había desafiado a
duelo con otra menor de edad, aparentemente por Facebook.
Minutos más tarde del crimen se detuvo a Jorgelina
Domínguez, a quien se la sindicó como la que gatilló el arma. Domínguez fue
testigo clave en el asesinato de Julián Antillanca, en el año 2010, por el cual
se condenó a cadena perpetua a dos policías.
Aquella trágica tarde habría sido protagonizada por siete
personas: por un lado, Candela y su amiga Marlene Moyano (18 años), conocida
como la Polaca. Su contrincante fue una menor de edad (L), amiga de la familia
de Jorgelina. A ellas se sumó la sobrina (S) de la detenida, quien además era
novia de Nicolás al momento de los hechos. Junto a este grupo también fue otra
menor de edad (G), amiga de L.
Sobre Jorgelina recae la imputación de homicidio agravado,
tentativa de homicidio de la testigo Marlene Moyano y coacción agravada por uso
de arma de fuego contra G. La pena máxima para estos delitos es la prisión
perpetua. Respecto de Nicolás Almendra las acusaciones son homicidio agravado y
tentativa de homicidio, en ambos casos como partícipe necesario.
En septiembre Jorgelina brindó una entrevista exclusiva para
Prosa Urgente relatando su visión de
los hechos, que fue publicada en dos entregas. Las podés leer haciendo click acá
y acá.
Almendra se encuentra detenido en la Comisaría Segunda. Allí
dio su primera entrevista a la prensa también a Prosa Urgente. “Llego ese día a la casa de la mamá de Jorgelina, en
el barrio Menfa. S estaba afuera con L y
G”, inicia la reconstrucción de los hechos el joven. Luego de aclarar que no
conocía a G, manifiesta que pasó de largo hacia la pieza de la casa.
A los pocos minutos S “se acercó a la pieza y me contó que L
había tenido una discusión con Candela de nuevo. Al rato llega Jorgelina que
ella la iba a llevar y preguntó si la quería acompañar. Yo le dije que sí, como
diciéndole, ´sí, te acompaño a comprar`. ¿Me entendés? Y salí tranquilo nomás,
nunca me imaginé nada. En ningún momento hablé con Jorgelina. No teníamos una
confianza, yo era el novio de su sobrina, nada más”, enfatiza el detenido.
“Nos subimos en el Palio Gris y nos fuimos a la casa de los
suegros de Jorgelina, que queda en el Don Bosco. Ahí cambiamos de auto a un 206
(Peugeot). Llegamos a la plaza y se bajan todas. Yo me quedé en el auto. Quise
estacionarlo bien porque había quedado mal estacionado. En un momento de
distracción, mientras buscaba mi celular, que no lo encontraba, empiezo a
escuchar los disparos. Cuando me doy vuelta justo veo que va cayendo la chica
esta (Candela). Pero en ese momento no pensé que era ella, no vi que era ella”,
describe.
¿Llegaste a ver quién
disparó?
A la única que yo vi con el arma fue a G. No sé por qué lo habrá
hecho.
¿A qué distancia
estabas?
A 20 o 30 metros.
“Yo escucho los disparos, porque fueron cinco disparos y me
asusté. No sabía de dónde venían los disparos, nunca me imaginé que era ella.
Me asusté nomás, me asusté por S también. Y de golpe vienen corriendo, se me
suben al auto, ´dale, dale, vamos, vamos`”, prosigue el relato Almendra y
detalla que G sube al auto “con el arma en la mano, era como una amenaza”.
Nicolás se encargó de manejar de vuelta, con S en el asiento
de acompañante y las tres restantes mujeres atrás. Luego de cambiar el auto y
volver a subirse al Palio, dice que regresaron a la casa de la madre de
Jorgelina. Manifiesta que allí se dirige directamente hacia la pieza. Luego es
revisado por un efectivo policial en la casa.
Este es uno de los momentos clave en la reconstrucción del
caso, pues la fiscal María Tolomei acusa al joven de esconder el arma con el
que se cometió el homicidio. Sin embargo, Nicolás desmiente enfáticamente a la
representante del Ministerio Público Fiscal: “Primero me acusaron que yo le
había tomado de los pelos a la testigo principal (Marlene) y la había tirado al
piso. Cuando se confirmó que eso era mentira, vienen que yo me llevo el arma”.
Almendra declara que luego de ser revisado por el efectivo
policial se fue “a la casa de mi viejo y volví. Cuando vuelvo me agarra la
policía y me secuestra el auto. Yo no entiendo cómo pueden decir que yo tengo
el arma cuando a mí revisan una vez, me secuestran el auto y yo no ando con
nada”. Describe que su padre vive en el barrio Los Pensamientos y que fue hacia
allí a cobrar un dinero. Nicolás es albañil y trabaja junto a su padre desde
los 14 años. Destaca que nunca en su vida anduvo con armas.
Nicolás fue detenido recién el 5 de mayo. En un primer
momento se detuvo a Jorge Suárez, pareja de Jorgelina Domínguez, a quien acusaban
de haber agredido a Marlene, pero luego se comprobó que nunca estuvo en el
lugar de los hechos, por lo cual quien cayó preso fue Almendra.
El joven aclara que no conocía a G y que ese día fue la
primera vez que la vio y ni siquiera habló con ella. Recalca que “a L la
conocía de oído, pero tampoco tenía relación con ella” y que “ellas vivían en
un ambiente distinto al mío. Yo no soy de un ambiente de andar a los tiros, de
andar en boca de todos. Mi ambiente era trabajar, tenía mi hija. Yo nunca
anduve en problemas”.
La denuncia de extorsión
Una vez que lo detienen lo llevan a la Comisaría Primera de
Trelew, donde “un policía me dice que capaz que con la mentira iba a llegar un
poco más lejos. Me empiezan a sacar la ropa y todas esas cosas para revisarme y
ya quedar ahí. Después se fueron los policías normales de la Primera y entra
este de la Brigada creo que es, y queda solo conmigo, y entonces él me dice más
o menos lo que iba a decir yo que había pasado. Él quería que yo le cuente lo
que había pasado. Yo le conté lo que había pasado. Lo mismo que te estoy
contando a vos, se lo conté a él. Y él como que me dijo que no iba a llegar a
ningún lado si decía que no había sido Jorgelina. Lo quedé mirando nomás, y no
quería hablarle más porque ya me había incomodado. Él me quería asustar para
que yo diga algo que no era. Pero yo no me asusté, yo siempre seguí con mi
verdad y nada más”.
¿Vos pensás que por el
hecho de que Jorgelina haya sido testigo clave en el caso Antillanca le quieran
pasar factura?
Por ahí se te vienen esos pensamientos a la cabeza, en por
qué quieren que ella pague por eso. Y vos lo pensás y sí. Cuando le encontrás
la lógica, es esa.
¿A vos nunca se te
pasó por la cabeza inculparla a Jorgelina porque para vos era inocente?
No. Nunca se me pasó por la cabeza, por más de que sea la
libertad. Yo soy creyente de dios y si miento soy consciente de que todo
vuelve. No estaría con la consciencia tranquila si miento. Porque ya son 7
meses y mi consciencia todavía sigue tranquila.
¿Cómo son los días
acá?
Es un infierno. No ver a mi familia, no poder estar con mi
hija. Solamente la veo los días de visita, y la veo acá adentro.
Nicolás tras su detención volvió con su anterior pareja, con
quien tienen una hija de dos años y cuatro meses.
Finalmente, Almendra le deja un mensaje a la familia de la
jovencita asesinada: “Yo sé que la mamá de Candela está pasando un mal momento
ahora, está sufriendo. Creo que ella a mí me conoce. Yo a Candela la conocía
hace mucho tiempo, ella era amiga de la familia de mi señora. Entonces, ellos
tuvieron la oportunidad de conocerme a mí también. Y creo que ellos saben que
yo no hubiera sido capaz de hacerle eso, menos a una nena. Un mes atrás había
estado fumando cigarros con Candela. Ellos saben en realidad que yo con Candela
no tenía ningún problema. Yo nunca planifiqué, nunca fui cómplice de homicidio”.
El juez que entiende en la causa es Marcelo Nieto di Biaze.
El juez deberá decidir en Audiencia Preliminar si las pruebas presentadas de
ambos lados son suficientes para que se inicie el debate el año próximo. Los
acusados solicitan prisión domiciliaria.
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